España

Frenar al ciudadano Rivera, objetivo de la convención del PP catalán

El Partido Popular abre el año centrado obsesivamente en Cataluña. Toda la organización, con Rajoy al frente, se traslada a finales de mes a Barcelona para celebrar la convención regional. Los objetivos: plantarle cara al secesionismo de Artur Mas y, al tiempo, frenar el ascenso de Ciutadans, su principal rival en las urnas.

  • La líder del PP catalán Alicia Sánchez Camacho junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Mariano Rajoy se desplazará previsiblemente a Barcelona el día 25 para clausurar la convención del PP catalán que arrancará el jueves 23. Alicia Sánchez Camacho, la líder rregional, desveló esta posibilidad en una entrevista de agencia. Fuentes de Génova, sin embargo, confirman que es voluntad del presidente del Gobierno asistir al cónclave, en la que será su primera visita a Cataluña desde que Artur Mas anunciara la fecha y la pregunta del referendum.

Rajoy ya tiene dicho que recibirá a Mas en el caso de que éste se lo solicite, pero también ha dejado claro que no sabe muy bien de qué tendrían que hablar, puesto que sobre el asunto de la consulta no hay posibilidad alguna de negociación. "No habrá referendum", ha confirmado una y otra vez el presidente del Gobierno en las últimas semanas.

No habrá encuentro con Mas

El presidente de la Generalitat, durante la rueda de prensa tras el anuncio de la fecha de la consulta, comentó que le pediría una cita a Rajoy para intentar convencerle de que cambie de opinión y para que permita al pueblo de Cataluña expresar la suya. No está, por lo tanto, previsto que Rajoy y Mas mantengan una entrevista con motivo del desplazamiento del presidente del Gobierno a Cataluña a finales de mes.

También concurrirán al cónclave de los populares catalanes la secretaria general de la formación, Dolores de Cospedal y algún ministro, casi con toda seguridad el del Interior, Jorge Fernández, que es de la zona, y la de Fomento, Ana Pastor, que se ha convertido en el puente más activo entre Moncloa y la Generalitat. Dinero e inversiones lubrican cualquier tirantez y hasta facilitan encuentros.

Sánchez Camacho se ha mostrado muy activa en las últimas semanas en sus declaraciones públicas contra la deriva independentista de Artur Mas y de su formación, CiU, a la que durante dos años prestó apoyo para sacar adelante los presupuestos. Ese periodo colaboracionista dejó huella en la epidermis del partido en Cataluña. Incluso llegaron a tildarle de "filoconvergente", como en los peores momentos del post-vidalquadrismo.

El artículo tabú

La líder del PP catalán, sin embargo, se muestra ahora radicalmente crítica hacia el nacionalismo y es de las pocas voces de la formación en el poder que ha hablado abiertamente de la posibilidad de recurrir al artículo 155 de la Constitución, que recoge la posibilidad de retirar competencias a un gobierno autonómico. Pocos son los dirigentes del PP que han osado referirse expresamente al artículo tabú de la Constitución. De hecho en Moncloa se maneja como una ultimísima posibilidad, siempre en el caso de que Artur Mas hiciera suya la estrategia de ERC, consistente en llevar la línea de la independencia hacia sus horizonte final.

Camacho, muy oportunamente en este sentido, recordó que el Gobierno británico, con el socialista Tony Blair al frente, retiró los poderes al gobierno de del Irlanda del Norte en dos ocasiones. No se trata de establecer relaciones forzadas pero sí de incidir en memorias forzosas.

El PP catalán, que sufre ahora una evolución muy declinante en las encuestas, ha decidido modificar su estrategia. Más nervio, más fuerza, más dinamismo y más contundencia. "El único freno al nacionalismo somos nosotros", viene a ser el eslogan de la casa. De reclamar en Madrid una actitud comprensiva y generosa para con la financiación de Cataluña, lo que enervó en su día a los barones autonómicos, ha pasado a transformarse en espada flamígera de CiU.

Nacionalismo despendolado

Sánchez Camacho pretende convencer a ese electorado ahora remiso o en fuga de que el único partido nacional capaz de poner en su sitio al nacionalismo disolventes y separatista es el PP. Su discurso busca, funamentalmente, arrebatarle argumentos y bazas a Ciutadans, la formación más beligerante contra los secesionistas y receptora de buena parte del voto en disidente del PP, según apuntan mayoritariamente los sondeos.

La idea es cambiar esa percepción, y en eso está Sánchez Camacho, quien en sus últimas comparecencias ha tildado al partido de Albert Rivera de "formación residual" o de ser la nueva marca del PSOE en Cataluña. No son votantes del PP los que engordan las filas de Ciutadans, sino que son del PSC, viene a ser el argumento con el que trabajan los populares catalanes de cara a la convención. En lugar del "Juntos podemos", en el PP catalán parece haberse instalado la idea de que el enemigo a bair es Rivera

Fernández Diaz, el único ministro de origen catalán del Gobierno, precisamente se mostraba muy preocupado días atrás al mencionar que en estas Navidades ha podido comprobar cómo familiares o amigos han optado por no reunirse para eivtar friccione spolíticas. "Acabo de vivir situaciones muy tristes, que pensé que nunca jamás vería", dijo el minsitro, quien acusó a Artur Mas de está fracturando la realidad social de Cataluña, hecho gravísimo y sin precedentes.

 

 

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