Las elecciones autonómicas valencianas se presentan muy reñidas y, fruto de ello, Ximo Puig y sus socios en el Gobierno valenciano apuran sus opciones para rebajar la barrera electoral del 5% actual hasta el 3%. El objetivo es doble. Por un lado, asegurar la presencia en el hemiciclo de Podemos en la próxima legislatura. Por otro, conceder alguna posibilidad a Ciudadanos de superar ese listón y 'restar' votos al PP en la pelea con los socialistas por convertirse en la primera fuerza en número de votos.
La operación se está llevando desde los grupos parlamentarios y Puig no va a aparecer en la misma hasta que tenga la certeza de que puede ser exitosa. Los números exigidos para sacar adelante esta reforma de la Ley Electoral Valenciana se concretan en conseguir el apoyo de los dos tercios de la Cámara autonómica. Así, de los 99 diputados tendrían que votar favorablemente un mínimo de 66.
Este debate se ha suscitado en otras épocas con partidos menguantes como el caso del CDS y, ahora, con un Ciudadanos en plena sangría, vuelve a estar sobre la mesa de la negociación. El PSOE valenciano, Compromís y Podemos ya intentaron desde su llegada al Gobierno valenciano que las Cortes abordaran esta rebaja del listón electoral pero se encontraron con la oposición frontal del PP (que no quiere un parlamento más dividido y menos práctico), Vox, y también de Ciudadanos (cuando Toni Cantó era el portavoz).
Los vaivenes de Ciudadanos
El devenir de la actual legislatura ha provocado cambios sustanciales en la formación naranja con dos relevos al frente del grupo parlamentario. El primero fue la llegada de Ruth Merino a la portavocía del grupo parlamentario en sustitución de Toni Cantó –y hace escasas semanas ha abandonado ese puesto para alistarse en las filas del PP–. Con Merino, el debate sobre la rebaja del listón electoral no llegó a plantearse muy en serio en la última etapa porque Ciudadanos vivía entonces su fase más aguda de descomposición y había otras prioridades.
Su marcha abrió las puertas al segundo cambio en la portavocía, con Mamen Peris como lideresa. La nueva candidata a presidir la Generalitat ha llegado con el partido ya 'refundado' y con una premisa clara como es la de salvar los muebles de la formación en las próximas elecciones autonómicas. Esto ha llevado a que se reavivara esa posibilidad de rebajar la barrera electoral que lleva gestándose dos o tres semanas.
Las 'negociaciones' se llevan de forma discreta pero son intensas. Ximo Puig tiene garantizado el apoyo de Compromís y Podemos en las Cortes Valencianas, junto a los que suma 52 diputados. Quedarían 14 para alcanzar la cifra mágica que podría voltear el resultado de las elecciones y la composición posterior de la Cámara. El PP y Vox están en contra, por lo que hay 19 diputados populares y 9 de los de Abascal que no cuentan en la operación.
No llegan a los 66
Hay 19 diputados con los que poder 'negociar'. El grueso los tiene Ciudadanos: un total de 13. Y si Mamen Peris consiguiera que la disciplina de grupo no se rompiera, Puig y sus socios se quedarían a solo 1 diputado más para conseguir el objetivo y tendría que lograrlo entre los 6 diputados no adscritos (5 ex de C's y una ex de Vox).
Pues bien, todo apunta a que en las últimas horas los 'sondeos' entre los no adscritos y parte del grupo de Ciudadanos no han funcionado adecuadamente para lograr esa rebaja. Las fuentes consultadas por Vozpópuli apuntan a que actualmente el apoyo a esa rebaja electoral oscilaría entre los 61 y los 65 diputados, pero en ninguna ecuación salen los 66 necesarios.
Queda un pleno en febrero y, probablemente, el habitual pleno escoba (en marzo) antes de finalizar la legislatura y disolver la Cámara, así que el tiempo para incluir esa propuesta en el orden del día apremia. En Ciudadanos, según las mismas fuentes, hay 9 diputados que son proclives a rebajar el listón (aunque alguno de ellos mantiene dudas), 3 totalmente contrarios y 1 diputados que mantiene dudas y esperará a la reunión de grupo, prevista para hoy, para salir con una posición fijada.
