El Gobierno de España ultima una operación para traer al país a intérpretes que colaboraron con militares españoles en Afganistán, donde tras la retirada de tropas internacionales temen por su vida ante el avance de los talibanes.
Fuentes de los ministerios españoles de Asuntos Exteriores y de Defensa confirmaron a Efe que estudian junto al de Interior cómo prestar ayuda a esos intérpretes que se sienten amenazados por haber trabajado para la coalición internacional, aunque no precisan su número.
Exteriores señala que están "cerrando los detalles de la operación" para que pueda "ejecutarse el plan de vuelta a España lo antes posible", dado el riesgo que corren en un país en el que los talibanes pueden tratarlos de colaboradores de las fuerzas extranjeras.
La ofensiva talibán está obligando a miles de afganos a abandonar sus hogares y muchos empleados civiles que trabajaron para tropas extranjeras se sienten especialmente amenazados. El Gobierno estadounidense, que anunció a principios de agosto que expandía su programa de acogida de refugiados afganos, tramita ya unas 20.000 solicitudes de visado de intérpretes, conductores y otros exempleados que quieren mudarse a Estados Unidos junto a sus familiares -al menos 50.000 personas más- con el fin de ayudarles a salir del país antes de que acabe el mes, cuando concluirá oficialmente la retirada militar.
Otros empleados
Las fuentes consultadas por Efe no precisan el número de personas que podrían llegar a España, si solo serían intérpretes o también otros empleados que colaboraron con las tropas españolas, como cocineros, mecánicos o conductores, ni si se incluirá a miembros de sus familias.
El grupo de trabajo de los tres ministerios está haciendo comprobaciones para una "identificación clara" de los implicados y para analizar el tipo de protección internacional que se les otorgaría a su llegada a España. Los últimos 24 militares españoles destacados en Afganistán regresaron en mayo pasado, dando por concluida tras 19 años la misión más larga de Fuerzas Armadas españolas en el exterior.
Junto a ellos llegaron a España dos intérpretes, pero no se ha facilitado información oficial sobre el número de personas que ya han sido acogidas. Los talibanes prometieron el pasado junio no atacar a intérpretes afganos y otros ciudadanos del país asiático que han prestado servicio a fuerzas militares extranjeras, mientras se extendía el miedo a represalias al aproximarse la fecha límite para la retirada anunciada por Estados Unidos para el próximo 11 de septiembre.
Los intérpretes debían "volver a sus vidas normales y, si son expertos en algún campo, servir a su país. No correrán ningún peligro", señalaron en un comunicado los insurgentes, que, sin embargo, consideran que estas personas han cometido "una traición contra el islam y el país" y deben "mostrar remordimiento por sus acciones".
En junio cientos de exempleados afganos de las fuerzas estadounidenses se manifestaron en Kabul para pedir a Estados Unidos visados especiales para ser evacuados del país junto a las tropas extranjeras ante la amenaza del avance talibán, que desde entonces no ha hecho sino acelerarse y en menos de una semana han caído en sus manos nueve capitales regionales, tras derrotas sin precedentes del Gobierno afgano.