Los expertos en la lucha contra el terrorismo yihadista de la Policía Nacional y la Guardia Civil no ven motivos para rebajar el nivel de alerta antiterrorista en España tras la muerte del líder de Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi, según fuentes de la seguridad del Estado consultadas por Vozpópuli.
España se encuentra instalada en el nivel cuatro -sobre un máximo de cinco- de alerta antiterrorista. Esto implica “el máximo reforzamiento de los dispositivos de seguridad” ante la existencia de un “riesgo alto” de sufrir un atentado. Esta situación se mantiene así desde hace más de cuatro años. Fue en junio de 2015 cuando se subió a ese nivel tras una serie de ataques registrados en Francia, Túnez, Kuwait y Somalia.
“La muerte de Al Baghdadi no es motivo para bajar el nivel”, afirma categóricamente a este periódico un alto mando de los servicios de Información. “Ahora no lo cambiaría, vamos a ver cuál es la reacción de Estado Islámico”, coincide otro mando especializado en la lucha contra el yihadismo.
En España, las fuerzas de seguridad se reúnen de forma periódica en el Ministerio del Interior para revisar el nivel de alerta antiterrorista. Este miércoles está fijada una de esas reuniones, que cuentan con la presencia de los mayores expertos en la lucha contra el terrorismo yihadista. Es habitual que ante la inminencia de unas elecciones se aprueben planes de refuerzo específicos.
Este domingo el presidente de EEUU, Donald Trump anunció desde la Casa Blanca la muerte del líder terrorista tras una operación de las fuerzas especiales estadounidenses en Siria, cerca de la frontera con Turquía. Abu Bakr Al Baghdadi, también conocido como el Califa Ibrahim, llegó a proclamarse en 2014 líder religioso supremo del mundo islámico desde la mezquita de Mosul (Irak). También anunció la creación del califato islámico que se extendió entre Irak y Siria.
El mayor grupo terrorista de la Historia
Enfrentado a Al Qaeda, su organización se convirtió en el mayor grupo terrorista de la Historia. Significó el mayor problema de seguridad de los últimos años en Occidente. Su depurada red de propaganda provocó la emigración de decenas de miles de adeptos al territorio del califato para enrolarse en la yihad, de ellos algo más de 200 procedían de España. También alimentó a lo lobos solitarios a los que alentaba a realizar atentados en sus respectivos países de residencia.
El sello de Estado Islámico quedó patente en algunos de los peores atentados en Europa como el de la revista Charlie Hebdo o la Sala Bataclán, ambos cometidos en Francia en 2015. También el ataque al aeropuerto de Bruselas (Bélgica) un año después. La muerte de Al Baghdadi ha acrecentado el estado de crisis en el que se encuentra el grupo tras la muerte de otros altos dirigentes o la pérdida de su territorio en Siria e Irak por la acción de la coalición internacional y el empuje de las fuerzas locales.
Trump también ha confirmado este martes en Twitter que las fuerzas norteamericanas han matado al "probable" sucesor de Al Baghdadi. Se trata de Abú al Hassan al Muhajir, hasta ahora portavoz de la organización. Antes ya había sido asesinado el anterior portavoz del grupo y uno de los artífices de su gran red de propaganda, Mohammad Al-Adnani, considerado número dos de Daesh hasta que se le dio por muerto en 2016.
Pese a las bajas y derrotas militares, Estado Islámico sigue contando con una fuerte presencia en diversos territorios así como con partidarios con riesgo de entrar en acción. Las fuentes de las fuerzas de seguridad consultadas no descartan que los fieles al grupo terrorista puedan llevar a cabo acciones violentas a modo de represalia por la muerte de su líder y para evitar la apariencia de debilidad el grupo.
Francia extrema la vigilancia
En esa línea ya se ha mostrado Francia a través de su ministro del Interior, Christophe Castaner. El mismo día en el que se se conoció el fallecimiento de Al Bhagdadi, remitió una carta a las principales autoridades de su Departamento para pedir un incremento de la vigilancia ante posibles atentados de represalia.
"La posible intensificación de la propaganda yihadista tras su muerte podría provocar actos de venganza, por lo que es necesario extremar la vigilancia, en particular en actos públicos en vuestros departamentos en los próximos días", explicaba la nota de Castaner.
