Lo primero que llama la atención del despacho de Begoña Villacís es su decoración, pues no es ni clásica ni obvia. Digamos que es personalista, algo que se nota, por ejemplo, en el cuadro que se ubica en una de sus paredes, que fue pintado por ella, en colaboración con otro artista. Predominan los rojos en esta dependencia, aunque el sofá en el que se sienta para esta entrevista es blanco y de diseño.
Villacís es la primera teniente de alcalde de Madrid y portavoz del Grupo de Ciudadanos en el Ayuntamiento. También es madre de tres hijos y valiente en su discurso. No tiene pelos en la lengua al hablar de política o de feminismo. Al terminar la conversación, fue fotografiada en la gran terraza de su 'centro de trabajo', con la calle de Alcalá a sus pies.
Pregunta: ¿A usted le ha parado alguna vez la policía en estos meses?
Respuesta: Sí, fue durante el confinamiento. Iba al supermercado a comprar pan y me pararon. Luego, se dieron cuenta de quién era y yo creo que vieron que la más avergonzada era yo. Iba a comprar pan y también levadura...
P: Vaya, también fue de las que cocinó durante el confinamiento...
R: Sí, me gusta mucho cocinar, aunque no tengo mucho tiempo para hacerlo (ríe). Cociné repostería y de todo.
P: Son tiempos complicados. Nos ha cambiado mucho la vida...
R: Nos ha cambiado mucho la vida. Por ejemplo, ahora, cuando veo una serie, me sorprende que los actores no lleven mascarilla. Es increíble cómo ha cambiado la rutina y cómo algunos derechos han quedado en suspenso. Mira, yo recuerdo la Junta de Gobierno en la que estábamos tomando la decisión de coartar por primera vez, y de una forma muy violenta, los derechos de los ciudadanos... Entonces, nos preguntábamos cuál iba a ser la reacción de la ciudadanía.
P: Fue duro...
R: Es que ten en cuenta que todo esto ha implicado que la gente no pueda quedar con sus amigos o ir a ver a sus padres con normalidad. Pero ahora ya lo hemos normalizado y eso es triste. Tengo curiosidad por saber cuál será la reacción de la Humanidad post-covid, si va a ser la del frenesí o si se van a quedar algunas costumbres que se han adoptado en este tiempo, como el teletrabajo.
P: Quizás suframos estrés postraumático...
R: Síndrome de alerta: tienes un accidente, llegas al puesto de socorro, llamas y, luego, te derrumbas. Hemos aguantado mucho, hemos tenido mucha tensión, ha habido mucho aislamiento no deseado y creo que vamos a salir de aquí con ganas de vivir. Soy muy optimista, la verdad.
P: ¿Madrid se ha convertido en un campo de batalla en este tiempo?
R: Mira, yo creo que por un lado va el teatro político y, por otro, la realidad social y la gestión. Yo me siento más representada en lo segundo, quizás porque no todos los políticos hoy en día vienen de la sociedad civil. No todos los políticos saben lo que es tener una empresa o pagar una cuota de autónomos. Yo creo que se nota mucho la diferencia entre quien ha vivido de lo que ha gestionado y quien no lo ha hecho nunca. En fin, se le ha dado mucha importancia al teatro política y muy poca a lo que mueve Madrid. A lo que ha movido para afrontar varias situaciones de extrema necesidad en este tiempo.
No todos los políticos saben lo que es tener una empresa o pagar una cuota de autónomos. Yo creo que se nota mucho la diferencia entre quien ha vivido de lo que ha gestionado y quien no lo ha hecho nunca"
P: Pero, reitero, ¿no ha habido aquí una sensación de constante guerra política?
R: A ver, ¿qué es lo que está pasando? Que en el Gobierno de la nación se encuentran PSOE y Podemos; y están en una batalla por ver quién se escora más a la izquierda. Entonces, las cosas que se están proponiendo ahora mismo son mucho más extremas que las que el PSOE proponía hace unos años y eso contrasta mucho con lo que queremos para Madrid. Es la diferencia entre la izquierda populista y nuestras políticas liberales. Eso genera un debate en el que hay más titulares y palabras altisonantes que ideas muchas veces.
