El conseller de Educación del Gobierno valenciano, José Antonio Rovira, ha señalado que el colegio Lluís Vives de Massanassa (Valencia), donde este domingo ha fallecido un trabajador de Tragsa, no iba necesariamente a ser derruido, aunque se había catalogado como "rojo" por los daños sufridos por la dana.
"En ningún caso estaba calificado como un centro que podía colapsar, y no lo ha hecho; el accidente se ha producido simplemente en un porche, quizá por un daño en un pilar, y ha caído", ha dicho Rovira en una comparecencia ante los medios de comunicación tras reunirse con el president de la Generalitat, Carlos Mazón, junto al responsable de Tragsa en la Comunitat Valenciana, Juan Miguel Alepuz, para el que trabajaba la persona fallecida.
El conseller ha insistido en que los trabajadores de Tragsa que estaban en el colegio se han visto sorprendidos "por un imprevisible derrumbe" y ha señalado que, como en todos los accidentes laborales, el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (INVASSAT) investigará lo sucedido.
Preguntado por los motivos por los que se estaban haciendo trabajos en ese colegio, Rovira ha indicado que se encontraban haciendo limpieza exterior, "que es algo muy demandado por los municipios", con una máquina y cuatro operarios que limpiaban lodo y enseres abandonados.
"Era un tema de salubridad, por eso limpiaban allí, porque estaba lleno de lodo. El martes pasado estuvo el director general de Infraestructuras y la idea es montar ese colegio en aulas prefabricadas", ha afirmado el conseller, quien ha añadido que, tras esa reunión, el alcalde "trasladó la petición de realizar esas labores".
Al estar marcado como rojo "para rehacer", ha manifestado el responsable de Educación, "todo apuntaba a que valía más la pena hacerlo nuevo que repararlo, porque había destrozos importantes" tras haber superado el agua los 2,10 metros de altura en las inundaciones.
Los informes reflejan "daños estructurales que no suponían un riesgo de fallo de la estructura", pero sí para ser ocupado por los niños, por eso el alumnado de este centro va a ser reubicado en la antigua escuela de Magisterio de València a partir de mañana, ha relatado.
La idea para el Lluís Vives a corto plazo es, mientras se estudia su reconstrucción, reubicar para el curso que viene a los menores en aulas prefabricadas, pues ahora lo principal es acometer obras y reformas en centros en mejor estado que se puedan poner a disposición en un menor periodo de tiempo, ha precisado.
Preguntado sobre por qué no ha ido Mazón al colegio tras el accidente, Rovira ha expresado que la prioridad era reunirse con Tragsa y conocer los detalles de lo sucedido, y que al Lluís Vives se ha desplazado la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Susana Camarero.
"No hacíamos nada allí. Es un accidente laboral y se investigará por la inspección laboral", ha referido Rovira, quien ha aseverado que tanto él como el president se encontraban en Alicante porque tienen a su familia allí y ha agregado: "todos tenemos derecho a estar con nuestras familias".
Ha señalado que desde las riadas del 29 de octubre muchos aparcamientos y exteriores de los colegios han sido usados para dejar enseres o ser centros logísticos de acopio de comida y otras cuestiones y que actualmente Tragsa está actuando en 19 localidades.
En concreto, ha detallado, Tragsa ha intervenido en 68 centros, de los que 44 son colegios de infantil y primaria y 24 de secundaria. De ellos, 23 ya están limpios y con certificación de higienización.
También ha expresado que desde la dana han analizado más de 90 centros, de los que la mayor parte ya están abiertos o abren en próximos días. "Aquellos con daños que costarán mucho tiempo, valoraremos si vale la pena echarlos abajo o no, intentando buscar alternativas dentro del municipio y no desplazar a los chavales", ha finalizado.