España

Graciano Palomo: "Su relación con Vox definirá a Feijóo como un político o un hombre de Estado"

El veterano periodista, biógrafo no oficial del PP, ha publicado 'Éxodo y poder: una historia crítica de la derecha española' (La Esfera de los Libros) como colofón a su empresa galdosiana

Dice Graciano Palomo (Villanueva de Gumiel, Burgos, 1951) que fueron él y el editor de este periódico, Jesús Cacho, quienes introdujeron el aparataje desplegado por Tom Wolfe en La hoguera de las vanidades en el periodismo patrio. Cacho, con Mario Conde y su Asalto al poder; Palomo, con José María Aznar y su El vuelo del halcón. Un libro publicado en 1990 y con el que se arrancó a narrar, con ánimo galdosiano, las luces y miserias del principal partido de la derecha española. Siempre cerca de los políticos del PP, el veterano periodista, cosido a base de anécdotas de sobremesa y con el aire de un extra de Primera plana, ha sido desde entonces el biógrafo no oficial del partido.

Se supone que Éxodo y poder: una historia crítica de la derecha española (La Esfera de los Libros) es su último libro sobre el tema, que cierra capítulo con lo ocurrido el 23-J haciendo retrospectiva. Dice que ahora sólo le apetece escribir del Siglo de Oro.

Pregunta. Pero a usted lo que le gusta es bucear entre políticos, entre políticos del PP.

Respuesta. Bueno, ¡es que ha sido mi especialidad! A mí me interesó mucho al comienzo de la Transición porque, de una manera u otra, eran herederos del franquismo que no creían en el franquismo, sino en la democracia. Y me pareció un milagro que lo liderara uno que había sido ministro de Franco, como [Manuel] Fraga, una gran cabeza, un fuera de serie visto ahora en perspectiva, el mejor.

P. ¿Sí?

R. Sí, sí... 

P. Creía que le gustaba más Aznar.

R. Aznar hizo un gran partido. Él cuando llega al PP coge un partido deshilachado y consigue unir a toda la derecha. Con los años, Aznar pasará a la historia como el hombre que formalizó un gran partido a partir de la herencia de Fraga. Pero el fundador, con todas las dificultades del mundo, es Fraga. 

P. Tenía mucha soberbia y mala leche, ¿no?. 

R. Bueno, era tímido. A su corazón le podía la mente. Tenía una mente absolutamente privilegiada, pero también sus salidas de tono, pero por lo tímido que era. No te miraba a los ojos. Se equivocó mucho, pero aguantó e hizo un gran partido. La mayor parte de los dirigentes de UCD, que se metían con él y lo descalificaban, luego acabaron pidiendo la entrada en el partido que él fundó. Lo insultaban mucho.

P. Umbral decía que era tonto, directamente. "Berroqueñamente fiel a sus ideas porque tenía pocas", escribió.

P. Le decían franquista, y franquista no fue en su vida. Él despreciaba a Franco en el fondo.

P. Lo contó en El vuelo del halcón.

R. Fue con el que inicié esto. Los dos periodistas que introducimos en España, hace ya más 30 años, lo que se inventa en Estados Unidos el gran Tom Wolfe con La hoguera de las vanidades fuimos Jesús Cacho y yo. Cacho lo hizo con Mario Conde en su libro Asalto al poder; y yo, con El vuelo del halcón. De hecho, coincidimos en muchos platós de televisión, él vendiendo su burra y yo vendiendo la mía.

P. Me acordé de usted, fíjese el piropo, leyendo el libro de Norman Mailer de Miami y el sitio de Chicago, cuando cuenta las conferencias republicana y demócrata del 68. Pero usted intenta reproducir los diálogos íntimos de los personajes. ¿No ficcionas?

R. No, no, ficciono. 

P. Hombre...

R. A ver, textualmente, seguramente no. Pero yo pregunto mucho: ¿qué pasó?, ¿y cómo se habló?, ¿y qué contestó? Cuando empecé con los libros yo era director adjunto en El Independiente, no este que hay ahora, sino otro con Pablo Sebastián, Raúl del Pozo, César Alonso de los Ríos, Camilo José Cela y tal. Entonces, quien acierta quién va a ser el sustituto de Fraga después de Hernández Mancha soy yo. Todo el mundo daba que si Isabel Tocino o Miguel Herrero, y yo dije: "Es Aznar". Cuando salió en la prensa, un lunes, todos en papel, y todo el mundo daba esos nombres, me llamó Sebastián, mi director, y me dijo: "Joder, ¡te has colado!". No, no me he colado. Acerté.

