La táctica de Rafa Mir para desmontar la denuncia por agresión sexual: cámaras y empleados de una discoteca

La defensa de Rafa Mir sale al ataque. Si la semana pasada presentaron un escrito en relación al informe de la Policía Local sobre la intervención en la casa del futbolista, ahora solicitan el análisis de las cámaras de seguridad de la discoteca Mya de Valencia donde el jugador conoció a las denunciantes y también que los investigadores tomen el testimonio de los empleados que les atendieron esa madrugada, según informan fuentes del caso a Vozpópuli.

Esta diligencia se ha pedido porque tienen la sospecha de que las heridas que conforman el parte de lesiones de la joven se produjeron antes de ir a la vivienda de Rafa Mir por una pelea en el interior del local.

Esta nueva solicitud se une a la que realizó la semana pasada el abogado del futbolista. Y es que el informe que realizó la Policía Local de Bétera cuando acudió a la casa del futbolista en la urbanización Torre en Conill señala que las dos jóvenes no aseguraron en ningún momento haber sido víctimas de una agresión sexual. Fue un vecino el que llamó a las autoridades al ver a las chicas semidesnudas a la puerta del inmueble.

Una supuesta pelea previa en la discoteca

En esta ocasión, la defensa de Rafa Mir ha pedido diligencias con el objetivo de conocer qué sucedió en los momentos previos a la presunta agresión sexual. Para ello, ha solicitado a la juez de Instrucción 8 de Llíria que se analicen las cámaras de seguridad de la citada discoteca donde se conocieron los dos grupos y que se tome el testimonio de los empleados que trabajaron durante esa madrugada del 1 de septiembre.

Y es que se sospecha que las dos jóvenes tuvieron una pelea en ese establecimiento y fruto de esta riña se produjeron las heridas de arañazos y moratones en los brazos que presentaba una de ellas, tal y como se reflejaba en el parte de lesiones. Una vez realizada esta petición será la magistrada quien decida si acepte o no la misma.

El Hospital La Fe de Valencia fue el que asistió a la joven que horas después denunció al futbolista por una supuesta agresión sexual. Los sanitarios observaron que la chica presentaba marcas y arañazos en sus brazos. Sin embargo, en la exploración vaginal no detectaron ninguna herida, según se certifica en el citado parte de lesiones.

Esta mujer ratificó "punto por punto" su denuncia ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 8 de Llíria. También fue preguntada por si la agresión sexual había provocado heridas en sus zonas íntimas, un extremo que ella misma negó. La denunciante sostuvo que el futbolista introdujo sus dedos en la vagina sin su consentimiento.

El teléfono móvil de Rafa Mir

La versión de Rafa Mir es que tuvo sexo consentido con una de ellas y tocamientos, también aceptados, con la otra denunciante. Además, admitió que en la piscina de su chalet hubo un "juego" entre los presentes y que las heridas de la joven podrían deberse a este extremo.

Cabe recordar que esta mujer no aportó ninguna información relativa a la agresión sexual cuando se acercaron a la casa los agentes de la Policía Local que fueron avisados por un vecino que las vio semidesnudas en la entrada de la vivienda de Rafa Mir. Varias horas después acudió al hospital y posteriormente sí interpuso la denuncia ante la Guardia Civil.

La Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Valencia busca construir una fotografía de lo que sucedió la noche de la denuncia por agresión sexual contra el futbolista Rafa Mir. Los agentes están volcando el contenido del teléfono móvil del acusado, que entregó de forma voluntaria a los funcionarios después de declarar durante casi dos horas ante la juez de Llíria.

Las diligencias van encaminadas a conocer las conversaciones entre los dos detenidos en las horas en las que supuestamente se produjeron las agresiones y las imágenes captadas en el dispositivo del jugador cedido por el Sevilla al Valencia CF, según informan fuentes del caso a Vozpópuli.

El tercer amigo de Rafa Mir

Otra de las diligencias que se busca es conocer las conversaciones que mantuvieron Rafa Mir y su amigo Pablo Jara tras los hechos, una vez que las dos denunciantes ya no se encontraban en el interior del inmueble en el que vive el futbolista en la urbanización Torre en Conill de Bétera. Uno de los grandes misterios del caso es el tercer hombre que estaba esa noche en la casa del futbolista.

Este joven, que es también amigo de Rafa Mir, aseguró que no vio ninguna agresión sexual por parte de los dos acusados hacia las jóvenes en la casa del futbolista. La juez del caso, Ana Magraner, no le ha llamado a declarar aún por lo que su testimonio sobre los hechos que pudo observar sólo lo conocen los agentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Bétera.

"La imputación no se sostiene"

La defensa, ejercida por el letrado Jaime Campaner, hizo hincapié en que en este caso "debe respetarse la presunción de inocencia de Rafa Mir, pues así lo impone tanto la Constitución Española como la Directiva europea 2016/343" y señala que el recién inaugurado proceso penal "servirá para esclarecer los hechos y se evidenciará que la imputación no se sostiene".

Asimismo, subraya que las actuaciones judiciales son reservadas, por lo que "ante la aparente filtración interesada, sesgada y parcial de elementos supuestamente extraídos del sumario esta defensa no va a participar en ningún juicio paralelo", afirma la nota del abogado del futbolista.