Esta es la historia real de un diputado del PSOE, Jesús Membrado, que después de 22 años de haber estado en excedencia como profesor de Geografía e Historia en un colegio público de Zaragoza, ha pedido su reingreso y se ha encontrado con una sorpresa desagradable para él. El centro ya imparte la asignatura en inglés porque funciona como una institución bilingüe y como su señoría desconoce la lengua de Shakespeare, pues va a tener que reciclarse para otros menesteres.
El episodio no tendría mayor trascendencia si no fuera porque Membrado, que ejerció como profesor de enseñanza primaria del centro entre 1975 y 1989, ha sido uno de los principales artífices de la reforma laboral que entró en vigor en junio del año pasado, promovida por el ministro Valeriano Gómez. Su pasado sindical dentro de la UGT hizo que Membrado asumiera el enfoque dado por el Gobierno a esta reforma, a pesar de que a título personal estuviera en contra de buena parte de su contenido. Igual pasó con el ex secretario general de Comisiones Obreras Antonio Gutiérrez, que sí se retrató en aquella ocasión por escrito en contra del abaratamiento del despido cuando todavía era presidente de la Comisión de Economía del Congreso.
El caso de Membrado es peculiar, pero no es el único. La también aragonesa Marta Gastón se ha visto desalojada igualmente de las candidaturas del PSOE, aunque su excedencia en Ibercaja no le ha dado tantos quebraderos de cabeza como a Membrado la suya en la enseñanza. Francisco Fernández Marugán, Montserrat Colldeforns, Antonio Cuevas, Álvaro Cuesta, Jesús Cuadrado, José Antonio Pérez Tapias, Manuel de la Rocha o Juan Antonio Barrio de Penagos, forman parte de una larga lista de parlamentarios socialistas que se están buscando el cocido en aquellas parcelas que conocen mejor, fuera del abrigo del Parlamento. Consultorías y bufetes de abogados son, de momento, los destinos más frecuentes que están siendo sondeados por los interesados.