España

ETA fijó como objetivo al juez Ismael Moreno y quiso matar 8 veces a una fiscal de la Audiencia

El comando que asesinó al juez Querol también tenía entre sus objetivos atentar contra concejales del PP en Madrid, un consejero del Tribunal de Cuentas y otro magistrado del Tribunal Supremo

  • Una pintura a favor de ETA

La banda terrorista ETA planificó entre 1999 y 2001 una serie de atentados contra altos cargos del Poder Judicial. La Guardia Civil ha acreditado en un reciente informe que entre sus objetivos se encontraban el magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, o la que fuera fiscal de este órgano Blanca Rodríguez. Contra esta última intentaron atentar al menos en ocho ocasiones al colocarle un coche bomba a la salida del garaje, aunque el ataque nunca se llegó a materializar.

El oficio policial, que se acaba de incorporar a la causa que investiga el atentado del juez del Tribunal Supremo José Francisco Querol, recoge un listado de personas que estuvieron en el foco de ETA tras romperse la tregua que se pactó con el Gobierno de José María Aznar en 1998. Los agentes detallan que el comando Buruhauste, que operaba principalmente en Madrid, tenía varios objetivos en el horizonte.

Así, se amplió información y llegaron a realizar vigilancias al entonces consejero del Tribunal de Cuentas Juan Velarde; a los concejales del PP en el Ayuntamiento de Madrid Adriano García-Loygorri y María Antonia Suárez Cuesta; un magistrado del Tribunal Supremo y también a Ismael Moreno. Este último es uno de los magistrados más reputados de la Audiencia Nacional siendo, en la actualidad, titular del Juzgado Central de Instrucción número 2. De hecho, ha instruido numerosas causas relacionadas con la banda terrorista y los homenajes a presos.

Atentados fallidos de ETA

Además de los objetivos marcados por la banda, el informe incluye una lista de atentados fallidos que nunca llegaron a perpetrarse. El comando, que recibía órdenes directas de jefes de ETA como Javier García Gaztelu (alias 'Txapote'), vio frustrados cuatro atentados entre diciembre de 1999 y junio de 2000. Así, trataron de colocar dos furgonetas bomba en el centro financiero de Madrid, en el complejo de Azca, aunque nunca lo consiguieron porque el primero de los vehículos, que iba cargado con casi 1.000 kilos de explosivo, fue interceptado en Cetina (Zaragoza).

En al menos ocho ocasiones colocaron un coche-bomba frente a la salida del garaje de la miembro de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Blanca Rodríguez García

En marzo del año 2000, ETA colocó en repetidas ocasiones un coche-bomba en una calle próxima al domicilio del consejero del Tribunal de Cuentas, Paulino Martín. En este caso no se llevó a cabo la acción porque su coche nunca apareció. También en ese año intentaron actuar contra el secretario general de Política Científica del Ministerio de Ciencia, Juan Junquera. Aunque entonces no lo lograron, en noviembre del siguiente año consumaron la acción con la explosión de un coche-bomba en la calle Corazón de María.

Pero si hubo un objetivo fijo de ETA fue Blanca Rodríguez García. La que fuera fiscal de la Audiencia Nacional esquivó hasta ocho intentos de asesinato con coche-bomba. El mismo comando que asesinó al magistrado Querol colocó un coche-bomba frente a la salida del garaje, si bien nunca llegó a estallar ya que el vehículo oficial en el que viajaba la fiscal de menores no salió en el momento concreto o bien lo hizo en dirección contraria a la prevista. La fiscal falleció en 2016 tras una larga enfermedad.

Atentado contra la sede de Repsol

La Guardia Civil constata en su informe que la actuación de este comando no fue aislada, sino que respondía a directrices que venían de la dirección de ETA. De hecho, los agentes señalan a la cúpula de la banda terrorista como autores intelectuales de este atentado, en línea con la senda marcada en otras causas que también se investigan en la Audiencia Nacional, como el asesinato de Miguel Ángel Blanco o el atentado de Santa Pola en el año 2002.

Extracto del informe de la Guardia Civil

El informe constata la actuación de la 'zuba' (el comité ejecutivo de ETA) gracias al material incautado por las autoridades francesas y remitido a España y también a las confesiones ante la Policía de algunos de sus miembros. Destaca, por ejemplo, la 'cantada' de Ana Belén Egües Gurruchaga. La etarra confesó que actuaron al dictado de los jefes Juan Antonio Olarra Guridi (Jon); Ainhoa Múgica (Olga) y de Txapote.

En aquellas fechas recibieron instrucciones de dónde ubicarse (Salamanca) e informaciones sobre políticos y militares. También dinero en metálico, llegando incluso a hablarse de una entrega de cuatro millones de pesetas. Uno de los objetivos que señaló la dirección de ETA entonces fue la sede que tenía Repsol en el paseo de la Castellana de la capital. La etarra confesó que iban a recibir un coche-bomba preparado a través de un enlace de la dirección.

La orden de Txapote

En aras a acreditar el papel activo de los jefes de ETA en los atentados perpetrados aquellos años, la Guardia Civil recoge el extracto de la confesión de otro miembro del comando Buruhauste. Aitor García Aliaga (alias 'Carpetas') reveló también en noviembre de 2001 que en abril del año anterior 'Txapote' les comentó la posibilidad de "volar" el edificio central de Caja Vital (actual Kutxbank) en la plaza de los Fueros de Vitoria.

En el acta de reconocimiento fotográfico que le pusieron tras su detención, el etarra identificó a Txapote como la persona que le propuso atentar contra la sede principal de Caja Vital. Para respaldar su acusación, otro de los miembros de este comando confirmó en su declaración judicial en la Audiencia Nacional que tuvieron contacto en aquel momento y años posteriores con la dirección de ETA. Preguntado exactamente por quiénes, este dijo que con Txapote, el cual a día de hoy sigue siendo considerado como uno de los miembros más sanguinarios de la banda.

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