Comunidad Valenciana

Ford Almussafes se enfrenta a otra elevada reducción de plantilla con la incertidumbre de la evolución del mercado

El periodo de consultas del nuevo ERE puede dejar la plantilla por debajo de los 4.000 trabajadores, con más de 3.000 bajas en sólo un lustro

  • Cadena de montaje en la la planta de Ford en Almussafes -

La factoría de Ford en Almussafes se enfrenta a partir de mañana día 28 a una nueva reducción de plantilla que puede resultar dramática y también para la industria auxiliar que pivota en torno a la producción decreciente de la planta valenciana.

La empresa y los sindicatos comienzan así un periodo de consultas sobre el nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha planteado debido al retraso de la implantación del vehículo eléctrico por parte de la marca del óvalo.

Hasta 1.000 despidos

Las primeras 'filtraciones' hablan de que pueden alcanzar los 1.000 despidos lo que situaría la plantilla global por debajo de los 4.000 trabajadores, algo impensable hace apenas una década, aunque fuentes sindicales comentan a Vozpópuli que tienen la "esperanza" de que el excedente de plantilla marcado por la empresa no sea tan elevado.

La multinacional estadounidense mantiene la apuesta de que Almussafes sea su factoría en Europa que fabrique en un futuro los vehículos eléctricos de la marca, aunque esos planes se han retrasado y lo único que garantiza es que a partir de 2027 se ensamblarán 300.000 unidades de un vehículo multienergía (híbrido) que se sumarán a las que ahora se montan del modelo Kuga (unas 145.000 en 2023).

El problema que ha originado este ERE es el período productivo valle que se abre desde ahora y hasta 2027 que se circunscribirá a la fabricación del Kuga y que hace innecesario mantener a la totalidad de la plantilla que se sitúa en la actualidad en torno a los 4.800 empleados.

Cinco años dramáticos

Las previsiones de que haya elevadas bajas en este nuevo ERE, el cuarto en 5 años, es un planteamiento en el que coincide el alcalde de Almussafes, Toni González, quien ha insistido en las últimas semanas en la necesidad de que las Administraciones públicas incentiven la compra de vehículos eléctricos para que se extienda su uso lo más rápido posible, tal y como está sucediendo en Portugal.

Las cifras del empleo de Ford en Almussafes son muy alarmantes en la última década. En 2015 eran 9.200 los empleados que jalonaban esta factoría, aunque en torno al 40% de ellos eran eventuales, según los datos facilitados por la empresa del óvalo.

La cuesta abajo desde entonces ha sido muy pronunciada hasta llegar a los algo más de 4.800 empleados que hay en la actualidad. Ya en 2018 llegaron los Expedientes de Regulación Temporales de Empleo por el descenso de ventas de casi todos los vehículos que se fabricaban en Almussafes.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea y la irrupción de la pandemia del COVID agravaron la situación y de los ERTE's se pasó a los ERE's.

En 2020 cayeron 350 empleados, en el primer ERE de esta década. Al año siguiente, en 2021, los problemas que se habían generado se enquistaron durante muchos meses de deficiencias en la cadena de suministros (especialmente la falta de semiconductores). El resultado es que se aplicó un segundo ERE que afectó a 630 personas.

A pesar de que en 2023 se cerró el pacto para que Almussafes fuera quien fabricara en el viejo continente los vehículos eléctricos de Ford en el futuro, la factoría no pudo eludir un tercer ERE que en esta ocasión se planteó para 1.140 trabajadores y que finalmente se quedó en 950.

Si mañana se confirman los peores pronósticos al respecto de que los despidos planteados por Ford rocen o superen los 1.000, serían más 3.000 los trabajadores que han tenido que abandonar su puesto en la primera multinacional que se instaló en la Comunidad Valenciana.

Evolución del mercado

La principal incertidumbre a la que se enfrentan los trabajadores de Ford Almussafes es la relativa a la evolución del mercado, ya que el sector de la automoción ha sufrido un frenazo importante en la evolución creciente de las ventas de coches eléctricos que son los que deben garantizar la supervivencia de la fábrica valenciana.

De hecho, Ford ya ha renunciado a las ayudas del primer y segundo PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado que se le habían asignado de forma previa por parte del Ministerio de Industria.

En total esa renuncia tuvo un coste para la compañía estadounidense de 106 millones de euros en la primera convocatoria y de 37,6 millones de euros en la segunda.

Y es que la fabricación de vehículos eléctricos no tiene todavía un horizonte temporal en Almussafes y se acogerá a los híbridos a partir de 2027 mientras espera a que se aclare algo más la confusa evolución de las ventas que parece liderar en este tipo de motorización la preferencia actual de los consumidores.

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