Yolanda Martínez y Luna Fernández, dos españolas que se marcharon a Siria con sus maridos para hacer la yihad, fueron detenidas en la noche de este lunes en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz después de que el Gobierno haya aceptado su repatriación. Los trece menores que estaban a su cargo han quedado bajo protección de los servicios sociales. La Audiencia Nacional las juzgará por delitos de colaboración con organización terrorista. Ambas han manifestado en varias ocasiones que viajaron "engañadas" a la región en la que el Estado Islámico extendía su califato.

La repatriación de ciudadanos que se trasladaron hasta zona de conflicto para engrosar las filas del Estado Islámico o a los que se acusa de colaborar la organización terrorista es uno de los quebraderos de cabeza a los que se enfrentan los países europeos, incluida España. Tras la caída militar del grupo terrorista, primero en Irak y después en Siria, la mayoría de estas personas permanecen retenidas en campos de detención.

Ese es el caso de Yolanda Martínez y Luna Fernández, que viajaron con sus maridos a zona de conflicto, donde criaron a sus hijos. Ambas se encontraban en el campo de detención de Al Roj, como otros muchos familiares de terroristas yihadistas. Los esposos de Martínez y Fernández fueron acusados de captar a ciudadanos asentados en España para trasladarlos a Siria o Irak e incorporarlos a primera línea de las organizaciones terroristas.

"Los españoles repatriados aterrizaron la pasada madrugada en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) en una operación coordinada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y en la que también han participado los Departamentos de Interior, Defensa, Derechos Sociales, Justicia y Presidencia", indican desde Exteriores.

Crisis de seguridad

Según ha podido saber Vozpópuli, hay una tercera ciudadana española, Lubna Miludi, a la que no se ha podido localizar en el campo de detención de Al Roj, aunque su repatriación estaba prevista como las de Martínez y Fernández. Asimismo, el Gobierno español tiene el foco puesto en una cuarta mujer, Lubna Fares, de origen marroquí y casada con un hombre con ciudadanía española.

El Gobierno español sigue desde hace años la situación de estos ciudadanos que viajaron a Siria o Irak para integrarse en el Estado Islámico, tras la caída del grupo terrorista y la consiguiente retención de las mujeres y niños, los servicios de inteligencia y seguridad estudiaron el caso de cada uno de ellos para hacer un informe lo más detallado sobre su situación, después de años en los que no se les pudo hacer un seguimiento más estrecho.

Más tarde llegó el turno de los equipos diplomáticos, que monitorizaron la situación en la que se encontraban todos ellos y establecieron contactos con otros países aliados para determinar qué pasos dar con todas las personas retenidas en campos de detención. Hace unas semanas, Estados Unidos alertó de las condiciones humanitarias y de seguridad que reinaban en estos emplazamientos, lo que aceleró el proceso. La repatriación de las mujeres españolas ha contado con la colaboración de la administración de Joe Biden.

"Con esta operación, que se ha prolongado durante varios meses debido a su complejidad y la situación de riesgo en los campamentos sirios, España se une a sus vecinos europeos (Alemania, Bélgica, Noruega, Irlanda, Suecia, Italia, Finlandia, Países Bajos, entre otros) -afirman desde el departamento que dirige José Manuel Albares-. De esta forma, España cumple con sus obligaciones legales, también derivadas de los tratados internacionales".

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