La llegada hoy a la Ciudad de la Justicia de Valencia del que fuera presidente del Valencia CF Amadeo Salvo ha sido bastante agitada después de que un grupo de aficionados le increpara antes de entrar en las dependencia judiciales. Salvo ha sido denunciado por un grupo de cinco accionistas por "daños morales" al considerarlo el principal impulsor, junto a Aurelio Martínez, de la venta del club de Mestalla al magnate singapurense Peter Lim.
Salvo, que es ahora presidente y máximo accionista de la Unión Deportiva Ibiza (club de la Segunda visión española) no ha realizado declaraciones a la entrada a la Ciudad de la Justicia y aceleraba el paso junto a su abogado, mientras el grupo de aficionados congregados le lanzaba gritos de "sinvergüenza", "estafador" o "caradura".
Peor suerte ha corrido Aurelio Martínez –que cuando se vendió el Valencia era el presidente de la Fundación VCF que tenía el 70% de las acciones del club y que hoy es presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia–, ya que ha tenido que hacer cola para entrar al juzgado y ha estado más expuesto a las críticas de los aficionados que le pedían que devolviera la insignia de oro y brillantes del club de Mestalla que Salvo le otorgó cuando se concretó la venta.
También le han afeado su promesa de que con Lim la deuda del club desaparecería. "¿Y la deuda, Aurelio, cómo está la deuda?", le gritaban, al tiempo que le llamaban "sinverguenza" y "caradura". Los aficionados también le han exigido que pidiera "perdón", lo que ha provocado un enfrentamiento verbal en el que Martínez les ha pedido al grupo de aficionados congregados que pidieran ellos perdón "por insultar".
En el Juzgado de Primera Instancia número 22 de Valencia es donde se está celebrando la vista en la que Salvo y Martínez se enfrentan al pago de una cantidad simbólica de 1.900 euros.
