La España vaciada abre los brazos al Ejército de Tierra. Los últimos movimientos logísticos y la apertura de bases militares en regiones donde hasta ahora había una escasa presencia de efectivos supone una esperanza en localidades de diversos puntos de España, que aplauden el desembarco de las unidades castrenses y las consecuentes implicaciones económicas que ello supone: más gente, más empleos, mayor actividad. El último ejemplo se ubica en Monte la Reina (Zamora), donde el Ministerio de Defensa ha dado luz verde a los trámites necesarios para albergar una nueva base. Pero no es el único caso.
El proyecto más ambicioso al que se enfrenta el Ejército de Tierra es, sin duda, la apertura en Córdoba y acondicionamiento de la base General Varela, así bautizada en honor al hasta hace poco Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME). Unas instalaciones logísticas que aspiran a convertirse en un centro internacional para otras potencias militares. Defensa lo define como “un proyecto punta de lanza en la digitalización” y “motor tecnológico y de I+D+I para la región”. Las estimaciones apuntan a que creará un total de 1.600 empleos directos, por lo que el interés político y social en la región está más que justificado. Pero la adjudicación no estuvo exenta de polémica. Porque si la lluvia de empleos y crecimiento económico ha caído sobre Córdoba, otras localidades creían que acariciaban ya con los dedos la apertura de la 'mega-base' en sus terrenos.
Agustín Conde, quien fuera secretario de Estado de Defensa en tiempos de María Dolores de Cospedal, manifestó su sorpresa al enterarse de que el Ministerio había decidido erigir la base en Córdoba. Y es que el Plan COLCE (Concentración de Órganos Centrales Logísticos del Ejército) arrancó hace diez años, cuando él estaba en el departamento. Los planes iniciales pasaban por ubicarla en Pozuelo de Alarcón (Madrid), pero el precio del suelo era muy elevado y se buscaron otras alternativas. Así las cosas, Conde asegura en una carta que se establecieron una serie de criterios para buscar un emplazamiento adecuado... y que Toledo cumplía con todos ellos.
Tras conocerse la elección de Córdoba, el Partido Popular de Toledo calificó la decisión de Defensa como un "mazazo" para la ciudad. El PSOE, que ostenta la alcaldía, les reprendió su oportunismo y aseguró que la elección se avenía a términos "estratégicos", que se trataba de una cuestión de Estado y que respetaba la decisión adoptada por el departamento que dirige Margarita Robles.
Y como ocurrió en Toledo, en Jaén también consideraban que el desembarco de los militares era muy posible. Fuerzas políticas y ciudadanía veían que su candidatura estaba bien posicionada para llevarse el Plan COLCE. El anuncio definitivo de instalar la base en Córdoba supuso un jarro de agua fría. La plataforma ciudadana Jaén Merece Más considera que la adjudicación no se llevó a cabo siguiendo los procedimientos dictados por la ley y por eso ha solicitado mediante denuncia -admitida a trámite en un Juzgado de Madrid- la aplicación de medidas cautelares sobre el proceso.
El Ejército en Huesca y Zamora
Pero el Plan COLCE no es el único movimiento en el que está inmerso el Ejército de Tierra. La División Castillejos dio el salto desde Madrid a Huesca a mediados de 2020 y ahora hay cerca de 500 efectivos en el cuartel, aún en proceso de acondicionamiento y ampliación. El Ministerio de Defensa contempla la ampliación de los terrenos mediante la compra de nuevas parcelas para que la división tenga los espacios adecuados para el desempeño de su actividad y para dar la bienvenida a más militares del Regimiento de Transmisiones nº1 del Ejército de Tierra.
El traslado de las tropas hasta Huesca supone un aliciente para la ciudad, pero también ha sido considerado como un éxito por los propios mandos militares. Tanto es así que el alcalde oscense, Luis Felipe Serrate, fue condecorado el pasado mes de marzo con la Cruz del Mérito Militar con Distintivo Blanco, en un acto que se celebró en el Cuartel General del Ejército de Tierra, en Madrid.
El episodio más reciente es el de Monte la Reina, en Zamora, donde el Ministerio de Defensa ha activado los mecanismos necesarios para construir un acuartelamiento permanente del Ejército de Tierra, donde se ubicará un Regimiento de Artillería y un Batallón de Zapadores junto con unidades de servicio de base. La ministra de Defensa, Margarita Robles, acompañada de altos cargos de su departamento y del estamento militar, visitó los terrenos el pasado 5 de noviembre para "valorar su capacidad para la instalación de infraestructuras". Tras recibir las explicaciones técnicas, la ministra acordó el inicio de los trámites administrativos previos.
"A tal efecto, el día 8 de noviembre, desde el Ejército de Tierra se ha dictado orden de proceder para que los terrenos del antiguo campamento y campo de maniobras sean declarados de interés para la defensa nacional", explicó el Ejército de Tierra en un comunicado. "Asimismo, se ha elevado solicitud al Ministerio de Defensa para que las obras que deben materializar la futura base del Ejército en la zona sean declaradas de interés general para la defensa nacional".
Fuentes militares consultadas por Vozpópuli apuntan a que el objetivo final del Ejército de Tierra no es la lucha contra la despoblación, sino adecuar las instalaciones necesarias para la reestructuración interna de sus unidades en la que está sumido desde hace años. Pero la España vaciada, al margen del motivo que sustenta las decisiones, da la bienvenida a los militares en su larga lucha contra la despoblación.