Unos siete mil mariscadores gallegos recibirán una ayuda directa de 550 euros por parte de la Xunta para paliar los graves perjuicios económicos que padecieron durante los meses de octubre y noviembre a causa de los fuertes temporales que barrieron la comunidad. Así lo ha anunciado José Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, que en declaraciones a Vozpópuli ha destacado que esa ayuda se ha conseguido después de las intensas negociaciones que los representantes de los afectados han mantenido en las últimas semanas con el conselleiro do Mar, Alfonso Villares, con el que también han debatido los graves problemas que atraviesan miles de mariscadores debido a la baja productividad que se registra desde años en varias rías.
El problema principal de los últimos meses ha radicado en la baja salinidad del medio marino, que se ha visto muy afectado por las grandes riadas que se registraron en octubre y noviembre. Ese descenso del nivel de sal en las rías provocó una enorme mortandad en, sobre todo, los moluscos bivalvos, cuyo precio se disparó durante la campaña de Navidad debido a la grave escasez de género. De hecho, en muchos mercados los berberechos y almejas de origen gallego, de una calidad extraordinaria, fueron sustituidos por productos llegados de Portugal, Escocia y hasta los Países Bajos, provocando graves pérdidas a numerosos mariscadores locales justo cuando las ventas, debido a la proximidad de las fiestas navideñas, tendrían que haber sido más altas.
Ayudas de la Seguridad Social
Sobre este particular, José Basilio Otero ha señalado a este periódico que también están en negociaciones con la Seguridad Social para llegar a un acuerdo que permita a los profesionales del mar superar el tremendo bache económico que han sufrido en los últimos meses, incrementado ahora con la llamada crisis de los pellets, que en los últimos días ha provocado un descenso del precio del pescado gallego a causa de una alarma que considera “totalmente injustificada”.
Otero insiste en que los peces, en el caso de tragar alguna bolita plástica, no asimilan ese producto y, por lo tanto, no pasa a su organismo, quedándose en el tracto digestivo del animal. El problema es, así, nulo, “porque todo el mundo limpia el pescado antes de consumirlo”.