Pedro Baños es un militar español que hace unos años saltó a la fama por sus análisis públicos sobre algunas de las zonas de sombra de los estados, como son aquellas en las que se desarrollan las estrategias de defensa e inteligencia.
Dentro de este contexto, otorga una importancia fundamental a las nuevas formas de hacer la guerra que utilizan los diferentes países, entre las que se encuentra la ciberguerra. Recientemente, ha publicado el libro El dominio mental: La geopolítica de la mente, en el que desgrana las diferentes técnicas que utiliza el poder para condicionar el criterio de los ciudadanos. En esta entrevista, habla de estos temas, que resultan especialmente preocupantes en un momento de crisis mundial.
Pregunta: No sabía que existe algo que llaman 'el reloj del apocalipsis', el cual evalúa la distancia que separa a la raza humana de su extinción, en función de las circunstancias. Y veo que estamos muy cerca de la medianoche, que es lo que marca el fin...
Respuesta: Vamos a ver. Por un lado, si comparamos el momento actual con la Edad Media, la Edad Antigua o incluso el siglo XX, afortunadamente estamos en un período de paz relativa. Es verdad que hay conflictos, que hay circunstancias que hay que mejorar, pero, en todo caso, la violencia que existía hace no muchos años se ha reducido. Hemos avanzado mucho en ámbitos como el sanitario y eso ha reducido la mortalidad infantil y ha incrementado la esperanza de vida. Hay muchos aspectos que nos hacen ser optimistas.
P: Pero el reloj avanza hacia la medianoche...
R: Claro. ¿Qué sucede? Que hay muchos aspectos que todavía no hemos logrado dominar por completo. Nuestras debilidades, las pasiones humanas, los instintos de dominio sobre los demás... esas cosas que tanto perjudican a otras personas. Pero vaya, las visiones apocalípticas que advierten de que el mundo va a desaparecer se han escuchado desde el principio de los tiempos. No son algo nuevo, ni mucho menos.
P: Pero aquí hay dos teorías enfrentadas, ¿no? Está la que sostiene que cuando las potencias se aseguraron la destrucción mutua se disipó la amenaza de una tercera guerra mundial; pero también hay otras tesis que afirman que tras descubrir las armas nucleares se activó la cuenta atrás hacia la extinción...
R: Evidentemente, esto último es una posibilidad. Pero también hay que tener en cuenta los sistemas de contraataque que existen, como los submarinos de propulsión nuclear, que disponen de misiles nucleares y se encuentran en paradero desconocido. En caso de ataque con armamento nuclear, tienen capacidad de respuesta.
P: Hoy hay armas que son casi igual de peligrosas...
R: Claro, es que más allá de las armas nucleares hay otras que también son estratégicas y que preocupan, como son los ingenios volantes hipersónicos, que cada vez es más difícil destruirlos porque llevan una trayectoria errática, no balística. Pero también tenemos que pensar que hoy la guerra se libra de forma muy diferente. Las guerras convencionales han quedado desfasadas y las grandes potencias se hacen la guerra a través de otros mecanismos. Lo estamos viendo, por ejemplo, con la guerra económica, pero también con esa que se libra en el ciberespacio, que es la de la desinformación y la manipulación mediática. Es una guerra híbrida que tiene mucho más aspectos, más allá de los convencionales y los nucleares.
Las guerras convencionales han quedado desfasadas y las grandes potencias se hacen la guerra a través de otros mecanismos. Lo estamos viendo, por ejemplo, con la guerra económica, pero también con esa que se libra en el ciberespacio"
P: Me gustaría saber su opinión acerca de un fenómeno importante: ¿cree que con la globalización los estados se están debilitando?
R: Es verdad que hay voces que dicen que el poder de las multinacionales, sobre todo las digitales, puede estar reduciendo la capacidad de acción de los estados. Yo sigo pensando que el mundo que surgió tras la Paz de Westfalia sigue primando. No hay que olvidar que la gran pugna que existe actualmente es entre dos países, como son Estados Unidos y China. Lo que pasa es que luchan también con multinacionales digitales de su lado. Pero hay que pensar que por más que haya empresas que tengan grandes capacidades, incluso para el desarrollo espacial, yo sigo pensando que los estados son los que tienen la verdadera fuerza a su disposición, tanto la militar como la tecnológica, la de inteligencia o la diplomática. Además, hay que tener en cuenta otra cosa, y es que las empresas están dirigidas por personas; y esas personas tienen corazón. Y ese corazón suele volcarse hacia el país al que pertenecen. En el caso de China, esas empresas están íntimamente relacionadas con el Estado.
