Los agentes de la Policía Nacional que detuvieron a un fugitivo en Alicante se encontraron con un hombre de aspecto físico totalmente diferente al que buscaban. Sin embargo, la identificación y las diligencias practicadas no dejaban lugar a dudas: era el objetivo que tenían que localizar. Este narco rumano para evitar su arresto en nuestro país se había retirado el 70% de los tatuajes de su cuerpo y se había inyectado bótox.
Este fugitivo no estaba solo. Lideraba una organización criminal y estaba acompañado de sus compinches. Uno de sus lugartenientes también fue detenido en la misma operación ya que estaban reclamados por las autoridades judiciales de Rumanía.
Tenían a sus espaldas sendas Ordenes Europeas de Detención y Entrega. Los dos eran miembros del mismo grupo criminal, estaban condenados por pertenencia a organización criminal y delitos de tráfico de drogas.
Uno de ellos, líder de la organización, usaba numerosas identidades y había modificado sus características físicas para evitar ser identificado, llegando a eliminar el 70 por ciento de los tatuajes de su cuerpo y alterar sus huellas dactilares.
El hombre de las mil caras
Las pesquisas de la Policía Nacional se iniciaron en el año 2022 cuando los agentes tuvieron conocimiento de la posible presencia en nuestro país, de un fugitivo que, reclamado por las autoridades judiciales de Rumanía, tenía pendiente de cumplir una pena de prisión impuesta por los delitos de tráfico de drogas y organización criminal. El prófugo había creado una organización criminal que durante los años 2013 y 2014 tenía como finalidad el tráfico de drogas en Rumanía, en concreto sustancias psicoactivas –anabolizantes-.
Una vez avanzadas las investigaciones, los agentes averiguaron que el reclamado usaba numerosas identidades falsas teniendo a su disposición la infraestructura necesaria para la obtención de estos documentos. Gracias a ello, y a lo largo de los últimos años, había logrado eludir a las autoridades policiales y mantener su anonimato, evadiendo así la acción de la justicia. Asimismo también había modificado sus características físicas bajando de peso, con la retirada del 70 % de los tatuajes de su cuerpo, inyectándose bótox y alterando sus huellas dactilares.
La vivienda del fugitivo
Siguiendo en todo momento la pista del fugitivo, los investigadores averiguaron que podría residir en una mansión cercana a la localidad de Pedreguer (Alicante). Una vez que localizaron el domicilio, los agentes detectaron que en la vivienda había dos varones, siendo uno de ellos otro fugitivo, miembro de su organización criminal sobre el que también pesaba una Orden Europea de Detención y Entrega por parte de Rumanía.
Finalmente, y aunque ambos tomaban diferentes medidas de seguridad y autoprotección, los investigadores lograron detener al cabecilla en las inmediaciones de su vivienda. En ese momento el fugitivo realizaba unas gestiones en un establecimiento comercial cercano. Su compinche fue detenido cuando se disponía a abandonar el domicilio.