Comunidad Valenciana

El caso Mir culmina la década negra de Lim en el Valencia CF: pérdida reputacional, deuda y desinversión deportiva

La desafección social hacia una gestión imposible de defender ha crecido exponencialmente y todo apunta hacia la venta de sus acciones en un horizonte cercano

El Valencia CF está en estado de shock tras la acusación de agresión sexual a Rafa Mir (con muchas similitudes a la de Santi Mina en 2017 cuando era jugador valencianista), su delantero estrella en este mercado de verano. El equipo directivo está a la espera de ver qué recomiendan sus servicios jurídicos y también de lo que determine Peter Lim, el máximo accionista que vive a 11.116 kilómetros de distancia y que lleva años sin aparecer por Valencia, para saber si cortan la cesión del futbolista o lo mantienen en plantilla.

En apenas mes y medio (24 de octubre) se cumplirán diez años desde que Peter Lim formalizó la compra del Valencia CF en lo que, sin duda, se puede calificar como una década negra de decadencia y abandono del club. Sólo hubo un paréntesis de dos años en los que Lim cedió la gestión del club a Mateu Alemany, con Marcelino como entrenador, y que fue un oasis de tranquilidad deportiva con la consecución del último título de la entidad, la Copa del Rey de 2019 venciendo en la final Barcelona liderado entonces por Leo Messi.

Salvo y Martínez

La llegada de Peter Lim Eng Hock (71 años) fue propiciada por Amadeo Salvo (hoy presidente del Ibiza) y por Aurelio Martínez (destacado militante socialista que lideró antes el ICO y posteriormente la Autoridad Portuaria de Valencia). La promesa de inversión millonaria de uno de los destacados miembros de la lista Forbes allanó la compra del asiático pero sin las garantías de cumplimiento de sus promesas, circunstancia que hoy sufre el club de Mestalla.

Cuando Lim compró el club tenía una deuda de 335 millones de euros y en el último balance conocido (junio de 2023) es de 313,4 y con una quita encubierta de 61 millones de euros por parte de Caixabank.

Por el camino ha desembolsado 95 millones de euros por la compra del 70% de las acciones y 160 millones de euros en diversas ampliaciones de capital que no ha tenido más remedio que abordar por el déficit que provoca su gestión en cada ejercicio y para evitar que el club entrara en causa de disolución. En total, 255 millones de euros.

El magnate asiático, además, ha prestado al club 35 millones de euros cuya recuperación tiene garantizada con derechos de jugadores de la primera plantilla.

Estas cifras ruinosas dificultan la venta de su paquete accionarial, lo que se ve agravado por el hecho de que una de sus promesas estrellas –haber acabado el nuevo estadio para el centenario del club en 2019– tampoco se ha cumplido y lastra aún más las cuentas del club por la incertidumbre sobre su activo inmobiliario.

Aurelio Martínez, Layhoon Chan y Amadeo Salvo celebran la venta del Valencia CF a Peter Lim EP

Valga como ejemplo de lo que ha supuesto Peter Lim para el Valencia en diez años donde el valor de las acciones ha pasado 23,3 euros a los 2,7 actuales (y bajando).

Todo hipotecado

Si se repasan las cuentas del Valencia CF se descubre que todo está hipotecado en el club que dirige Lim. Caixabank tiene como garantía para cobrar su deuda en caso de impago el solar del actual estadio de Mestalla, del 43% de los derechos televisivos y el 92% de la publicidad estática.

Los ingresos de los abonos de los socios sirven como garantía de los 15 millones de euros de una póliza de crédito de la que el club no había dispuesto aún en del último ejercicio contable conocido (el próximo se sabrá en diciembre).

Hay más. Peter Lim ha garantizado su préstamo de 35 millones con el cobro de los 5 primeros millones de euros de la venta de cualquier jugador

Gedesco también tiene en garantía por los pagarés que emitió para que el Valencia CF pudiera pagar fichas de futbolistas, un total del, 7,5% de los derechos de televisión; mientras, Funding Rights and Media prestó 33 millones de euros al club y tiene más del 50% de los derechos televisivos en garantía por un imposible impago.

Hasta la ciudad deportiva de Paterna, donde el Valencia CF entrena habitualmente, es la garantía frente a Hacienda por una deuda de 4,3 millones de euros de la entidad blanquinegra.

El desastre deportivo

Esta gestión económica no ha mejorado en nada a sus antecesores, es más, resulta mucho más dañina si se tiene en cuenta que Lim, salvo en el oasis bienal del mencionado dúo Alemany-Marcelino, ha dejado al club fuera de Europa y coqueteando con el descenso en las últimas temporadas.

El máximo accionista ha dado órdenes de rebajar al mínimo el coste salarial de la plantilla y sólo se centra en la venta de jugadores. El movimiento de futbolistas en diferentes transacciones se acerca a los 1.000 millones de euros en estos diez años, donde el socio de Lim en varias empresas, el agente portugués de jugadores Jorge Mendes, ha sido casi siempre su asesor.

Tribunales

Lim, además, se ha enfrentado a las instituciones valencianas (Generalitat y Ayuntamiento) con quien ha pleiteado en los tribunales. El TSJCV dio la razón a las dos instituciones por dar por caducada la Actuación Territorial Estratégica que daba beneficios urbanísticos al Valencia CF porque Lim había acreditado "incumplimientos reiterados".

La junta general de accionistas prevista para el próximo mes de diciembre podría ser la definitiva para conocer si Lim anuncia o no la venta de su paquete accionarial.

Hasta entonces el magnate singapurense deberá seguir lidiando con la desafección social que se ha cimentado por su gestión difícilmente entendible. La contratación de jugadores y entrenadores experimentales; o el nombramiento de Anil Murthy como presidente durante años (que fue un descrédito para la entidad por su enfrentamiento a la afición, su actitud poco ejemplar en los palcos, y que perdió el favor de Lim por la publicación de unos audios en los que le criticaba) son algunos ejemplos de una gestión ruinosa y sin precedentes en los 105 años de la entidad.

Movilización social

La consecuencia ha sido clara durante los últimos años con críticas directas de emblemas del club como Mario Alberto Kempes o Santiago Cañizares. Las manifestaciones multitudinarias contra Peter Lim se han repetido en, al menos, tres ocasiones y además se ha procedido a vaciar el estadio durante la celebración de partidos oficiales.

Los cánticos en el minuto 19 contra Lim y los carteles amarillos de "Lim go home" se han paseado por todo el mundo (la Eurocopa es el último ejemplo). Y existen diversas plataformas que actúan contra Lim, ya también con denuncias en los tribunales, sin que hayan prosperado hasta la fecha.

Todo queda pues, a expensas de lo que Lim decida hacer con sus acciones (más del 91% a día de hoy por la capitalización de parte de sus ampliaciones) y que en la junta de accionistas de diciembre debería arrojar luz al respecto para ver si la década negra tiene o no continuidad.

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