Los navajazos eran tan despiadados que a Ferraz no le ha quedado más remedio que imponer un alto el fuego en el PSM. Pero el armisticio tiene fecha de caducidad: las elecciones autonómicas y municipales de 2027.
La sucursal madrileña de los socialistas es un hervidero de conspiraciones. Según ha sabido Vozpópuli, hasta seis miembros del partido se mueven con un único fin: descabezar al secretario general autonómico, Juan Lobato. La dirección federal del PSOE ha jugado sus cartas, pero no quiere que la sangre llegue al río. No a las puertas del Congreso Federal de noviembre.
"Han explorado y presionado con fuerza en septiembre. Pero han visto lo que piensa la gente y los números que hay. Es violento y equivocado moverle la silla a Juan [Lobato]. Y lo saben. Otra cosa será la candidatura a la Presidencia. Ahí volverá la guerra", sintentizan fuentes de la dirección del PSM. Las fuentes consultadas admiten que la paz momentánea también obedece a una gestión de esfuerzos del propio Pedro Sánchez: "Él pasa. Tiene otros frentes más importantes", sintentizan en la dirección regional.
A saber, los nombres de los implicados en el juego de tronos son los de Fran Martín -delegado del Gobierno en Madrid-, Emma López -concejala en el Ayuntamiento de Madrid-, Javier Ayala -alcalde de Fuenlabrada y exrival de Lobato-, Javier Rodríguez -exalcalde de Alcalá de Henares-, Pilar Sánchez -exdiputada en la Asamblea de Madrid y ahora pieza clave del gabinete del Ministerio para la Transformación Digital- y José Cepeda -exsenador por Madrid afín al ministro de Presidencia, Félix Bolaños-.
Como ya contó este diario, altos cargos del partido a nivel regional están presionando a Moncloa, a Bolaños en concreto, para que controle a Lobato, quien apenas lleva tres años a los mandos de la sucursal más revoltosa del PSOE. Pero en este tiempo ya está comprobando cómo se las gastan sus compañeros. Para entender lo que pasa en el PSM hay que tener en cuenta que Lobato, un político de 39 años y con proyección, no está dispuesto a ser un mero lacayo de Ferraz.
El pasado mes de junio, tras los comicios europeos, y con el fracaso del PSOE todavía caliente, Pedro Sánchez abrió la veda y señaló a los barones que, considera, no están cumpliendo con los objetivos impuestos por el partido. Y apuntó especialmente a Madrid y a Andalucía.
Pero Juan Lobato encabeza la lista negra. El exalcalde de Soto del Real llegó a la secretaría general del PSM en octubre de 2021 tras vencer en las primarias al alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala. Supuestamente desembarcó con las manos libres para hacer y deshacer a su antojo, pero el paso del tiempo ha enfriado su relación con Sánchez. Madrid es una comunidad eminentemente conservadora y debe diferenciarse de alguna manera si quiere derribar al PP.
Aunque hay que destacar que no le ha ayudado nada la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso. Tampoco sus críticas a la política de Moncloa de alianzas con el independentismo. Lobato quiere tener "estilo propio", según cuentan fuentes de su más estricta confianza. Su plan, dice él mismo, es un plan para Madrid; de consensos y de izquierdas, pero con "sentido común", lejos del insulto.
Este estilo propio no gusta en Ferraz. Por eso, le buscan sustituto. El momento idóneo para lanzar el ataque era el congreso de los socialistas madrileños, que el propio Lobato había pensado celebrar, como su colega de Castilla y León, Luis Tudanca, antes que el Federal precisamente para evitar tentativas de asalto a su silla. El problema ha sido el veto de Sánchez a organizar cualquier cónclave autonómico antes de tiempo. A Lobato le sentó muy mal y no le quedó más remedio que negociar con Santos Cerdán, con quien pactó celebrar el congreso a partir del próximo 5 diciembre, días después de la gran cita de Sevilla donde Pedro Sánchez será reelegido por aclamación.
Y eso que el propio Cerdán mantuvo un encuentro el mes pasado con los secretarios de organización territoriales, a quienes pidió que evitaran celebrar los congresos regionales en diciembre debido a las fiestas navideñas. Es más, pidió que escalonen los congresos regionales entre enero y febrero para poder celebrar dos por semana. De manera que Sánchez pueda repartirse
Hasta hace unas semanas, la idea que manejaban en el equipo de Lobato era que Moncloa presentaría a un candidato crítico que pelearía con el actual secretario general. Y Ayala y Fran Martín eran los mejor posicionados para presentar batalla. La crisis del PSOE de Madrid se ha convertido algo perenne. El partido va camino de los 30 años fuera del Gobierno de la Comunidad y de la Alcaldía de la capital. Y no hay visos de que se pueda revertir la tendencia a corto plazo. La militancia está desmovilizada y desmotivada con la nueva llamada a filas.