El nuevo gobierno español está poniendo empeño en Bankia, un grupo de cajas de ahorro cotizada el pasado año, para buscar una fusión con otro banco español en un acuerdo que cree el mayor banco nacional prestamista por activos si se materializase, según los banqueros de Madrid.
Los tres posibles candidatos son Santander, BBVA y Caixabank, las mayores entidades del país. Pero las dos primeras se han mantenido rentables pese a la crisis gracias en parte a sus inversiones extranjeras, y sus ejecutivos son cautelosos con el aumento de la congelación del moribundo mercado público nacional.
El tercero, Caixabank, en Barcelona, negaba ayer que estuviera en negociaciones con Bankia, de sede en Madrid, sobre un posible acuerdo. Bankia también admitió que no estaba contemplada la fusión.
El ministro español de Economía, responsable del sector financiero, reiteró la llamada del Gobierno a una nueva ronda de fusiones bancarias mientras declinaba responder directamente cuando se le preguntó por Bankia. Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, dijo el lunes que la restructuración bancaria “debe significar nuevas fusiones en nuestro sistema financiero”.
El Gobierno de Rajoy ha descartado crear un ‘banco malo’ que use el dinero de los contribuyentes para limpiar los saldos bancarios, y comentó que las provisiones extra de 50.000 millones de euros para cubrir los activos tóxicos públicos deben proceder de los propios recursos de los bancos.
“Claramente el Gobierno está intentando lanzar Bankia a los brazos de alguien”, dijo un banquero de inversión español. “Todavía no hay asesores involucrados pero ha habido contactos entre varios directores, después de que el gobierno les diera el visto bueno”. Otro banquero comercial dijo; “Ellos (el Gobierno) están esperando poder salir impunes de los 50.000 millones de euros sin introducir dinero público. Bankia es probablemente la mayor patata caliente”.
Límite de doble vertiente
Bankia hace frente a un doble límite que probará sus recursos. Primero, necesita decirle al Banco de España el viernes cómo pretende recaudar los 1.330 millones extra de capital demandados por la EBA según los ‘stress tests’ del año pasado. Rodrigo Rato, presidente ejecutivo de Bankia, ha sugerido la conversión de participaciones preferentes en acciones ordinarias.
Segundo, Bankia debe encontrar las disposiciones adicionales de prohibición de préstamos que reclamarán los reguladores españoles una vez que el Gobierno muestre los detalles de su plan de limpieza de saldos bancarios.
Con cerca de 39.000 millones de exposición a la propiedad, Bankia necesita una provisión extra de 5.600 millones si es para aumentar la cobertura de sus malos y dudosos activos de propiedad del 30% actual al 62% que las nuevas regulaciones probablemente requieran según Barclays Capital.