La ciudad de Vigo ha estado durante los últimos días en el meollo de una compleja investigación internacional relacionada con acciones fiscales fraudulentas a través de la comercialización a gran escala de pescados y mariscos congelados. No se trata de una operación más, porque todo indica que la mafia siciliana está metida hasta las cejas en la organización de un potente grupo de empresas a cuyos responsables se les acusa de haber creado una red para delinquir a través del "autoblanqueo”, la expedición fraudulenta de facturas por operaciones inexistentes y la falta de pago del IVA, entre otras actividades ilegales.
Tras una larga investigación desarrollada por agentes especializados en delitos fiscales bajo la dirección de las autoridades judiciales italianas, el operativo ha concluido con la detención de cinco personas presuntamente relacionadas con dicho entramado empresarial y ya han sido incautados bienes por valor de tres millones de euros, así como abundante documentación sobre el funcionamiento de la red.
Dos de los detenidos, de nacionalidad italiana, han residido durante los últimos años en Vigo y se sospecha que desde la ciudad gallega velaban por el buen funcionamiento de la red dedicada a la exportación de pescados y mariscos desde la península Ibérica hacia Italia. Se trata de Salvatore Vetrano, conocido como el rey de los congelados de Palermo, y de su pareja, Anna Bruno, hija de un destacado miembro de la mafia siciliana, cuyas andanzas son muy bien conocidas tanto por la Policía como por los medios de comunicación italianos. Ambos se encuentran ya en prisión por orden del juzgado que se encargó de coordinar las actuaciones dirigidas a poner fin a las ramificaciones de la Cosa Nostra en la ciudad gallega.
Esta resolución judicial llegó después de que las fuerzas de seguridad españolas, en colaboración con la del país alpino, registrasen el céntrico piso de Vigo donde residían Salvatore y Anna Bruno, encontrando más de 100.000 euros en metálico, relojes de lujo y joyas. El diario 'Génova Today' afirma que la investigación alcanza a una docena de sospechosos de haber cometido “fraude fiscal transnacional”, varios de los cuales residen o son propietarios de empresas radicadas en la región italiana de Liguria. La investigación apunta a que la pareja detenida en la capital atlántica utilizaba las compras de pescado para blanquear dinero, transportando efectivo desde Vigo a Italia a través de camioneros vinculados a la mafia.
Salvatore Vetrano, a tiros con su rival amoroso
A Salvatore Vetrano se le relaciona directamente con la Cosa Nostra desde hace mucho tiempo y tiene fama de no andarse con chiquitas con quienes se interponen en su camino. Ni en los negocios ni en el terreno amoroso. Hace una década, por ejemplo, un tribunal de su país le condenó a seis años de prisión tras disparar, cegado por los celos, a un empresario que empezó a salir con Anna Bruno, de la cual Vetrano estaba rendidamente enamorado. Una noche de mayo de 2012, el ahora detenido mantuvo una bronca con su rival amoroso Giuseppe Toia, dueño de un concesionario de coches, en un club de Palermo, al comprobar que su querida Anna estaba con él y con otros amigos.
La cosa parecía haber acabado ahí, pero Salvatore se plantó después en el domicilio de la joven hija del ‘boss’ siciliano y, al verla llegar en compañía de Toia, sacó una pistola del bolsillo y disparó casi a bocajarro a su competidor, que salvó la vida de milagro al ser trasladado de forma inmediata al hospital por un empresario que se encontraba en la zona. Pese a su talante bravucón, Vetrano consiguió al fin imponerse a su rival amoroso y convertirse en el novio oficial de Anna Bruno.
De momento, el operativo antifraude ha permitido la confiscación de un centenar de cuentas financieras, de las que 54 están ubicadas en Italia, otras 26 en España y 20 en Portugal.