Con un alarmismo injustificado, el banco de inversión Deutsche Bank avisó en junio de que Eurovegas, “el proyecto español de Adelson”, estaba “en las últimas”. Después, en octubre, JP Morgan recomendó “olvidarse del proyecto” para “mejorar las acciones” de Las Vegas Sands”, la compañía del magnate de Boston. Y ahora es la agencia de calificación estadounidense Fitch la que dispara contra el futuro complejo alcorconero. Fitch lo ha hecho a través de una circular emitida esta semana: “Salir de España podría rebajar los riesgos asociados al proyecto. Es un mal negocio, un mercado que no hemos testeado bien con relación a los casinos y los complejos turísticos, y un entorno económicamente débil como lo es Europa”.
Sorprendentemente, la circular de Fitch es buena para Las Vegas Sands (LVS), ya que propone una subida de rating de BBB- a BB+ para la multinacional de Sheldon G. Adelson. “Todas las calificaciones de LVS y de sus subsidiarias mejoran, especialmente las de Macao y Singapur, asegurando las líneas de crédito propuestas. La calificación, que pasa de estable a positiva, también tiene en cuenta la agresividad empresarial de la compañía a la hora de desarrollar complejos, los escándalos con la Justicia y la incertidumbre financiera” vinculada a algunos proyectos.
Una incertidumbre que tiene un nombre para Fitch: Eurovegas. “El nivel de riesgo de LVS parece manejable”, asegura la agencia, “pero España sigue muy mal vista”. La nota aplaude la contribución de los resorts de Adelson en el sudeste asiático y censura la entrada en Madrid. “El complejo turístico integrado en España es el obstáculo más importante para paliar este riesgo. La primera fase del proyecto puede costar entre 8.000 y 12.000 millones de dólares, y el conjunto hasta 36.000 millones”. Además, reconoce el texto, Eurovegas “está sujeto al visto bueno del Gobierno y a la aprobación de un paquete de incentivos”, que bien pueden ser tanto las exenciones fiscales como la modificación de la ley antitabaco.
Fitch alienta a los accionistas a mirar a Asia, donde ya hay casinos muy rentables operando en Macao y Singapur, y donde se esperan más complejos en otros países como Vietnam o Taiwán. O Japón, mercado que Adelson explora tras la victoria de Tokio en los Juegos de 2020. “El riesgo español aumenta si Eurovegas se superpone a otros proyectos asiáticos de gran escala”.
“Japón está planteándose la legalización de casinos y resorts, una medida que apoya el actual partido gobernante. Esto podría ser una realidad en 2016 y podría abarcar no solo a Tokio, sino también a Osaka”, continúa la circular, que remata el descalabro de Alcorcón con una sentencia demoledora: “A diferencia de España, Fitch considera muy positiva y mucho menos arriesgada la posibilidad japonesa”. Probablemente, influye el hecho de que el plan de viabilidad de Eurovegas fuera presentado hace más de cuatro meses y desde entonces acumule polvo en un cajón.