Islandia puede presumir de contar entre sus 320.000 habitantes con los adolescentes más saludables de Europa. Pero no siempre fue así. Hace una década, casi la mitad de los jóvenes entre 15 y 16 años consumía alcohol, un hábito que ahora solo tiene el 5% de ellos. El éxito tiene su origen en un programa del Centro de Investigaciones y Análisis Sociales (ICSRA) llamado 'Youth in Iceland' que fue exportado a la Unión Europea en 2006 con el nombre 'Youth in Europe' y que, en España, solo se está aplicando en Tarragona. El primer escalafón del proyecto es un test de 70 preguntas anónimo y confidencial dirigido a todos los adolescentes nacidos entre 1999 y 2000 que se distribuye en todos los centros de secundaria. Con preguntas como 'Cuándo salgo de noche, ¿dónde voy?', '¿Saben mis padres con quién voy?' y '¿Conoce mi familia a mis amigos?', por ejemplo, pueden llegar a conocer hasta dónde llega el control parental.
En 1998, Islandia tenía unas cifras de consumo en los adolescentes entre 15 y 16 años parecidas a las nuestras"
"En 1998, Islandia tenía unas cifras de consumo en los adolescentes entre 15 y 16 años parecidas a las nuestras. El porcentaje de adolescentes que abusaba del alcohol rondaba el 48%, el 23% fumaba tabaco y el 17% consumía cannabis, pero después de aplicar una serie de medidas en las que participa toda la comunidad, diez años después los porcentajes se han reducido al 5%, al 3% y al 7%, respectivamente", explica Patrícia Ros, directora del Servicio de la Prevención de las Adicciones en el Ayuntamiento de Tarragona y responsable de la iniciativa en la ciudad catalana gracias al Área de Servicio a la Persona.
El consistorio catalán, coordinado con la Universidad Rovira i Virgili a través del departamento de Antropología Social, dispone ahora de un estudio detallado sobre los hábitos de 2500 ciudadanos de 24 centros de Secundaria distintos y de todos los barrios de la localidad. "En España se manejan las encuestas que hace el Plan Nacional sobre Drogas cada dos años a los jóvenes entre 14 y 18. De estas, 2000 tests corresponden a Cataluña y de ahí nosotros inferimos lo que ocurre en Tarragona. Aunque disponemos de esos datos, que son válidos, además aplicamos la metodología islandesa porque es la que nos sirve para evidenciar científicamente de lo que ocurre en los jóvenes de nuestra ciudad", aclara.
Barrio por barrio
"Hay toda una batería de cuestiones sobre consumo, pero también se exploran el nivel socioeconómico, las condiciones culturales, de migración, malestares sociales, perspectivas de género... Son muchas más preguntas que, al fin y al cabo, determinan con precisión cuál es el perfil de los adolescentes por barrios o por institutos, las vulnerabilidades sociales no son las mismas en unas zonas que en otras", dice Ros. Pero para terminar con los "botellones" no basta con una base de datos. En base a los resultados de todas esas preguntas comienzan a aplicarse una serie de medidas preventivas por parte de todos los agentes de la comunidad ajustadas según el caso concreto.
¿De qué sirve decirle a un chico que no beba alcohol si luego va a cualquier bar y le ponen chupitos?"
"El perfil del adolescente que más consume es varón y absentista escolar, pero no en todos los institutos. Por lo que sería ridículo aplicar como medida la impartición de clases en las aulas y, por eso, ahí habría que incidir más en algún tipo de programa relacionado con trabajar en la calle", considera. "En cambio, en un instituto con un índice de absesntismo bajo, lo ridículo sería irnos a la calle", insiste. Para la directiva, lo "importante" de esta estrategia islandesa es "que te permite trabajar según tu realidad y sobre todo, implicar a la comunidad". Profesores, asociaciones de padres, profesionales sanitarios, educadores y trabajadores sociales están llamados ahora a participar en foros para acordar una serie de medidas comunitarias que aplicar en los distintos barrios.
"La prevención es una cuestión de salud pública y todos tenemos que estar implicados, desde los políticos a los legisladores, que deben hacer cumplir la ley de no venta de alcohol a menores. ¿De qué sirve decirle a un chico que no beba si luego va a cualquier bar y le ponen alcohol?", denuncia Ros. "Todos los estamentos públicos y privados deben pensar que a través de la coordinación de sus acciones consiguen prevenir porque la prevención no es un tratamiento dual en el que el terapeuta dice al paciente lo que debe hacer, la prevención atiende a factores contextuales, de información y de educación, entre otros, donde todos los agentes que trabajan en la comunidad deben estar coordinados", advierte. La catalana lamenta que existan recursos en la comunidad destinados a la salud pública pero no estén conectados ni ordenados para atacar una realidad concreta. Gracias a Tarragona, España se ha sumado a una lista de países que están tratando de replicar la iniciativa nórdica como Turquía, Francia, Portugal, Lituania, Italia y Grecia.