Jaime Alfonsín asume este martes la jefatura de la Casa del Rey después de ejercer como 'mano derecha' de don Felipe durante 19 años. Sin interinazgos ni transiciones, el relevo en el aparato de Zarzuela arranca vertiginoso. Es el estilo del nuevo monarca, deprisa, deprisa. Felipe VI recibió este lunes a los representantes de las instituciones del Estado (poder legislativo y judicial), este martes a varias ONG, el miércoles a las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad, el jueves viaja a Cataluña... Actividad frenética.
Abogado del Estado de 59 años, gallego, hombre prudente, juicioso y reservado, Jaime Alfonsín desembarca al frente de la maquinaria de la Casa Real con enorme experiencia a sus espaldas, gran conocimiento de tan singular biotopo y lealtad reconocida hacia don Felipe. Dicen algunos de sus próximos que llevaba preparando el guión del relevo desde hace dos años, no a la espera de asumir el cargo, sino de facilitarle las cosas al rey. Demasiados asuntos en ebullición y muchas carpetas abiertas pendientes de solución.
Respeto a los jueces
Entre los asuntos inmediatos que centrarán el foco informativo en la Zarzuela aparecen la posible imputación, este miércoles, de la infanta Cristina, asunto en el que don Felipe ha actuado, desde el primer momento, con enorme criterio y ejemplaridad. La reacción de la Casa Real será lo previsto: respeto a la decisión de los jueces y ni una palabra más. Es posible que el secretario de las infantas Cristina y Elena también resulte imputado. Saldrá de Palacio en las próximas horas. Hay que poner distancia con el 'caso Nóos', tal y como se ha hecho hasta ahora. "Una conducta honesta, íntegra y transparente", anunció Felipe VI en su discurso de proclamación. Y recordó la necesaria independencia de la Justicia.
Uno de los factores clave de su gestión será relanzar la imagen de la Institución, en sus momentos más bajos
La infanta Cristina no forma parte de la Familia Real desde hace dos años, lo que facilita enormemente las cosas. Otra cuestión son los lazos sentimentales. Doña Sofía viajó este lunes a Ginebra para estar con su hija en las horas previas a la decisión del juez Castro. Momentos duros para la familia.
Uno de los factores clave de su gestión será relanzar la imagen de la Institución, ahora en sus momentos más bajos. El estreno del joven rey ha sido positivo, pese a las zancadillas políticas y mediáticas previstas. El equipo saliente de Zarzuela no logró manejar con soltura una situación endiablada, en especial desde que estalló el 'escándalo Botsuana'. Con el cambio de protagonistas, la Casa Real es contemplada desde una perspectiva más amable, como demuestran las encuestas publicadas este fin de semana. La próxima incorporación de Jordi Gutiérrez al frente del área de Comunicación es un refuerzo de importancia dadas las carencias del anterior equipo en este frente.
Las prisas del aforamiento
Tiene también Alfonsín que resolver y diseñar el nuevo organigrama de la Casa Real, donde se esperan cambios de importancia. Hay que decididr las asignación de efectivos y de emolumentos a don Juan Carlos y Soña Sofía, asunto que decidirá personalmente el rey. Seguirán por ahora residiendo en Palacio. Algunos colaboradores del padre del rey enfilarán la puerta de salida. Otros, funcionarios, serán incorporados al aparato de Felipe VI. La reina doña Letizia también dimensionará su secretaría, ahora prácticamente mínima.
Otro asunto complicado es el aforamiento de don Juan Carlos, que finalmente se va a resolver mediante una enmienda a una ley orgánica. Una improvisación más en una abdicación exprés. El asunto quedará resuelto en quince días pero el Gobierno ha tenido que forzar la figura legal. Y se va a quedar sólo en el Parlamento. Un mal trago para Rajoy, pero no tenía alternativa. Este lunes en Polonia se apreciaba la incomodidad del presidente del Gobierno al abordar este asunto.
A partir de ahora, las funciones de los padres del rey quedarán limitadas a estrictas cuestiones de representación y protocolo. Don Juan Carlos viajará a principios de mes a Bogotá para asistir a la toma de posesión del presidente colombiano, labores que antes desempeñaba su hijo. La infanta Elena, 'víctima colateral' del episodio de su hermana Cristina, apenas tendrá a partir de ahora labores de representación.