P: ¿Cómo cree que la covid-19 ha modificado la diplomacia?
R: La covid ha acentuado unos procesos en los que ya estábamos inmersos: el resurgimiento de China es uno de ellos. Por otro lado, vemos que Estados Unidos hace todo lo posible para que esta situación no se consolide. Y, mientras tanto, vemos una Unión Europea con cada vez menor influencia y menor peso económico. Hace muy pocos días, se vio que, por primera vez, el PIB de China, que aproximadamente es el 18% del mundial, ha superado al de Europa. En el 2000, nosotros éramos el 25% y China, el 3%. La covid ha acelerado todas estas dinámicas.
La covid ha acentuado unos procesos en los que ya estábamos inmersos: el resurgimiento de China es uno de ellos"
P: Hay algo que ha llamado la atención de esta crisis, y es todo lo relacionado con los intentos de los estados por hacer primar su propaganda frente a la propaganda que se difundía a través de las fake news. A lo que voy: ¿esos intentos de desprestigio no aumentan el peligro de que los ciudadanos piensen que, en tiempos de crisis, la única verdad es la que lanzan los gobiernos?
R: Totalmente de acuerdo. A mí me preocupa mucho. No vamos por el buen camino, dado que hay unos principios y valores democráticos que deben ser inmutables, pero que se vulneran con gran facilidad. Lo primero es que el fenómeno de las fake news es un concepto más amplio de lo que se suele transmitir. Forma parte del fenómeno de la desinformación, que ha existido siempre y que seguirá existiendo. Hablamos de la mentira y ése es un defecto humano que no desaparecerá.
P: Los gobernantes se mueven para imponer la suya...
R: Claro, las élites siempre han realizado movimientos para acabar con la disidencia. El problema que existe ahora mismo es que hay quien transmite que todo lo que no interesa es desinformación; y eso se puede utilizar para acabar con cualquier opinión discrepante. Esto tiene el peligro de limitar la libertad de expresión. Si hay que criticar algo, debe hacerse con argumentos, nunca con censura. Un gobierno siempre debe tener personas de prestigio real, y ascendiente sobre los ciudadanos, que con argumentos rebatan las noticias falsas. Pero, ¿censurarlo? ¡Jamás! Yo veo cosas en las redes que me ponen los pelos de punta. Algunas, de parte de periodistas destacados. Esto está pasando en todo el mundo, tanto en países que no tienen verdaderas democracias como en las democracias occidentales.
Hay quien transmite que todo lo que no interesa es desinformación; y eso se puede utilizar para acabar con cualquier opinión discrepante. Esto tiene el peligro de limitar la libertad de expresión"
P: Me resultó curioso que la ministra de Asuntos Exteriores y el de Consumo defendieran el protocolo gubernamental contra las fake news con el argumento de que hay que evitar que los ciudadanos reciban información falsa, como la que afirma que beber lejía cura el coronavirus. Un poco peregrino, ¿no cree?
R: Esto es muy preocupante. Lo primero es que si hay que censurar algo, para eso existe una autoridad judicial. El problema es cuando esto se deja en manos de la Administración, que es cambiante. Con respecto a lo que decías, ¿prohibirías la película Superman porque, cuando se estrenó, hubo niños que se tiraron por la ventana pensando que podían volar? Lo que hay que hacer es tener personas de prestigio, que no cambien con los gobiernos, que informen a la población. El problema es que los políticos, ahora mismo, tienen un gran descrédito y, claro, falta que salga uno de ellos a decir algo para que la gente no se lo cree. Por eso hacen falta especialistas rigurosos.
P: ¿Cómo debería funcionar la inteligencia ante este tipo de informaciones?
R: Lo primero que hay que pensar es que esa guerra del ciberespacio la libran todos los países; y una parte de esa batalla se desarrolla con las armas de la desinformación y la manipulación psicológica. Esto lo hacen todos porque todas las grandes potencias, a lo largo de la Historia, han intentado tener aliados en el exterior. ¿Eso quién lo tiene que controlar? Unos órganos del Estado, que son los servicios de inteligencia, tanto civiles como militares, incluso policiales. Cuando eso se detecta, hay que hacer buenas acciones de contra-narrativa, pero nunca censurar. Hay que tener buenos especialistas que lancen campañas y desmientan con rotundidad esas mentiras.
