Debate del estado de la nación

Abascal tiende la mano a un 'ausente' Feijóo para construir una "alternativa real" a Sánchez

PP y Vox señalan la puerta de salida al presidente del Gobierno. Ambos dan por amortizada la coalición. Mientras los 'populares' evitan dirigirse a los de Abascal, este último apunta a seguir el ejemplo de CyL

  • El líder de Vox, Santiago Abascal. -

La primera jornada del debate sobre el estado de la nación finalizó este martes con PP y Vox señalando la puerta de salida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Mientras que la secretaria general y portavoz de los 'populares', Cuca Gamarra, sostuvo que la coalición no daba más de sí, el líder de Vox, Santiago Abascal, aseguró que el dirigente socialista estaba ya de salida. El rosario de anuncios de Sánchez no sirvió para aplacar a una oposición que, más que debatir sobre política general, pareció enmendar la totalidad de sus medidas. Hubo propuestas a la par que reproches.

Sin embargo, las dos formaciones parecen vislumbrar un futuro distinto para el país. El PP se ve gobernando solo como en Andalucía y en Vox apuntan a seguir el ejemplo de Castilla y León. Santiago Abascal no dudó en tender la mano a Alberto Núñez Feijóo para construir una "alternativa real" al Ejecutivo de Sánchez, pero se topó con la huidiza mirada del dirigente gallego.

Más allá de que el presidente del PP no pudiese subirse a la tribuna para protagonizar un cara a cara con Sánchez, ya que no tiene acta de diputado, fueron varias las veces que esquivó la mirada a un Abascal que se dirigió a él en un puñado de ocasiones. Por otro lado, tampoco quiso hacer declaraciones ante los medios ni en los pasillos ni en el patio de la Cámara Baja. Mutis por el foro.

Si están dispuestos a ser firmes en este tema les rogaría que también se comprometieran a derogarla si tenemos ocasión de hacerlo

"El Gobierno ha tratado de convertir en debates prohibidos los muy cuestionables principios que han inspirado toda su acción política", apuntó a Abascal para, acto seguido, llamar la atención de Feijóo. "Aprovecho para darle la bienvenida y decirle que no son debates estériles. Discúlpeme porque sé que no puede responderme, pero se lo digo con todo el respeto y humildad. La izquierda dice que hay debates prohibidos y muchas veces ustedes hablan de cortinas de humo solo porque no quieren confrontar con la izquierda", defendió el líder de Vox. Un caldo de cultivo que sirve, según Abascal, para que la izquierda avance en su agenda política.

"Señores del PP, es un debate importante y si están dispuestos a ser firmes en este tema les rogaría que también se comprometieran a derogarla si tenemos ocasión de hacerlo. Creo que solo desde esa firmeza podremos construir una alternativa real con nuestras legítimas diferencias, amplias en algunos aspectos. Pero una alternativa que sirva para dar a los españoles lo que reclaman: la expulsión de este Gobierno", emplazó. Encontró el ejemplo en la reducción del "gasto superfluo" de Castilla y León y deslizó su intención de repetir jugada.

Guiño de Abascal a un esquivo Feijóo

Pero los guiños de Abascal se encontraron sin respuesta por parte de un PP convencido de que Feijóo será el próximo presidente del Gobierno. Cuca Gamarra, que asumió el discurso de los 'populares' durante el debate, se encargó de colgar la etiqueta al líder de su partido. Y no se refirió a Vox en ningún momento.

La intervención de Gamarra se enfocó en Pedro Sánchez, al que afeó haber despreciado la mano tendida de su partido y acusó de no haberse dejado ayudar en toda la legislatura. "No habla con las autonomías, con los ayuntamientos y con el resto de partidos", le espetó. El presidente del Gobierno, en cambio, presumió de todos los acuerdos a los que había llegado.

"Nosotros hemos pactado con los gobiernos europeos, hemos sacado adelante 140 iniciativas legislativas aprobadas con diferentes grupos en esta Cámara, hemos celebrado veinte reuniones de las Conferencias de Presidentes durante la pandemia, hemos acordado 15 consensos con los agentes sociales que nos han permitido reformas tan importantes como la reforma laboral o la de las pensiones", repasó. Y zanjó: "Ustedes no solamente no pactan con nosotros, es que además votan en contra de todo lo que pactan los demás. Solo pactan con la ultraderecha".

Además de en dar por finiquitada la coalición de Gobierno, PP y Vox coincidieron en dar un gran espacio en sus discursos a la nueva ley de memoria democrática que Sánchez sacará adelanta gracias al apoyo de EH Bildu. Abascal habló de "memoria etarra" y Gamarra hizo ponerse en pie a todo el Pleno al solicitar un minuto de silencio por Miguel Ángel Blanco cuando se cumplen 25 años de su asesinato por parte de la banda terrorista ETA. A todos, menos a la presidenta de la Cámara baja, Meritxell Batet, que minutos más tarde recordó al PP que ya se habían hecho homenajes por los cauces institucionales y que los minutos de silencio debían solicitarse en la Junta de Portavoces.

Los grupos, en campaña

Los resultados de Vox en las elecciones andaluzas han provocado un giro hacia la precaución en el partido. Poco antes del 19 de junio, la formación daba por sentada su entrada en el Parlamento andaluz porque esperaban muchos más diputados de los que finalmente obtuvieron.

Aunque subieron dos escaños con respecto a las elecciones de 2018, Vox asistió como testigo a la mayoría absoluta del PP. El PP, ya con Feijóo al frente de Génova, tampoco se esperaba tal campanazo en las urnas y ahora se prepara para poder irrumpir en Moncloa en solitario. Este mismo deseo tiene Pedro Sánchez, que aprovechó el discurso del debate de la noción para robar la bandera social a Yolanda Díaz y su proyecto Sumar con una batería de medidas que ella misma dijo desconocer. Unidas Podemos celebró las medidas y Abascal acabó acusando a Sánchez de no acudir al Congreso a debatir los problemas de los españoles, sino a "arañar un puñado de votos" a la formación morada.

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