¿Un caso de puerta giratoria en el Ayuntamiento de Madrid? Ayer domingo terminó la relación laboral del director general de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), Pablo Olangua, con esta sociedad controlada por el Consistorio capitalino. Así lo ha podido saber Vozpópuli, salida que ha sido confirmada por portavoces municipales. El destino de Olangua será Proyectos y Rehabilitaciones Kalam, una firma dedicada a restaurar edificios de todo tipo entre cuyos muchos clientes está la propia EMVS.
Hace tiempo que circula entre los directivos del Ayuntamiento la noticia de la marcha de Pablo Olangua, pero no su nuevo destino, que no parece el más ético teniendo en cuenta la estrecha relación de Kalam y la EMVS. Fuentes absolutamente anónimas recuerdan que Kalam, muy bien considerada en el sector, ha trabajado con la Empresa de la Vivienda en la restauración de la Iglesia de San Andrés en el céntrico barrio de La Latina, una de las capillas más antiguas de Madrid.
Antes de ser nombrado director general de Gestión, Olangua fue director de rehabilitación de la EMVS. Aparte de promocionar viviendas sociales, función que apenas se realiza hoy día debido a la crisis que azota al Ayuntamiento de Madrid, otro de los cometidos de la empresa municipal es “mejorar la habitabilidad, accesibilidad y sostenibilidad del patrimonio edificado, potenciando la rehabilitación mediante la concesión de subvenciones”.
ERE, deuda y fondos de inversión
Estas subvenciones no eran dadas directamente a firmas como Kalam, sino a comunidades de vecinos, que después contrataban a empresas para rehabilitar sus edificios. Así, Kalam ha intervenido en San Cristóbal de los Ángeles, Colonia Iberia, Ciudad Pegaso... todos ellos barrios de Madrid. Sin embargo, la sociedad cuenta con un amplísimo historial que abarca edificios tan singulares como el Museo Thyssen, Caixa Fórum, La Casa Encendida y otros. Kalam también ha restaurado decenas de catedrales y es una empresa conocida en Barcelona.
El año pasado, Ana Botella amagó con liquidar la EMVS (que arrastra una deuda de 600 millones) y hacer un ERE sobre el 90% de la plantilla, aunque al final los despidos se redujeron a una veintena larga de trabajadores. Recientemente se ha consumado la venta de 3.000 viviendas sociales de la EMVS a fondos de inversión privados. Ahora, uno de sus máximos responsables se marcha al sector privado.