P. Lo bordaste.

R. Sí, pero eso no es porque yo fuera muy listo, joder, sino porque tenía las fuentes. Yo tenía a Aznar y a Fraga, y así fue.

P. El libro empieza la noche del 23-J. 

R. La cagaron, ellos y Abascal. Vamos a ver: a Sánchez y Zapatero los encumbra y los mantiene Cataluña. Y a Abascal no se le ocurre otra cosa que decir que si llega al Gobierno va a mantener un 155 permanente. Claro, la gente reaccionó y dijo, joder, aquí va a haber más hostias que lentejas. Ya se estaban repartiendo los cargos. Eso ha llevado a Feijóo a que sólo le queda una bala. 

P. Lo de la bala me recuerda a eso que dice Pedro J. de que a la derecha nunca le gusta su caballo. ¿Por qué?

R. Sí, sí. Aznar es el caso más evidente. Y también Rajoy. Es muy complejo gobernar la derecha en España entre empresarios y abogados del Estado y altos funcionarios.

P. Hay una cosa diferente en este PP respecto al de hace 20 años, y es que ahora casi todos han pasado por Nuevas Generaciones. Eso cambia el modelo de partido.

R. Sí, sí, se han hecho profesionales de la política, y yo creo que eso es malo. Pero yo creo que si Feijóo hubiera podido sumar el 23-J, más de la mitad del Gobierno no serían militantes ni cuadros del PP, sino profesionales de fuste como Hernández de Cos o Pablo Isla.

El periodista Graciano Palomo, autor de 'Éxodo y poder' (La Esfera de los Libros), durante su entrevista con Vozpópuli. CLARA PÉREZ

P. ¿Cómo ves ahora mismo a Feijóo?

R. Lo veo como se las ponían a Fernando VII. Tiene enfrente a un presidente del Gobierno muy tocado, a pesar de que es un animal político, pero está muy tocado. Los temas de su mujer y su hermano son muy serios, las mentiras son muy serias, los escándalos que rodean su Gobierno son muy serios. Pero hasta ahora le ha ido muy bien en los órdagos que ha echado. La debilidad de Sánchez es la fortaleza de Feijóo, porque él es la alternativa.

P. Feijóo está yendo a degüello. Me decía Federico Jiménez Losantos en una entrevista reciente que creía que era más duro Feijóo con Sánchez que Aznar con Felipe.

R. ¡Seguro! Es que no hay comparación. Es que Felipe era un estadista, con sus defectos y errores, el gran estadista desde la Restauración, del último siglo, y nos metíamos con él... Sí, te lo leí. Federico también es muy especial, todo lo mira desde su prisma, lo respeto mucho, pero es muy especial. Si Aznar hubiera tenido delante a Sánchez hubiera sido... Feijóo será mejor gobernante que jefe de la oposición. No le gusta la oposición, pero no le queda otro remedio.

P. El 23-J fue un palazo.

R. ¡Un palazo! Fue terrible. Hay quien dice que estuvo pensando en irse y que le convenció un consejo de una de sus personas de confianza, que le dijo: "Si te vas, te van a presentar como un cobarde".

P. La principal queja interna, según transmiten diputados y senadores rasos y otros activos del partido, es que ha traído a Madrid a su equipo de Galicia y no hay quien penetre ahí. Vamos, que es muy difícil entrar en el círculo de confianza de Feijóo porque ya está hecho.

R. Eso es. 

P. ¿Te ha sorprendido el resultado del PP en Cataluña?

R. No, por una sencilla razón: el constitucionalismo en la sociedad catalana es mayoritario, se pongan como quieran. La mayoría no quieren irse de España. Si hubieran ido en una lista conjunta de constitucionalistas, hubieran superado a ERC. Pero la división del voto, el 1% de Ciudadanos y esas cosas, lastran. Se hubieran ido a los 30 escaños. Tenían muy buen candidato.

