La consultora internacional Global Risk Insights (GIR) ya ve posible otra repetición de las elecciones generales. Serían las terceras en tan sólo un año, por la incapacidad de los partidos políticos para ponerse de acuerdo. En un informe elaborado por analistas de riesgo político, dicha entidad prevé otro fracaso en esta segunda oportunidad si PP y Ciudadanos no consiguen forjar una “mayoría cohesionada”.
El análisis se basa en que tras la última disolución de las Cortes Generales (el pasado 3 de mayo) y en este arranque de campaña apenas se han producido variaciones sustanciales en el equilibrio de fuerzas. Tampoco creen los analistas que el 26-J traiga una alternación profunda de los resultados del 20-D, de manera que consideran “improbable” que el PP experimente un cambio de dinámica a raíz de estos comicios incluso si “emerge” en las urnas, repitiendo victoria, y tiene posibilidad de pactar con la formación de Albert Rivera.
El análisis señala que “la presión puede ser particularmente fuerte” para Sánchez ante el reto de conservar la hegemonía de la izquierda
Es significativo cómo el informe de Global Risk Insights (GIR) observa que el desbloqueo no pasa tanto por el entendimiento de los partidos de izquierdas, esto es, PSOE y Unidos Podemos, como por el de “conservadores” y “liberales”. Y ello, cuando buena parte de las encuestas de intención de voto dejan a la suma de izquierdas rozando la mayoría absoluta. También el CIS preelectoral, elaborado por el organismo del mismo nombre dependiente del Ministerio de Presidencia, les coloca a sólo cuatro escaños. En cambio, este estudio aleja de los 176 diputados a una eventual alianza PP-Ciudadanos (el sondeo les sitúa con 160 escaños en el mejor de los casos, tres menos que en la cita de diciembre).
No obstante, el análisis también se detiene en la relación entre el partido de Pedro Sánchez y la coalición de Pablo Iglesias y Alberto Garzón. La consultora señala que “la presión puede ser particularmente fuerte” para el secretario general de los socialistas, que se encuentra ante el reto de decir claro a los votantes por qué deben elegir al PSOE (y no a Unidos Podemos) como “la voz de la izquierda” en España. De este modo, el diagnóstico indica que la hegemonía de la izquierda en este país está más en juego que nunca y apunta que la responsabilidad aquí recae en la figura de Pedro Sánchez.
Las candidatas, más sinceras que sus jefes
En dos debates electorales de amplia repercusión ya celebrados, el que protagonizaron el lunes los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno y el de las mujeres, la pregunta sobre si cabe la opción de que España vaya a sus terceras elecciones generales en apenas un año, estuvo sobre la mesa. En la pugna de los líderes políticos, Sánchez, Rivera e Iglesias rechazaron que pueda ser necesaria una tercera convocatoria a las urnas, aunque también se expresaron en estos términos el pasado enero y al final hubo disolución de las Cortes.
Por su parte, Rajoy también se comprometió a trabajar para no tener otra legislatura fallida y lo hizo insistiendo en la viabilidad de una gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos, aunque gestada entre líderes “moderados y sensatos”, excluyendo así a Pedro Sánchez. A su juicio, tal y como dijo anoche en 13TV, "la manera de evitar otras elecciones es respetar la lista más votada".
Cuatro días antes, en la contienda que libraron las representantes de los cuatro grandes partidos, hubo mayor sinceridad y ninguna de las contrincantes, a diferencia de sus jefes de filas, dio su palabra de que no habrá nuevas elecciones. La responsable de la secretaría de Análisis Político y Social de Podemos, Carolina Bescansa, sólo garantizó “un pacto con el PSOE tras el 26J para materializar una etapa de cambio en nuestro país y que el Partido Socialista apoye un gobierno de cambio”.
Por su parte, Margarita Robles, número dos de la lista de Sánchez, defendió que el PSOE intentó negociar hasta que “alguien salió pidiendo la vicepresidencia”, en alusión a Pablo Iglesias, y se limitó a decir que “los pactos ya los veremos”. La portavoz de C’s en el Parlament, Inés Arrimadas, apostó por “no pensar tanto en con quién vamos a pactar y más en para qué” y la candidata popular Andrea Levy enfatizó que los españoles “no quieren que vuelva el país que nos dejó el Partido Socialista”.