El mismo año en el que los avances en robótica habían llevado a la policía de Beverly Hills a poner bajo custodia a un androide llamado DC-2 por "distribuir de forma ilegal tarjetas de visita y por causar conmoción en general" -los hijos de su propietario le habrían sacado a pasear sin autorización por Los Ángeles- y el mismo año en el que la Universidad de Washington y la de Pensilvania colaboraron para crear los primeros mamíferos transgénicos, Ridley Scott estrenaba Blade Runner en las salas de cine de Estados Unidos. Era 1982. Aquellos autómatas y aquellos ratones de laboratorio suscitaron encendidos debates entre científicos, filósofos, académicos y políticos. ¿Había que poner límites éticos al desarrollo de la inteligencia artificial y a la manipulación genética?
Aunque la película del británico pasó con indiferencia por la taquilla -su recaudación fue de 33,7 millones de dólares, una cifra pobre en comparación con los más de 100 millones que había logrado anteriormente con Alien y peor si se tiene en cuenta que la producción costó 28 millones-, se convirtió en objeto de culto para algunos críticos y filósofos, que no dudaron en incluirla en sus listados de recomendaciones para complementar el temario y hacer pensar a sus alumnos.
Pero, ¿qué cuestiones vitales plantea Blade Runner? altavoz ha contactado con un selecto grupo de filósofos para saber qué les lleva a sugerirla en clase; en qué coincide la sociedad actual con la idea de futuro (2019) que perfiló Scott y si creen que Blade Runner 2049, la esperada secuela que el aclamado cineasta lanzará el próximo 6 de octubre en medio del bombo mediático, cumplirá con las altas expectativas del público.
Aunque la película del británico pasó con indiferencia por la taquilla, se convirtió en objeto de culto para algunos críticos y filósofos
"El Cine y la Filosofía siempre han ido de la mano, incluso más que la Filosofía y la Literatura. Hay películas que plasman mejor los planteamientos filosóficos que muchos libros. Y Blade Runner es una de ellas", considera Manuel Sanles, profesor de Filosofía en el Colegio Internacional Altair y presidente de la Sociedad Española de Profesores de Filosofía (SEPFI). Año tras año, Sanles propone esta cinta en 1º de Bachillerato, cuando toca abordar qué es el hombre.
"La película de Scott trata la importancia de la memoria y de los sentimientos en la construcción del ser humano. Los replicantes son muy inteligentes, incluso más fuertes y veloces, pero buscan tener recuerdos y sentimientos. Son seres fríos desprovistos de memoria", explica el profesor. Y asegura que los alumnos actuales, que han crecido con las máquinas, suelen dar mucha importancia a los sentimientos.
Pesimismo ante el futuro
"Como en todas las películas de ciencia ficción hay una parte de acierto... Y un mundo en el que se proyectan nuestras peores esperanzas. A veces el hombre es pesimista ante su futuro y esto lleva a los directores a crear este tipo de películas apocalípticas", señala. En cuanto a poner barreras éticas a la inteligencia artificial, Sanles opina que sería necesario, pues "vivimos en una sociedad en la que prima el dinero y la economía". "Los límites éticos no serían tanto a la investigación científica, sino al hombre que hace ciencia, para que use los avances de un modo correcto", aclara.
Con él coincide el catedrático y doctor en Filosofía Esteban Cortijo, fundador y presidente honorífico del Ateneo de Cáceres. "Yo pondría límites al despilfarro, pero a lo que investiga un científico en su laboratorio, no. Los inventos, como la espada, la dinamita o las placas solares son herramientas que podemos usar para el bien o para el mal. Lo adecuado sería educar al que tiene acceso a esas herramientas", explica.
Poner límites éticos a la ciencia sería inútil. El deseo de saber sigue siendo filosofía y este deseo te pervierte convirtiéndote en el malo de la película cuando, además de saber, quieres mandar"
Además, continúa, poner límites éticos a la ciencia sería inútil: "El deseo de saber sigue siendo filosofía y este deseo te pervierte convirtiéndote en el malo de la película cuando, además de saber, quieres mandar". Según Cortijo, los autores han encontrado un filón describiendo mundos subterráneos y espaciales donde reina el terror y lo oscuro. "Casi todo el mundo, los hombres más que las mujeres, viste habitualmente de negro. No hay ninguna razón para creer que el futuro será peor que el presente", advierte.