P: Como liberal, ¿se ha metido alguna vez, estos meses, en la cama con la sensación de estar haciendo algo que no quisiera hacer?
R: Hacer algo de forma deliberada que yo no piense, no lo he hecho. Provocarme pesar algunas cosas, sí. También hemos cometido errores, pero también nos hemos esforzado para que no volvieran a ocurrir. Pero mira, aquí ha pasado una cosa curiosa. Hay gente que se proclamaba liberal y defendía que nadie podía obligarle a usar mascarilla. Y no, ser liberal no es eso. Es respetar el derecho a no contagiarte si yo estoy enfermo y reconocer la necesidad de cumplir con las medidas sanitarias oportunas. Para mí, las limitaciones no implican una contradicción con el liberalismo. Las limitaciones persiguen un fin más importante, como es la salud pública.
P: Mientras la preocupación de los españoles aumentaba, se desató un terremoto en su partido por la decisión de apoyar una de las prórrogas del estado de alarma que había propuesto el Gobierno...
R: Siempre digo que es interesante observar la política de Pedro Sánchez. Es un crack. Ha adoptado el método del umbral del dolor. ¿En qué consiste? En que va haciendo cosas que te parecen inverosímiles y, lejos de corregirlas, va aumentando poco a poco la intensidad. Se atrevió a nombrar fiscal general del Estado a Dolores Delgado; pactó con Podemos después de decir que no podría dormir si Pablo Iglesias estuviera en el Gobierno. Luego, se vendió a ERC para intentar aprobar sus presupuestos. Pactó con Bildu...cada cosa te va sorprendiendo, aunque cada vez esa actitud le penaliza menos. Ha aprendido que no le penaliza la mentira ni prometer cosas que no piensa hacer. Por eso, yo no me canso de decir que no hay que normalizar la mentira.
Sánchez ha aprendido que no le penaliza la mentira ni prometer cosas que no piensa hacer. Por eso, yo no me canso de decir que no hay que normalizar la mentira"
P: Pero le preguntaba por el pacto de Ciudadanos...
R: Pues mira, en esta situación, todos los españoles han tenido que llegar a pactos en sus familias, en su trabajo, en sus vidas. Ciudadanos no pactó con Sánchez a cambio de un cheque en blanco. Pactamos una prórroga del estado de alarma que se demostró imprescindible para causar vidas. Yo creo que, al final del día, hay que sentir que se hace lo contrario.
P: Pienso en Marcos de Quinto y Juan Carlos Girauta. Dos críticos...
R: Los dos son amigos míos.
P: Siempre que pregunto a alguien de su partido me dice lo mismo...
R: No, pero es verdad que lo son y, la verdad, les comprendo porque pactar con Sánchez implica otorgar tu confianza a alguien que no se ha hecho acreedor de ella. Eso es muy complicado. Lo que pasa es que no era un momento cualquiera. Era una situación de máxima necesidad. Cuando tienes la decisión de salvar vidas en tu mano, conviene hacer lo correcto. ¿Que te penaliza? Pues sí. ¿Que es peligroso? Pues también, pues Sánchez es un blanqueador de todo lo que atenta contra la Constitución. Pero, reitero, la prórroga del estado de alarma era una situación de máxima necesidad y actuamos con responsabilidad. Hicimos lo correcto, aunque eso nos pueda haber perjudicado como partido.
Sánchez es un blanqueador de todo lo que atenta contra la Constitución
P: Albert Rivera no estaba, pero habló...
R: Bueno, yo es que creo que Albert Rivera tiene el derecho a decir lo que quiera. Para mí, es un liberal, es una opinión libre y tiene todo el derecho del mundo a hablar. ¿Por qué tiene que ser un jarrón chino? ¿Por qué no puede opinar?
P: ¿En qué hubiera cambiado la gestión de la pandemia si Ciudadanos estuviera en el Gobierno con el PSOE?
