La Audiencia Nacional ha concedido la libertad condicional al histórico etarra José Luis Álvarez Santacristina, "Txelis", que fue expulsado de la banda, tras cumplir las tres cuarta partes de su condena, haber pedido perdón a las víctimas y haber reconocido el daño causado cuando estaba en ETA. El juez central de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, ha adoptado esta decisión en un auto, contra el que cabe recurso, a propuesta de la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de San Sebastián y con el visto bueno de la Fiscalía.
Previamente, "tras un proceso de conversión religiosa, sorprendió a la dirección de ETA a principios de 1993 con un documento en el que pedía el abandono de las armas"
En su auto, Castro recuerda que "Txelis", que también "ha mostrado su voluntad de colaborar con la Justicia", ha manifestado "de forma expresa" su renuncia a la violencia y el abandono de la banda terrorista ETA, de la que fue expulsado, además de haber pedido "de forma pública y privada" perdón a las víctimas "directas e indirectas de su actividad delictiva". "Txelis" cumple condena en España tras ser extraditado en 1999 desde Francia; en diciembre de 2014 cumplió las tres cuartas partes de los 30 años de cumplimiento máximo de pena; este mes de marzo le fue concedido el tercer grado, y su licenciamiento definitivo estaba previsto para diciembre de 2019.
De hecho, se comprometió a hacer frente "en la medida de sus posibilidades" a la responsabilidad civil derivada de sus acciones terroristas, por lo que actualmente está abonando 150 euros mensuales, "cantidad módica pero que está acorde con los ingresos que recibe y que determina una voluntad de asumir el cumplimiento de dicha obligación", indica el juez. La cúpula etarra anunció la expulsión de "Txelis" de la organización terrorista en 1998 cuando, después del asesinato del concejal del PP, Miguel Ángel Blanco, manifestó: "La lucha armada de ETA está conociendo como nunca el desprestigio político y social".
Previamente, "tras un proceso de conversión religiosa, sorprendió a la dirección de ETA a principios de 1993 con un documento en el que pedía el abandono de las armas", rememora Castro en su auto. Por tanto, "su desvinculación de la banda terrorista es total y manifiesta, no acatando ninguna de las directrices e incluso criticándolas cuando tiene ocasión" y, cuando ha habido algún atentado terrorista de ETA, "se ha dirigido a los funcionarios manifestando su pesar y disculpándose".
Álvarez Santacristina, considerado uno de los ideólogos de ETA, llegó a la dirección política de la banda en 1986 en sustitución de Anxon Etxebeste
Desde 2010 disfrutaba "con regularidad y sin incidencias" de permisos ordinarios y de una salida de fin de semana al mes, y en 2011, por razones laborales, no pernoctaba en prisión, permitiéndole trabajar como educador en el centro educativo Txema Finez, de Aramalo (Álava), en horario especial. Este mes de marzo obtuvo el tercer grado penitenciario atendiendo a "la buena evolución en los programas de tratamiento", el apoyo familiar, "la aceptación personal de la responsabilidad delictiva", y "la renuncia, comprobada especial y muy significativamente en estos últimos años, a formar parte del grupo de internos que siguen las directivas de ETA".
Álvarez Santacristina, considerado uno de los ideólogos de ETA, llegó a la dirección política de la banda en 1986 en sustitución de Anxon Etxebeste, y sus actuaciones fueron más destacadas tras la caída de José Antonio Urruticoetxea, "Josu Ternera", en 1989. Fue detenido en la localidad francesa de Bidart el 29 de marzo de 1992 en una de las operaciones más importantes que se produjeron para desarticular la organización y en la que también cayeron el entonces número uno de ETA, Francisco Mújica Garmendia, "Pakito", y el encargado de explosivos Joseba Arregui, "Fitipaldi". Tras ser condenado a 10 años en Francia, fue extraditado en 1999 por tres causas, entre ellas el asesinato del catedrático Manuel Broseta en Valencia, por el que fue condenado a 30 años.