En el Año Xacobeo de 2022, Alberto Núñez Feijóó ejerció de peregrino, pero en sentido contrario al Camino. El presidente de la Xunta tuvo que dejar su despacho en el Pazo de Raxoi, en la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, para instalarse en la séptima plaza de Génova 13, en Madrid, y suceder a Pablo Casado al frente del PP. El gallego, elegido por 'aclamación' después de ser señalado por todos los barones como el 'pacificador' necesario para acabar con una guerra civil sin precedentes en los populares, ya mira a su siguiente destino: gobernar España tras las próximas elecciones generales.
A la segunda fue la vencida. El pasado mes de febrero, como pasó en junio de 2018, todas las miradas del PP se dirigieron de nuevo a Feijóo para tomar las riendas de un partido en descomposición y con un futuro más que incierto. En la primera ocasión, el presidente de la Xunta no dio el paso para evitar el choque entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal que provocó la elección de un Pablo Casado, que era la tercera opción de la militancia y que accedió a Génova debiendo favores a la exsecretaria general y con la obsesión de reivindicar un liderazgo que se fue debilitando mientras se hacían más grandes dirigentes como Juanma Moreno e Isabel Díaz Ayuso.
La guerra civil entre Casado y la presidenta madrileña explotó definitivamente tras las elecciones de Castilla y León y, después de un fin de semana de manifestaciones en Génova pidiendo el cese del entonces presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, decidió alzar la voz. Descolgó el teléfono para reclamar, en primera instancia, la salida del entonces secretario general, Teodoro García Egea y, después, para acordar con Casado una reunión de barones en Génova que pusiera fin a la peor crisis orgánica vivida por los populares.
Del eje Galicia-Andalucía...
Solo después de esa cumbre, que comenzó en la tarde del 23 de febrero y que concluyó de madrugada, a apenas dos horas de que estallara la guerra en Ucrania, Feijóo empezó a decir "sí" a aquellos líderes regionales que le pedían ese paso al frente. La única condición que puso para abandonar Galicia fue clara: el respaldo unánime a un proyecto de unidad, en el que tendrían un peso importante los feudos del PP.
Esa consigna se hizo realidad en el congreso extraordinario que el partido celebró en Sevilla la primera semana de abril. Tal y como adelantó Vozpópuli, Feijóo diseñó su nueva ejecutiva conformando un nuevo eje de poder entre Galicia y Andalucía, situando a Elías Bendodo, número dos de Juanma Moreno, en la Junta de Andalucía, como coordinador general, número tres del partido a nivel nacional, y mano derecha de Cuca Gamarra.
En el comité de dirección también incluyó a Miguel Tellado, hombre clave de su liderazgo en el PP de Galicia, a Juan Bravo, consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, y a Esteban González-Pons, al que ya le ofreció un puesto relevante en 2018, cuando estuvo a punto de presentarse como candidato en el congreso de sucesión de Mariano Rajoy.
Una vez renovado el partido, y con un liderazgo respaldado por todos los presidentes autonómicos del PP, las encuestas empezaron a reflejar lo que antes de verano se denominó el 'efecto Feijóo'. En tan solo un mes al frente del partido, el nuevo presidente recuperó 900.000 votantes y 10 escaños, y esa tendencia al alza se mantuvo no solo a nivel nacional, sino también en las autonomías.
... a la victoria del 19-J
Fue en ese contexto cuando Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, decidió adelantar elecciones y fijarlas para el 19 de junio. Desde el Palacio de San Telmo y Génova 13 se vio la oportunidad de gobernar en solitario, y ese fue el objetivo claro de esa convocatoria.
El mensaje de Feijóo a Moreno no pudo ser más claro. El presidente nacional del PP encomendó al líder andaluz la responsabilidad de que Vox fuera "intrascendente" en el nuevo Parlamento Autonómico y que la gobernabilidad de la Junta no dependiera del apoyo del partido de Santiago Abascal. Un objetivo que los populares lograron con creces.