Para el profesor, al igual que ocurrió con muchas de las películas de Woody Allen, Ridley Scott tuvo más éxito con Blade Runner fuera de EEUU. "Esta cinta se usó mucho, probablemente por la carga filosófica que encierra. Yo no utilizaba la hora de clase en ver películas, pero siempre me ha parecido un título sugerente para pensar, dialogar y sacar conclusiones como me lo parece el disco y la película The Wall, de Pink Floyd. Si no somos más que otro ladrillo en el muro, como canta la banda de rock británica, me gustaría saber cómo es ese muro y hasta dónde llega", reflexiona.
En la obra de Scott, apunta, son fundamentales las cuestiones relacionadas con la ética, como la manipulación ideológica, la manipulación genética o si hay que cuidar el mundo de las emociones o perseguir la felicidad como objetivo no solo individual, sino social, etc. "En este sentido, a mí siempre me llamó mucho la atención Un mundo feliz de Aldous Huxley. Hay muchos filósofos que han planteado estas cuestiones, tanto los clásicos, en torno a la creencia en dioses diversos, como en el presente, más descreído y materialista", comenta.
Identidad y sentimientos
Un mundo feliz es también una de las obras futuristas que sugiere la doctora en Filosofía y miembro de la Asociación de Profesores de Filosofía de Madrid Esther C. García Tejedor. En el plano del cine, Una odisea en el espacio, Her y por supuesto, Blade Runner son otros referentes para estudiar la inteligencia como proyecto de la evolución, los peligros de la realización de ideales, la identidad y el ansia de inmortalidad. "Blade Runner plantea muchos temas cruciales sobre la naturaleza del ser humano como en qué medida nos define la inteligencia, en qué medida los sentimientos, las aspiraciones personales… La dimensión religiosa del ser humano desde su ansia de inmortalidad y las cuestiones éticas asociadas a la naturaleza del hombre", resume.
Los alumnos suelen empatizar con algunos de los replicantes como Rachel y a criticar el trato de esclavitud con que se les crea. Lo comparan con la clonación y sus posibles usos"
Y añade que la película "juega" con la ambigüedad de las definiciones de nuestra naturaleza. "Se establecen 'grados' de humanidad como las emociones simples y las emociones complejas", dice García Tejedor. "Los alumnos tienden a destacar el desarrollo de la tecnología en la fabricación de androides y ciborgs. Planteamos si es posible dar el salto cualitativo de la inteligencia artificial (aún no semántica) a la inteligencia humana. Los alumnos suelen empatizar con algunos de los replicantes como Rachel y a criticar el trato de esclavitud con que se les crea. Lo comparan con la clonación y sus posibles usos", cuenta la también profesora de Secundaria.
"Los límites a la inteligencia artificial se relacionan más con los derechos que se deban dar a los replicantes. En cuanto conscientes y con capacidad de sentir (de sufrir, de amar…) adquieren categoría de dignidad (ser un fin en sí mismos, no un mero medio). Más que el avance tecnológico, lo que se cuestiona moralmente son sus usos y los intereses creados por unos u otros", considera.
Para el profesor de Filosofía y especialista en Historia y Estética Cinematográfica por la Universidad de Valladolid Santiago Navajas hay que tratar de que los alumnos vean la película en su versión con voz en off porque "sin esa explicación la película queda demasiado críptica en un primer visionado". "Lo más importante es que se llegan a plantear su propia condición de 'replicantes', en cuanto que la película les obliga a plantearse su 'humanidad', más allá del sentido común que les hace fijarse en lo visible corporal e ir más allá. Lo suelen interpretar, lo que es un visión muy adecuada, como una metáfora del racismo o de cualquier otro tipo de discriminación injusta", destaca.