P: Le escucho y concluyo que, con internet, parece que tendemos a que los enfrentamientos se libren cada vez más sin armas que con armas...
R: Absolutamente. Mira, una vez más, hay que pensar que internet es el quinto poder. En las redes sociales también juegan los servicios de inteligencia. Estas herramientas nacieron como el paradigma de la libertad absoluta, donde se podía decir lo que nadie se atrevía a afirmar en el mundo físico, pero hoy también sufren censura.
En las redes sociales también juegan los servicios de inteligencia. Estas herramientas nacieron como el paradigma de la libertad absoluta, donde se podía decir lo que nadie se atrevía a afirmar en el mundo físico, pero hoy también sufren censura"
P: ¿Cree que la sociedad está actualmente narcotizada?
R: Cada vez más. Por cosas como el entretenimiento masivo y constante en el que nos sumergen. Quien creó ese sistema sabía que mientras estemos distraídos no nos preocuparemos de los verdaderos problemas estructurales, que son los que deberíamos luchar para encontrar una solución. Los económicos, sociales, los de la juventud... todos esos pasan desapercibidos para parte de la población porque nos tienen distraídos con banalidades.
P: Los medios y su forma de moldear la opinión pública. Zweig escribió, sorprendido, que los jóvenes que subían en los trenes para luchar en la Primera Guerra Mundial, lo hacían encantados. Condicionados por la propaganda y las batallas épicas de las que habían leído. Muchos no volvieron nunca más a casa...
R: Así fue.
P: ¿Hasta que caiga la primera bomba no va la población a despertar de ese estado narcótico?
R: Yo lo he escrito en anteriores libros y en éste (El dominio mental: la geopolítica de la mente), y es que la propaganda, como la conocemos actualmente, se originó en el marco de la Primera Guerra Mundial, cuando se llevó a los jóvenes al frente como si fueran de excursión, cuando eso fue un matadero. El problema es que ahora mismo, fíjate, con todo esto lo que consiguen es que estemos cada vez más polarizados, enfrentados y fanatizados. Esto no es por azar, esto es intencionado, pues cuanto más fanatizados estemos, más justificaremos las acciones de los que consideremos 'los nuestros'.
P: Divide y vencerás.
R: Claro, es que si estamos divididos y fraccionados, consiguen que no nos unamos y hagamos frente a estos dislates políticos que vemos de forma constante. ¿Cómo es posible que casi nos estén insultando a la cara los políticos con las cosas que están haciendo?
P: Me gustó una de sus reflexiones, en la que habló de los memes casi como la nueva cartelería de guerra...
R: Es que hay cientos de personas en los servicios de inteligencia que trabajan para condicionarnos mentalmente. Lo consiguen con hashtag que se crean para que parezca que haya condescendencia por algunos movimientos, o para creer que son espontáneos, cuando han sido creados por las élites. Como estas imágenes, los memes, nos parecen tan divertidas y chistosas, no nos preguntamos por su intencionalidad. Pero aún hay más: vemos como se organizan manifestaciones callejeras, aparentemente espontáneas; o se habla de un buen samaritano que pasaba por el lugar de los hechos...y todo realmente está organizado y perfectamente medido.
P: He leído varias veces que estamos vigilados hasta por la cámara del televisor...
R: Estamos híper-vigilados actualmente. Piensa que cualquier dispositivo que lleve el prefijo smart, tiene la capacidad de espiar. Pero es que, además, en todo lo que hacemos, hasta viendo una película en una plataforma digital, como Netflix, nos vigilan. Sirve para completar un perfil sobre nosotros o para saber la filiación política.
Llegaron incluso a decir que yo era un agente soviético de la KGB. También me desprestigiaron por participar en Cuarto Milenio y llegaron a decir que era un cazador de fantasmas y que creía en los OVNI".
P: Usted iba a formar parte del Gobierno y, al final, se cayó de la lista...
R: Esa historia es totalmente cierta. Yo salí nombrado de Moncloa como director de Seguridad Nacional, pero sufrí una serie de ataques falaces, por una serie de personas, y me quemaron.
P: Le acusaron de ser pro-ruso...
R: Es que yo no he estado ni siquiera en Rusia. Llegaron incluso a decir que yo era un agente soviético de la KGB. También me desprestigiaron por participar en Cuarto Milenio y llegaron a decir que era un cazador de fantasmas y que creía en los OVNI. Como no funcionó, se inventaron que era anti-semita y consiguieron que mis libros fueran prohibidos en tres países europeos. En fin...