P. Feijóo se lo quería cargar.

R. ¡Lo puso la lideresa de aquí! Es muy bueno y muy valiente.

P. ¿Tiene alguna posibilidad el PP de que esta sea la piedra de toque de un proyecto a medio y largo plazo?

R. Yo creo que sí, porque los empresarios, que son tan decisivos en ese territorio, todos fueron de UCD y, después, cuando estuvo Aznar todos eran del PP, incluidos los convergentes. La clave va a ser la financiación, qué posición va a adoptar. El principio del fin de Rajoy fue que no aceptó el dinero que le pedían. Tiene que ser hábil e inteligente para que todo esto siga siendo un país de hombre iguales y libres, que no lo somos. Como persona inteligente, Feijóo es muy dubitativo, y eso en política es un hándicap. Pero bueno, ha ganado todas las elecciones menos las vascas y estas.

"Lo que hizo Aznar con Cataluña es muy similar a Sánchez, sin tantas cesiones, pero le dio muchísimas competencias"Graciano Palomo

P. ¿Lo tuvo Aznar en la mano en Cataluña?

R. Cuando Aznar llegó al poder le importó tres rábanos el problema y sólo quiso mantenerse. Sin [Jordi] Pujol no hubiera sido posible llegar a Moncloa, y Pujol le pide la cabeza de Alejo Vidal-Quadras. Y ya está, se la dio. Lo que hizo es muy similar a Sánchez, sin tantas cesiones, pero le dio muchísimas competencias. Luego, en la segunda legislatura, con mayoría absoluta, acabaron a torta limpia.

P. Hay dos rostros que no figuran en la portada del libro. Uno es el de Antonio Hernández Mancha, por motivos obvios, porque es una nota pie de página del partido. ¿Y Casado? Rompiendo una lanza en su favor, su gran haber ha sido el acometer una renovación territorial importante. Muchos presidentes autonómicos son apuesta suya, incluida Ayuso, claro. 

P. Sí, pero yo hablo de líderes. Casado es demasiado buena persona como para ser político. Le faltaron diez, quince años; llegó demasiado pronto. Y se equivocó en la elección del secretario general. Tenía que haber elegido un secretario general mucho más hábil. El Partido Popular no se gobierna desde Génova, se gobierna desde los territorios, que era la idea de Fraga, hacer un partido provincial de pueblos y de territorios. Y eso es lo que le ha salvado al PP; si no, hubiera desaparecido. Tres veces ha estado a punto de hacerlo. La reciente, en la crisis de Casado, cuando se fue Rajoy y en 1989. Si [Albert] Rivera hubiera sido más listo, le hubiera dado el sorpasso y hubiera empezado la desaparición del PP. 

El periodista Graciano Palomo durante su entrevista con Vozpópuli. CLARA PÉREZCLARA PÉREZ

P. Como Macron a Los Republicanos. 

R. Exactamente. Tres veces. Pero ahí está, el primer partido de España. 

P. ¿Llegará Feijóo a ser presidente? 

R. Yo creo que sí, que hay una mayoría social claramente antisanchista. No digo feijoística, digo antisanchista.

P. Las encuestas no son abrumadoras en favor del PP. 


R.
Vamos a ver. La pregunta te la voy a responder a las doce de la noche del día 9 de junio. Si hay diez puntos de diferencia, es irreversible. Tienen una importancia capital. Van a cara de perro. Es circunscripción única, y si hay ocho o diez puntos de diferencia la situación será irreversible. Porque le ha salido bien el tema de Cataluña a Sánchez...

P. Tanto que el PSOE va a llegar más fuerte al 9 de junio. 

R. Bueno, vamos a verlo... Es que tiene el poder. Sánchez sin el poder no hubiera sido nada. Yo lo conozco muy bien. Estuvo conmigo en la tele y tuvimos una gran relación, ahora ni nos hablamos. Es muy hábil, no es nada fácil. Pero no te puede salir en la ruleta toda las las noches el 29. Y también Aznar lo tuvo jodidísimo. Después de 14 años de Felipe, le sacó 130.000 votos. Y Felipe era Felipe. 

