La atomización del movimiento independentista después de la fallida declaración de independencia de 2017 avanza a marchas forzadas. En el universo de grupos y entidades que buscan mantener la vía unilateral aparece un colectivo anónimo, autodenominado Desobediencia Civil.Cat, que enseña tácticas de guerrilla callejera para implementar la independencia.
El colectivo se ha hecho fuerte en chats de mensajería instantánea donde comparten contenido de su página web para ilustrar a los manifestantes cómo levantar barricadas. Como otras facciones del independentismo radical, consideran que los partidos con representación parlamentaria -ERC y JxCat- han renunciado a aplicar el "mandato" del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y apelan a la "desobediencia civil".
Uno de sus referentes, como se puede observar en la web, es el caso de Lituania. "Países como Lituania, que tienen la amenaza de Rusia, han publicado el tercer manual basado en la defensa civil para contraatacar las incursiones rusas". Otro de los ejemplos que ponen es el de Suecia, donde afirman que las autoridades distribuyen un "manual de supervivencia" entre sus ciudadanos donde les dan "claras indicaciones" por si "una crisis o conflicto llegara".
Respecto al caso de la república báltica, adjuntan el manual del filósofo estadounidense Gene Sharp para hacer la revolución sin emplear una violencia directa.
"Entrenamiento de la población"
Su objetivo es crear un cuerpo de "defensa civil catalana". Para ello, consideran que el elemento clave es la "formación y entrenamiento de la población en general" y de "todas sus instituciones". Y eso, añaden, debería ir acompañado de un "cambio institucional y social" para que haya una mayor "responsabilidad" colectiva. "El objetivo de estos cambios es aumentar la resiliencia y capacidad de resistencia de la sociedad".
Desde los colectivos más radicales del independentismo no descartan incluso que este coste se traduzca en vidas humanas para forzar a la comunidad internacional a intervenir en Cataluña
Y es que uno de los debates dentro del independentismo unilateral es la necesidad de "asumir los costes" de un nuevo conflicto con el Estado. Desde los colectivos más radicales no descartan incluso que este coste se traduzca en vidas humanas para forzar a la comunidad internacional a intervenir.
Primera campaña
Desde este nuevo colectivo, sin embargo, van paso a paso. Su primera campaña ha consistido en "reducir la representación española en Cataluña”. En su web, incitan a usar “sprays, globos de agua rellenos de pintura y pegatinas” para tapar en las señales de tráfico y otras localizaciones todas las referencias nacionales.
Recomiendan a todos los que quieran cometer este delito que escojan "el lugar de actuación": "actúa, marca un plan, horarios, necesidades y hazlo”. Otras de sus sugerencias es el uso de fuego o el levantamiento de barricadas como las que se hicieron durante las protestas en Hong Kong contra el gobierno chino. También enseñan cómo "evitar ser identificado" por la policía".
Aviso de la policía
Los diferentes cuerpos de policía son conscientes del potencial peligro que pueden representar estos grupos si se animan a llevar a la práctica sus planes. Además, en un momento complicado en las relaciones entre los cuerpos policiales y la Consejería de Interior, que aprieta para reducir todos los ataques contra instituciones públicas o agentes a "desórdenes públicos" o penas menores.
El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha manifestado por activa y por pasiva su voluntad de no "criminalizar" las protestas que se produzcan en el marco de la causa independentista. Desde el independentismo antisistema han acusado a la Generalitat de pedir penas de cárcel contra manifestantes independentistas. Una situación que genera contradicciones internas dentro del Ejecutivo, porque mientras critican los "represaliados" por el Estado, muchas veces es la propia Generalitat que se persona en contra de manifestantes independentistas que han agredido a Mossos d'Esquadra.
Por su parte, los sindicatos de policías advierten de que esto conlleva un aumento de la impunidad con la que operan muchos de estos grupos. Y ven con preocupación la aparición de nuevos grupos, como Desobediencia Civil.Cat, que de forma cada vez menos acomplejada incitan a esta tipo de acciones.