Objetivo cumplido. El Gobierno da por hecho que los principales partidos de la oposición -PP y Ciudadanos- respaldarán el decreto que Pedro Sánchez ha bautizado como el plan nacional de respuesta al impacto de la guerra. Las reuniones de las vicepresidentas económicas y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, con los grupos del centro derecha -Vox se ha autoexcluido de la negociación- han sido "un paripé", según fuentes consultadas por Vozpópuli. Pero la voluntad de acuerdo existe.
"No hay concreción en las medidas, pero es imposible oponerse a un decreto que va a contener bajadas de impuestos en los hidrocarburos y el compromiso de mantener la rebaja que ya se aplica al precio de la luz", reconocen a este diario fuentes conocedoras de los encuentros de este miércoles en el Congreso.
Bolaños, Yolanda Díaz, Nadia Calviño y Teresa Ribera se han visto las caras con el PP. También ha habido reuniones con Ciudadanos y otras formaciones políticas. La voz cantante del Gobierno, según ha sabido este diario, la ha llevado Ribera, responsable de la política energética. Las ministras y Bolaños se han mostrado alineados y han trasladado un único mensaje a sus interlocutores, a pesar de las discrepancias que existen entre el PSOE y Unidas Podemos, y dentro de Podemos entre Díaz y la formación morada.
Ribera lidera al Gobierno
El objetivo de Sánchez es visualizar que la respuesta a la grave crisis de inflación y el impacto económico de la invasión rusa de Ucrania es responsabilidad de todos y no solo del presidente o del Gobierno. "Estas reuniones son un paripé, porque la idea del Gobierno es no quedarse solo, y obligar a todos a posicionarse en un momento especialmente complicado", dicen estas fuentes.
El Gobierno no ha presentado ni a PP, ni a Ciudadanos, ni a nadie medidas concretas para ese decreto que se aprobará el 29 de marzo. La excusa es que algunas medidas dependerán del resultado del consejo europeo del 24 y el 25 de marzo.
Sánchez, embarcado en una gira europea maratoniana, defiende una intervención directa de los precios de la energía. En el otro lado, Alemania apuesta por una política de ayudas a los consumidores y la industria. La diferencia, una vez más entre Norte y Sur, está en la capacidad de endeudamiento; mucho más alta para Alemania y casi nula para España, Italia y otras, casi sin margen por sus altos niveles de deuda.
Es una explicación que no convence demasiado en el Congreso. "El Gobierno de coalición aprueba decretos sin ton ni son y sin encomendarse a nadie, y ahora resulta que tiene que esperar al consejo europeo", se preguntan desde la oposición. "No tiene sentido, más aún cuando otros países de la Unión ya han tomado medidas impositivas con anterioridad a esta cita de Bruselas".
El PP no ha hecho propuestas en esta primera reunión, pero la sensación en el seno del Gobierno es positiva. La Moncloa cree que el futuro líder popular, Alberto Núñez Feijóo, allanará el camino al apoyo del PP al decreto al igual que ya facilitó el pacto de la cumbre de presidentes de La Palma el pasado fin de semana.
El PP afea la falta de concreción
Bolaños ha avanzado que el Gobierno bajará la luz, el gas y la gasolina el próximo 29 de marzo. Y que el Gobierno está estudiando "diferentes alternativas" para poder lograr ese objetivo. Se trabajará, ha dicho, para conseguir un consenso de los países de la Unión Europea y si no lo hay "tomará medidas igualmente".
"Estamos barajando diferentes fórmulas, desde ayudas del Estado, fiscales, topar precios o establecer un precio único de la energía de manera que se pueda abaratar", ha explicado el ministro de la Presidencia.
La portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha afeado al Gobierno esa falta de concreción. Gamarra, ha advertido que en la reunión "no se han cubierto las expectativas que teníamos, respecto a la inmediatez y concreción de medidas ante la situación que viven los españoles, las empresas, las pymes y los autónomos".
El PP no ha presentado propuestas concretas, aunque no se descarta que lo haga en las próximas semanas. Ciudadanos, por su parte, si ha presentado un plan de varias iniciativas. Algunas de ellas ha sido rechazadas de plano por Ribera, concretamente la de estirar el ciclo de las centrales nucleares.