P. La sensación en el PP, o la ilusión postrera, es que las elecciones del 23-J son como las de 1993. 

R. Eso es. Exactamente. Pero luego llegó el 96.

P. Me interesa lo de Sánchez que me ha dicho. Creo que le hubiera gustado ser más Felipe que Zapatero y ha acabado siendo más Zapatero que Felipe porque no ha tenido otra. Por tanto, es una actitud impostada. ¿Le ha podido causar mella?

R. El Sánchez que yo conocí no era ni socialdemócrata, era liberal. ¡Él me decía a mí que era liberal! Si te lees la tesis, apoya las reformas económicas de Rajoy. Por eso no quieren darlo a conocer. Él se presentaba como un liberal, y en sus formas, un bon vivant, y en todo. Al final, yo creo que ni es liberal, ni es socialdemócrata, ni es socialista, ni es comunista, ni es independentista, ni es nada. Pedro es Sánchez y Sánchez es Pedro. Y ya está. Esos son los peligrosos. El poder por el poder. 

P. ¿Cuáles son, a tu juicio, los principales defectos y virtudes de Feijóo? 

R. Es prudente, serio, lee papeles, pregunta y escucha... Uno de sus defectos es que le cuesta tomar decisiones ad hominen. Yo creo que es demasiado desconfiado. Eso es lo que lo veo yo.

P. ¿Alguna vez pensaste que el PP podía ser el partido dominante en Andalucía? 

R. No, en la puñetera vida. Nunca. Y ahí lo tienes. Si me pones en el supuesto de que Feijóo se vaya y quién podría sustituirlo de entre los lendakaris [así llama Palomo a los presidentes autonómicos del PP], tiene más consenso en el partido Juanma Moreno que Ayuso.

P. ¿Y en el votante? 

R. No sabría decirte. Tiene mucho tirón Ayuso, pero tiene más recorrido Moreno. También pudiera haber una tercera vía en Jorge Azcón. Es un líder espectacular en su tierra y cae bien.

P. La relación con Vox.

R. Eso es lo más difícil, lo que más le quita el sueño. Liquidar a Ciudadanos ha sido fácil, pero Vox es más difícil porque hay un elemento ideológico. Parte de esos 12 millones de votos que tuvo el PP y que se fueron porque Rajoy les defraudó en ciertos temas culturales e ideológicos no se fían del PP. Eso es evidente. 

"Ni un voto. Han liquidado a Ciudadanos y algo del PSOE. Esos votantes que se fueron con Abascal ya no se fían del PP. Lo intentó Casado y se estrelló"Graciano Palomo

P. En Cataluña se ha visto, no le han rascado ni un voto. 

R. Ni un voto. Han liquidado a Ciudadanos y algo del PSOE. Esos votantes que se fueron con Abascal ya no se fían del PP. Lo intentó Casado y se estrelló. 

P. Pero las elecciones, según el mantra de Génova, se ganan en el centro político.

R. Pero no sumas. Entonces, es ahí donde quiero ver yo la cintura que tiene con Vox. Sin mimetizarse con ellos, porque son partidos diferentes. La ultraderecha está fortísima en países clave como Italia, como Francia, como Alemania. Esa es la gran asignatura que tiene, como todos los líderes de centroderecha de Europa. Además, es algo que la izquierda sabe utilizar muy bien. Es impensable que Vox exista sin Sánchez y viceversa.

P. El domingo [por ayer] viene Marine Le Pen.

R. Y [Javier] Milei y todos estos. Y le harán un favor a Sánchez. La izquierda ha sido habilísima utilizando Vox y, además, el PP no ha sabido reaccionar.

P. ¿Sánchez sigue en el poder gracias a Vox?

R. Es evidente, porque si Vox no existiera, el PP hubiera sacado mayoría casi absoluta. Pero es que tienen derecho a estar y a participar políticamente. Nadie le puede decir tú, Abascal, lárgate. Pero, claro, si eres tan patriota y odias tanto a Sánchez te la juegas a que haya una reacción de miedo en mucha gente. Fíjate si es importante esto que su relación con Vox definirá a Feijóo como un político o un hombre de Estado

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