Paranoia contra el 'replicante'
"Lo interesante de la película es que plantea el tema de ser persona como algo que trasciende el hecho biológico de 'ser humano' para situarlo en otro plano: el de la racionalidad y la emocionalidad, la memoria y la conciencia, independientemente de la especie. En este sentido entronca con otras películas como E.T o Wall E", opina Navajas. Según el filósofo, junto a El club de los poetas muertos y Matrix, además de series como Black Mirror y Los Simpson, Blade Runner combina el entretenimiento con el planteamiento de algunas cuestiones básicas de Filosofía de la Mente, como qué es pensar y la relación entre razón, sentimientos y memoria; de Filosofía de la Tecnología, sobre todo en relación a la Inteligencia Artificial, además de cuestiones de Ética y Política: "Al fin y al cabo es una distopía".
Stephen Hawking ha resucitado cierto 'ludismo' contra la revolución tecnológica porque presuntamente la maquinaria está 'robando' puestos de trabajo. La paranoia contra los replicantes se está produciendo"
"Los límites éticos y políticos cabe ponerlos, claro está, del mismo modo que se ha hecho con la energía nuclear (centrales, sí; bombas, no). Siempre desde el conocimiento científico fundado porque, en caso contrario, pueden proliferar las sectas anti tecnológicas y anti científicos de corte ideológico-político, como ocurre con la cruzada de cierta izquierda contra los transgénicos o las vacunas o, por otro lado, la derecha contra la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas norteamericanas", opina Navajas.
Stephen Hawking, recuerda el filósofo, ha advertido contra la Inteligencia Artificial porque podría ser peligrosa para la especie humana si se hace demasiado inteligente y autoconsciente, porque podría decidir aniquilarnos. "Por otro lado, ha resucitado cierto 'ludismo' contra la revolución tecnológica porque presuntamente la maquinaria está 'robando' puestos de trabajo. Es decir, la paranoia contra los 'replicantes' que la película vaticina como uno de los signos de la época moderna se está produciendo. Sin
embargo, es mucho más fuerte el impulso progresista hacia la innovación robótica", apunta.
Blade Runner 2049
Si bien los filósofos entrevistados por altavoz coinciden en proponer a sus alumnos el visionado de Blade Runner, existe una división de opiniones ante la llegada de la secuela, ambientada en la sociedad futurista de 2049. "No creo que tenga el mismo impacto porque este tipo de secuelas, aunque sean tan brillantes como la de James Cameron respecto a Alien, no suelen abrir nuevos frentes interpretativos ni aportar más tensiones conceptuales, sino más bien continuar con alguna variación los temas ya abiertos", dice Navajas.
Si damos a elegir entre el modelo de sociedad que presenta 'Blade Runner' y la que muestra 'Los Santos Inocentes', pocos elegirán la España atrasada, pero en ambas sociedades habrá siempre hombres libres, hombres honestos y hombres canallas"
Por otro lado, sigue, los alumnos no suelen estar tan al tanto de los estrenos cinematográficos, sino más bien en el ámbito de las series de televisión y los videojuegos. "Ahí reside el futuro del 'taller de Filosofía' audiovisual, en series como The Walking Dead o videojuegos como Bioshock", advierte.
El profesor Sanles, en cambio, asegura que tiene esperanza en que la nueva película -que se estrenará el próximo 6 de octubre- esté a la altura de los planteamientos de la original. "He visto el tráiler y tiene muy buena pinta. Para muchos de mis alumnos será el primer contacto con el universo Blade Runner, la otra les resulta muy antigua", dice. En todo caso, asegura el filósofo Esteban Cortijo, lo importante no es el estímulo que apliquemos a las personas, sean o no alumnos, sino la recepción y la respuestas que estos dan.
"Si damos a elegir entre el modelo de sociedad que presenta Blade Runner y la que muestra Los Santos Inocentes, pocos elegirán la España atrasada, caciquil y hambrienta, pero en ambas sociedades habrá siempre hombres libres, hombres honestos y hombres canallas. La Ética es universal porque sabe distinguir esas cosas en cualquier sitio", determina.