El máximo accionista del Valencia CF, Peter Lim, debe decidir antes del próximo 11 de enero si acepta las condiciones del Ayuntamiento para reactivar las obras del nuevo estadio o, en caso contrario, arriesgarse a que se bloquee el patrimonio terciario que el club posee en las dos parcelas (la de Mestalla y la del futuro recinto que está a medio construir).
La partida de ajedrez que parece estar jugando desde hace años el magnate singapurense con las autoridades autonómicas y locales y que desembocó en la caducidad de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) –aprobada en 2015– por reiterados incumplimientos del máximo accionista del club valencianista, parece estar llegando a su final. Esa herramienta urbanística permitía al Valencia CF sacar un buen rendimiento del terreno terciario que podría servir para acabar la construcción del nuevo estadio y, en su caso, para rebajar la elevada deuda que mantiene con Caixabank.
En manos del Ayuntamiento
La caducidad de la ATE, sin embargo, ha dado paso a un escenario en el que la Generalitat ya se ha salido de la ecuación y ahora todas las negociaciones las capitanea el Ayuntamiento de Valencia. Es el consistorio el que, harto de que el nuevo estadio del Valencia emerja a medio construir en una de las entradas más emblemáticas de la ciudad, marca las nuevas reglas del juego.
Hace apenas una semana se vivió el penúltimo desencuentro entre club y Ayuntamiento al quejarse el primero de que no tenía aún en su poder las nuevas condiciones del nuevo convenio urbanístico que hay que firmar. Pese a que desde la semana pasada ya tenían en su poder las principales imposiciones para poder aprovechar el terreno terciario, no fue hasta ayer por la mañana que llegó al Valencia CF una 'versión' más detallada de borrador.
La vicealcaldesa de Valencia y responsable del área de Urbanismo, Sandra Gómez (PSPV), explicó ayer en la presentación del convenio que Meriton, la empresa de Peter Lim que dirige el club, "ya no tiene excusas para no dar una respuesta oficial a las condiciones que se plantean y que persiguen que todas las plusvalías del suelo que le ha dado la ciudad se inviertan en el nuevo estadio".
En esta ocasión, la unidad de acción del equipo de Gobierno municipal ha sido clara y el alcalde de la ciudad, Joan Ribó (Compromís) indicó que "tuvimos una reunión de coordinación de Gobierno en la que impulsamos este convenio para que el Valencia CF nunca tenga la excusa de que no le hemos entregado los papeles para ponerse a trabajar. Ahora les toca mover ficha".
Cumplir antes que vender
Los hitos que Peter Lim ha de aceptar en el marco del convenio son claros. Pagar a la Tesorería Municipal 9,8 millones de euros para la construcción de un polideportivo en el barrio de Benicalap, como estaba acordado, y que será ejecutado por el propio Ayuntamiento. En ese momento se desbloquearán 41.7000 metros cuadrados de suelo terciario en la parcela del nuevo estadio que el club valencianista podrá vender y para los que la presidenta, Layhoon Chan, aseguró la semana pasada tener "conversaciones muy avanzadas con un comprador".
El segundo hito marcado por el Ayuntamiento para este nuevo convenio es que para desbloquear los 33.000 metros de suelo terciario de la parcela del actual Mestalla, el Valencia CF deberá haber concluido la construcción del nuevo estadio y resuelto problemas de movilidad en el mismo.
Aforo de 70.000
El nuevo estadio deberá tener un aforo mínimo de 70.000 asientos, así como una cubierta fotovoltaíca (que es la que el propio Valencia CF aseguró al Ayuntamiento estar avanzando con algunas empresas del sector), y un aparcamiento de, mínimo, 1.000 plazas. Igualmente, el proyecto debe contemplar la posibilidad de instalar una pista de atletismo para que la ciudad pudiera celebrar algún evento de ámbito internacional y que no interferiría en el calendario de uso del club de fútbol.
Con estas cartas sobre la mesa el Valencia CF ha transmitido la idea de que "estamos contentos porque, por fin, y tras la insistencia de los últimos días, el Ayuntamiento nos haya hecho llegar el documento del convenio. Ahora hay que estudiar bien qué es lo que dice".
Si la respuesta del Valencia CF es positiva (algo que deberán consultar con Peter Lim como cualquier decisión que se toma en el club) se avanzará en la redacción del convenio y matizarán las cuestiones que se considerara pertinente ambas partes. En caso contrario, el club se expone al bloqueo de su patrimonio terciario hasta que no cumpla con los hitos marcados.
Suspensión de licencias hasta 2 años
En la última semana ha surgido la idea de que Peter Lim podría alargar las negociaciones hasta el próximo 3 de agosto. En esa fecha se cumplirá un año desde que se aprobó la caducidad de la ATE y, en teoría, las licencias que ahora están suspendidas en lo referente a las obras en el suelo de la parcela del viejo Mestalla volverían a estar vigentes.
Sin embargo, según han confirmado a Vozpópuli fuentes cercanas al área de Urbanismo, esa suspensión de licencias se podría prorrogar un año más después del 3 de agosto. De esa manera, Peter Lim no tendría más remedio que aceptar el convenio urbanístico y acabar el nuevo estadio si quiere acceder a las plusvalías de la venta del suelo terciario.
El Ayuntamiento de Valencia baraja cualquier escenario con Lim, ya que hasta la fecha la relación ha sido tortuosa. Por eso, está ya trabajando en las fichas de gestión de ambas parcelas en un nuevo planeamiento que están desarrollando los técnicos municipales de Urbanismo. Si Lim tratara de dilatar su respuesta, el Ayuntamiento daría luz verde al proceso de aprobación de ambas fichas de gestión que se estima que estarían listas en algo más de medio año, después de su exposición pública y presentación de alegaciones.
Promotores atados de pies y manos
Así, cualquier promotor que quiera comprar el suelo del actual Mestalla al Valencia CF, sabría que no puede desarrollar un proyecto urbanístico hasta que esté construido el futuro recinto situado en la avenida Cortes Valencianas de la capital del Turia. Nadie compraría ese suelo a sabiendas de que no puede actuar sobre él sin el cumplimiento de esa condición previa.
La cercanía de las elecciones municipales ha 'fortificado' la idea de los partidos que están ahora en el Gobierno municipal de que es necesario presentarse ante la ciudadanía con un proyecto claro de cómo resolver la construcción del nuevo estadio que, además, es imprescindible para que la ciudad opte a ser una de las sedes del Mundial de fútbol de 2030, en el caso de que le sea adjudicada a España.
Las próximas tres semanas serán decisivas para que la ciudad pueda resolver un problema urbanístico de primer orden que lleva paralizado más de una década y para que el Valencia CF tenga una opción de aumentar sus ingresos con la construcción del estadio y posterior explotación. La otra alternativa es que Peter Lim, como desveló Vozpópuli, prepare su salida del club y venda su paquete accionarial, aunque ninguno de los inversores interesados se atreven a poner un pie en la entidad valencianista sin antes haber resuelto el galimatías con las autoridades locales.