Felipe VI quiso guardar, de cara a la opinión pública española, distancias con su padre en el entierro de Constantino de Grecia celebrado el lunes en Atenas. Casa Real, de hecho, difundió una fotografía en la que podía verse al rey, en primer plano, junto a las reinas Sofía y Letizia, con el Emérito varios pasos por detrás y solo. El monarca, además, no se quedó a la comida posterior al sepelio a la que sí acudió Juan Carlos I, que después tomó un jet privado para volver a Abu Dabi.
Según ha podido confirmar Vozpópuli, el Emérito asistió al hotel Grande Bretagne de Atenas donde se celebró el almuerzo organizado por la familia real griega, pero allí no coincidió con Felipe VI y Letizia, dos de los grandes ausentes a esa comida. No fueron, en todo caso los únicos invitados que faltaron a esa reunión, ya que tampoco fueron la princesa Ana de Inglaterra, el rey Felipe y la reina Matilde de Bélgica, el rey Carlos de Suecia y la reina Silvia, y el príncipe Alberto de Mónaco.
De esta forma, el Emérito no pudo despedirse en esa comida de su hijo, con el que sí compartió la cena en el hotel King George previa al funeral de Constantino. Tanto Felipe VI como Juan Carlos I tuvieron ocasión de hablar durante las horas que ambos coincidieron en Atenas y, a pesar de la imagen de distancia entre ellos que quiso transmitir Zarzuela, la televisión griega sí captó un cariñoso saludo del rey a su padre.
Un jet privado de vuelta
Según ha podido confirmar Vozpópuli, el Emérito usó un jet privado, el Global 7500, para regresar a Abu Dabi desde Atenas. El avión salió a las cuatro y media de la tarde del lunes, apenas media hora después de que concluyera el almuerzo organizado por la familia real griega en el hotel Grande Bretagne de Atenas. Menos de cinco horas después, y pasadas las nueve de la noche, Juan Carlos I aterrizó en la capital emiratí.
Durante el trayecto, el padre del rey disfrutó de todas las comodidades del denominado "jet de negocios más grande y de mayor alcance del mundo".
Tal y como destaca la compañía Bombardier Aerospace, propiedad del Global 7500, "dentro de su lujoso interior hay cuatro verdaderos espacios habitables, una cocina grande y una suite exclusiva para la tripulación".
La llamada "Club Suite", explica la compañía, cuenta con "un revolucionario asiento Nuage y ventanas extragrandes", en una "sala de estar luminosa y acogedora" que "crea el ambiente perfecto para la reflexión tranquila, la conversación y la productividad empresarial".
Juan Carlos I, por tanto, volvió a apostar por un jet privado de alta gama, similar al empleado el pasado mes de mayo para volar hasta el aeropuerto de Peinador en Vigo. Tal y como informó entonces Vozpópuli, el Emérito voló en un Gulfstream G450, de la compañía Bestfly, con "todas las comodidades para pasajeros VIP". Un avión empleado por empresarios, actores y cantantes de todo el mundo (Maluma, entre ellos).