R: No estarían ocurriendo muchas cosas insólitas. Tendríamos un Gobierno mucho más responsable y menos volátil. No se acosaría a los medios...
P: Usted fue víctima hace unos días de un ataque en el medio La Última Hora...
R: No, no he sido víctima. Estoy muy orgullosa de haber salido en ese panfleto.
P: Fue por criticar los ataques a los periodistas...
R: Volvemos al tema del umbral del dolor. Es que nos van quitando derechos y conquistando territorio. Lo del poder judicial es un ejemplo muy claro. También lo de RTVE... y ya lo último es este ataque a los periodistas. Me parece muy grave. Es un partido de Gobierno que impulsa de forma activa un medio cuyo objetivo último es denigrar, calumniar y machacar a todos los periodistas no alineados con la posición del Ejecutivo. Y ya no hablamos del 15-M y La Tuerka. Ahora, están en el Gobierno. Estas cosas no las veríamos con Ciudadanos en el Gobierno. Todo sería mucho más serio, profesional y pragmático.
P: Disparos contra sus enemigos y fuego amigo...
R: Sea un objetivo o sea el otro, es igual de grave. Es que no es una cuestión del fin, es del medio. Es inaceptable y no debemos tolerarlo. Porque, si vamos tolerando cosas, nos inmunizamos contra la mentira y este tipo de prácticas lamentables. Es tremendo cómo ha cambiado todo en dos años: ya no se habla de corrupción, ni de transparencia, ni de regeneración. Vivimos un proceso de degradación y creo que la sociedad no es especialmente consciente de ello.
Es tremendo cómo ha cambiado todo en dos años: ya no se habla de corrupción, ni de transparencia, ni de regeneración. Vivimos un proceso de degradación y creo que la sociedad no es especialmente consciente de ello"
P: Guerra cultural...
R: Existe.
P: ¿Y se puede reivindicar el feminismo sin ser de izquierdas?
R: Por supuesto.
P: ¿Seguro?
R: A ver, yo creo que a la izquierda lo que le molesta es que nosotras, para empezar, seamos mujeres y existamos. Eso es lo que pasa cuando un movimiento empieza sólo a mirarse el ombligo. Para mí, el feminismo tiene que ser transversal, amplio y reconocer todas las formas de ser mujer y de hacer cosas que hay. También tiene que respetar el derecho a decidir de las mujeres. Para el feminismo ortodoxo, tú tienes que cumplir todo el paquete ideológico. Eso, para mí es una religión, no un movimiento.
P: Liberal y feminista...
R: Es que les molesta que las liberales nos reconozcamos como feministas y no nos sintamos víctimas de todo. También que neguemos la hegemonía del feminismo que ellas exigen. Yo no voy a comprar ningún paquete ideológico.
P: El discurso victimista...las instituciones son muy permeables a eso...
R: Sí, es verdad; y eso se puede aplicar realmente a todo. Tradicionalmente, el feminismo no convertía en víctimas a las mujeres, simplemente, con acierto, denunciaba los hechos negativos que se producían. Ahora, nos quiere proteger o apadrinar. ¿Por qué? ¿Porque no somos lo suficientemente maduras? Te pongo el ejemplo de su actitud con respecto a la gestación subrogada o la prostitución. En el fondo, Carmen Calvo lo que pretende es decidir sobre mi útero y eso yo no puedo aceptarlo. Con ese puritanismo, lo que me está diciendo con ese puritanismo, que comparte con Vox e incluso con el PP, es que me están tratando como alguien vulnerable. Y eso no lo puedo aceptar. Reconozco las situaciones vulnerables. Yo creo que tengo más posibilidades de sufrir una violación que un hombre. Pero, al mismo tiempo, yo no me creo víctima por definición.
Carmen Calvo lo que pretende es decidir sobre mi útero y eso yo no puedo aceptarlo. Con ese puritanismo, lo que me está diciendo con ese puritanismo, que comparte con Vox e incluso con el PP, es que me están tratando como alguien vulnerable"
P: Deduzco que no es favorable a la existencia de un Ministerio de Igualdad...