Y entre el grupo de no adscritos hay 3 que son contrarios a aprobar la rebaja y 3 que mantienen abierta la posibilidad de negociar su apoyo, aunque no de forma muy entusiasta. Entre esos 3, sorprendentemente, también estaría la exdiputada de Vox, Rebeca Serna, quien ha cambiado varias veces de parecer en los últimos días y ahora parece más proclive a votar en contra llegada el momento.
Uno de los diputados no adscritos, Jesús Salmerón, se ha erigido en 'portavoz' de sus compañeros y ha asegurado que ninguno de ellos lo apoyaría. Por contra, hay quienes dentro de ese 'grupo' afirman que "no pondría la mano en el fuego por nadie", porque hay quienes están dudando.
Presión a los no adscritos
El citado Salmerón, Vicente Fernández (que dejó Ciudadanos por esta misma cuestión) y Sunsi Sanchis no van a participar de la operación comenzada por los tres partidos políticos que sustentan al Gobierno valenciano. La presión en las próximas horas sobre los otros tres diputados no adscritos: Cristina Gabarda, José Antonio Martínez y la propia Rebeca Serna, va a ser muy elevada, y la posibilidad de ir en listas o en puestos de responsabilidades de gobierno estarían sobre el tapete de 'negociación'.
Ximo Puig no quiere aparecer abiertamente en esta maniobra en clave electoral para retener el poder. No quiere ofrecer una imagen de 'agobio' y proyectar que las elecciones están más reñidas que lo que reconocen de puertas hacia afuera. Ahora bien, solo el hecho de que se haya decidido a intentarlo significa que en el PSOE valenciano ven difícil llegar a gobernar en solitario con Compromís por los problemas internos de los nacionalistas surgidos tras la marcha de Mónica Oltra.
La situación de corrientes enfrentadas en Compromís ha tenido un alivio este pasado fin de semana con el recuento de primarias, ya que en Alicante, que es donde más fricciones había, ha salido victoriosa (no por un margen excesivo) la actual vicepresidenta del Gobierno valenciano, Aitana Mas. Si no hubiera ganado, la fractura se podía haber ensanchado aún más, pero su triunfo ha supuesto un alivio para Puig.
En el PP, mientras, no se han encogido de hombros y ya hay conversaciones discretas con algunos de los diputados de Ciudadanos y también con los no adscritos para garantizarse el voto en contra de la rebaja de la barrera electoral (si se llega a llevar a pleno) de, al menos, seis de ellos. Tanto el presidente regional, Carlos Mazón, como la secretaria general del PPCV y portavoz en las Cortes, María José Catalá siguen la evolución de los acontecimientos y, como en el caso de Puig, los contactos se llevan a través de otros diputados.
La llegada de Ruth Merino hace unas semanas al PP ha abierto la posibilidad de que haya más diputados de Ciudadanos que puedan seguir la misma estela próximamente . El voto en contra de la rebaja electoral sería un 'aval' perfecto para quien quiera dar ese paso en un futuro muy cercano.
La próxima semana se antoja decisiva para ver si finalmente la reducción del listón electoral se integra en el orden del día del próximo pleno y pasa a tener una incidencia clara en la composición de la próxima Cámara autonómica o, como parece, se ve abocada al fracaso. De ser así, la cita con las urnas puede dejar a Podemos al filo del abismo y a Ciudadanos sin posibilidades de repetir presencia en las Cortes.
ChabanCampagne
No se deberían hacer trampas la víspera de las elecciones
musta
El Que Salta Vuestras Leyes Instituciones Y Pasa A Vuestra Justicia Y Constitucion X Sus 00es Es Tu Rey Delincuente Fugado Con 8000 Millones En Offshore....mientras Sus Subditos Se Mueren De Asko................catalunya Y Euskadi Libres Por Cuestion De Higiene.