Si hay una ley que Isabel Díaz Ayuso se conoce al dedillo, esa es la de Radio Televisión Madrid (RTVM), más conocida como la ley Telemadrid. Ella fue la ponente de la misma en 2015 y luego defendió el texto con fervor tanto en la comisión parlamentaria como en el pleno de la Asamblea madrileña. Lo hizo en nombre del Partido Popular. De ahí los numerosos escollos que va a tener para sortear para la eliminación del blindaje que protege a la actual dirección del ente en manos de José Pablo López.
Ayuso indicó hace seis años que la citada ley sería un referente para otros medios públicos ya que suponía el fin del "partidismo" en Telemadrid. "Les da miedo", dijo dirigiéndose a la bancada del PSOE-M y Podemos, "porque no lo pueden controlar, pero tienen que estar tranquilos porque nosotros tampoco".
La entonces desconocida portavoz del PP en la comisión de RTVM no se quedó ahí y echó en cara a Podemos que sus modelos sean la televisión "venezolana, la iraní y (el programa) La Tuerka, donde tienen a la gente contratada en B". Precisamente, Ayuso participó en dicho programa como tertuliana en varias ocasiones.
La ahora presidenta madrileña se refería a la composición del consejo de administración, que tiene un mandato blindado de seis años, con unas excepciones muy precisas y limitadas para poder cambiar a un director general o a los miembros de dicho consejo ya que todos ellos son elegidos por 2/3 partes del Parlamento regional. Cristina Cifuentes se refería a esa etapa hace unos días animando a una tuitera a descubrir quién era la responsable del PP en los temas de Telemadrid en aquellos años -la citada Ayuso-.
ABC adelantó este martes que la intención de Ayuso es modificar la ley contando con el apoyo de Vox. Ambos partidos suman mayoría absoluta con 78 de los 136 escaños de la Asamblea, pero quedan lejos de los 91 en los que están los 2/3 para elegir a un sucesor de López en febrero de 2023, que es cuando concluye el sexenio del director general de RTVM.
De ahí la necesidad de la presidenta madrileña en funciones por ir preparando el terreno con su previsible socio parlamentario ya que no puede esperar a que concluya el mandato de López, pues necesitaría de un tercer partido -en vísperas de las elecciones autonómicas de mayo de 2023- para sacar adelante su propuesta de un nuevo director general. Un objetivo irrealizable pues con la desaparición de Ciudadanos de la Asamblea, al PP ya no le queda una tercera fuerza del centro-derecha en la que buscar apoyos.
Ayuso necesita cambios de calado
La presidenta madrileña está abocada a un cambio en profundidad de la ley. Si solo cambiase el artículo sobre la duración del mandato -de los citados seis años a cuatro o con el cambio de legislatura-, no habría retroactividad y el PP tendría que esperar a febrero de 2023 para buscar un sustituto de López. Con el consiguiente peligro de no poder aprobar un sucesor y que el 'jefe supremo' de Telemadrid siga en funciones más allá de esa fecha pues la izquierda tampoco alcanza los 91 escaños de los 2/3.
Por ello, Ayuso necesita pasar de ese umbral a la mayoría absoluta para elegir a la dirección del ente público. También le urge modificar las razones objetivas para el cese de un director general introduciendo, por ejemplo, la opción de la discrecionalidad para el Ejecutivo autonómico de turno. Sólo así podría proceder a la destitución de López al día siguiente de la promulgación de la nueva ley de Telemadrid.
Además, el apoyo de Vox no le saldrá 'gratis et amore' en la negociación de la nueva ley. "Si regalas la televisión, tienes el riesgo de ser engullido por el PP", avisa un responsable de Telemadrid en conversación con Vozpópuli. El último precedente no es nada halagüeño para Ayuso.
Vox tumba una candidatura
El PP propuso en octubre del año pasado a Javier Algarra para ocupar la vacante del fallecido José Oneto en el consejo de administración de RTVE. En la comisión que supervisa el ente público, los 'populares' ya las pasaron canutas: la candidatura solo salió adelante con sus votos y la masiva abstención de las formaciones de izquierda y de Ciudadanos, que finalmente respetaron las "cuotas" de los grupos sin torpedear el nombramiento.
Vox se opuso tanto en ese trámite como luego en el pleno de la Asamblea -al igual que el resto de la oposición-, por lo que tumbó la candidatura de Algarra. En aquel momento, la formación de Santiago Abascal alegó que el PP no había negociado con él y planteó dudas sobre su idoneidad y compatibilidad, pese a que el candidato había sido presentador de 'El gato al agua' en Intereconomía y dirigía en aquel momento el programa 'Los Intocables' de Distrito TV. Así que Ayuso deberá tomar nota.
Por lo pronto, una formación ya extraparlamentaria como Ciudadanos advirtió este martes que la idea de Ayuso de modificar la ley que regula Telemadrid supondría "politizar" la televisión pública junto a Vox. El vicesecretario general de Ciudadanos y portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, Edmundo Bal, recordó que en 2015, cuando el PP gobernaba gracias a los votos de Cs, la formación naranja impuso su criterio respecto a la forma de elegir a los directivos del ente madrileño.
Telemadrid, "la voz de su amo"
Aquel pacto permitió promover la "despolitización" del ente público, la "profesionalización" de sus trabajadores y que "aumentara la calidad de la programación y la audiencia", subrayó Bal. "Ahora la señora Ayuso quiere cambiar el sistema. No será para hacerlo más objetivo y más profesional, será para politizarlo, que era el sistema que existía antes, cuando el PP gobernaba en solitario, sin Ciudadanos", alertó el 'número dos' de Cs.
En su opinión, el objetivo de los 'populares' es que un medio público que "se paga con los impuestos de todos los madrileños" se convierta en "una especie de voz de su amo, en un órgano político que diga cosas que agraden al partido político que gobierna en Madrid", concluyó.