R: Es que la igualdad debería estar en todas las partes. Pero vaya, si a todos los problemas les dedicáramos un ministerio, habría un ministerio de mayores. Yo creo que la igualdad hay que buscarla con políticas reales, no con estas cosas. Mira, al final te das cuenta que determinadas estrategias y productos que fabrican son para consumo propio. Para las feministas ortodoxas y no para el resto de las mujeres.
P: Dificultan que ustedes se manifiesten, según denunciaron...
R: El 8-M. Todo eso deriva en que no nos reconozcan el derecho a hacerlo. Y yo digo: ¿han parido tres veces ellas por mí? ¿Han conciliado su trabajo con la crianza de esos hijos? ¿Saben lo que es eso? O, mejor dicho, ¿me lo tienen que explicar a mí? Yo me presenté a unas elecciones embarazada y a punto de dar a luz. ¿Me tienen que dar lecciones?
P: Llega Filomena. Se habló de desastre total...¿Hace autocrítica?
R: Debemos hacer autocrítica. De hecho, recuerdo que nosotros votamos a favor de una iniciativa del PSOE para conformar una Comisión en la que estudiar lo que ocurrió. Pasó lo mismo que con la pandemia. Llegó un problema que no había ocurrido en el último siglo y no existía un manual de instrucciones. Pero, además, es que una ciudad nunca puede estar dimensionada para un fenómeno tan raro. En fin, se desbordaron las previsiones y tuvimos que priorizar a la hora de despejar todo de nieve y hielo. Por eso, fuimos primero a los hospitales. ¿Qué pasa? Que al final uno ve lo que tiene delante de casa y no se da cuenta de todo lo que se está haciendo. Aun así, yo pedí disculpas públicamente pasada una semana. No sé si le sentó a todo el mundo bien, pero había que hacerlo. Ahora, toca analizar todo para ver qué errores cometimos y cuáles se pueden corregir en el futuro.
P: Se escucharon críticas aquellos días sobre la atención que recibió Madrid, como si sólo nevara aquí. ¿Se tiende a sobredimensionar los problemas de la ciudad de la que usted es vicealcaldesa?
R: Es verdad que se habla mucho de Madrid. Yo creo que tiene tres explicaciones: primero, es la capital y concentra los poderes político y empresarial. Segundo, muchos periodistas viven en Madrid. Y, tercero, aquí hay una concentración demográfica importante. Somos la segunda ciudad con mayor concentración de toda Europa. Eso es lo que me invita a pensar mi lógica.
P: ¿Qué le falta a Madrid para explotar y convertirse en una gran capital europea?
R: Yo soy muy realista y, de hecho, cuando hicimos el pacto con el PP luchamos por un área de internacionalización, que llevo yo. Te diría que le falta playa (ríe). A ver, Madrid lo es todo, pero no es nada. Tiene un potencial enorme y está empezando a estar en la agenda de otros países, pero no ha tenido visibilidad tradicionalmente por nada en especial. Yo viví en Estados Unidos y a Barcelona la conocía todo el mundo, pero a Madrid, no. Los madrileños no somos muy conscientes de ello.
P: Chauvinismo...
R: Mira, en Japón hicieron un estudio y vieron que una buena parte de los ciudadanos pensaba que esta ciudad se llama Real Madrid. A ver, Madrid tiene todos los factores para prosperar: es puente con Latinoamérica y con África. Sus infraestructuras son excelentes. Su calidad de vida es imbatible. Tiene la dimensión perfecta, está bien conectada, tiene buen clima, se come bien, se disfruta mucho... No es una de las ciudades más bellas del mundo, pero tiene muchísimo encanto.
P: ¿Y qué falta entonces?
R: Pues mira, estamos trabajando para crear una marca que ayude a que Madrid sea reconocida por algo en especial. ¿Cuál es su valor añadido? Eso hay que buscar. Mira, tenemos que creernos lo que tiene y ser capaz de ponerlo en valor.