En los comicios de ese 19-J, Juanma Moreno logró una mayoría histórica para el PP en Andalucía, se convirtió en el primer candidato autonómico popular en conseguir ese hito después de Alberto Núñez Feijóo... y esos 58 escaños sirvieron, a demás, para consolidar al nuevo presidente nacional del PP.
La relación con Ayuso
El crecimiento del PP de Feijóo se mantuvo imparable hasta octubre, cuando las propias encuestas del partido apuntaban que el líder nacional lograba un importante trasvase de votantes de Ciudadanos -casi el 50%- y del PSOE -10%-.
Esa tendencia, sin embargo, empezó a estancarse en noviembre, coincidiendo además con las negociaciones con Pedro Sánchez para desbloquear el CGPJ. En su apuesta por llegar a un pacto con el presidente del Gobierno, el líder del PP perdió la unanimidad en el discurso que había tenido el PP desde su llegada.
Así, según avanzaban los días, y se hacía más evidente que el Ejecutivo estaba dispuesto a rebajar el delito de sedición como le reclamaba ERC, las dudas sobre ese posible acuerdo con Sánchez se hacían más evidentes y algunos dirigentes del partido, con Isabel Díaz Ayuso a la cabeza, decidieron explicitar, ante los medios, esas reticencias.
Finalmente, Alberto Núñez Feijóo, una vez tenida confirmación por parte de Sánchez de los planes del presidente, decidió romper las negociaciones con el presidente. Previamente, había hablado con integrantes del comité de dirección y líderes regionales del partido, pero la conversación que más se destacó ese día es la que mantuvo, vía WhatsApp, con Isabel Díaz Ayuso.
En los días posteriores, y después de lo vivido en los primeros meses de 2022, algunos sectores pusieron en cuestión la buena sintonía entre Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, pero esta vez, y a diferencia de lo que pasaba en la anterior etapa, tanto Génova como Sol cerraron filas y rechazaron cualquier tipo de grieta entre ambos.
Fin de año con triunfo
Una vez solventada esa pequeña crisis, Feijóo está viendo este mes de diciembre cómo el partido vuelve a subir en las encuestas en detrimento de un PSOE al que el mazazo del Tribunal Constitucional, y las cesiones ante ERC para eliminar el delito de sedición y rebajar la malversación, le está pasando factura.
Desde la dirección nacional consideran "un punto de inflexión" de la legislatura el fallo del TC de esta semana, y creen que Fejóo sabrá sacar rédito electoral a ese triunfo y a un nuevo calendario que va en contra de Sánchez: "Ahora, su maniobra se aprobará más cerca de las autonómicas y municipales de mayo", la antesala a unas elecciones generales en las que el líder nacional de los populares aspira a llegar a La Moncloa.
El éxito del recurso de amparo del PP ha opacado, además, el anuncio de una nueva moción de censura de Vox que, lejos de erosionar al partido, ha logrado justo lo contrario: todos los cargos populares respaldan la estrategia de Feijóo de no rechazar esa iniciativa, pero tampoco liderarla porque supone "dar una victoria a Sánchez".
Feijóo, por tanto, acaba el año logrando el objetivo de unificar al partido, con el respaldo de los barones autonómicos, aupado en las encuestas y con un éxito judicial a sus espaldas. En abril, habría firmado este escenario. Ahora, el siguiente objetivo es reconquistar gobiernos autonómicos y locales en mayo para recuperar La Moncloa en un año.
Karl
"Para cualquier político eres un instrumento o un enemigo. No saben lo que es una persona." ~Friedrich Nietzsche
Azahar
Mucho almíbar destila este panfleto.
Ottos
¿Unificar el Partido? con el 99% de sus integrantes que fuera de la política no saben de qué vivir. Confirmando el discurso de Rajoy los liberales y los conservadores se pueden marchar del PP, somos un partido del centro izquierda.