A la vieja guardia del PSOE, desde el expresidente Felipe González hasta Alfredo Pérez Rubalcaba, pasando por el exministro José Bono o el propio José Luis Rodríguez Zapatero, se la ve ya más tranquila porque observa que, voluntariamente o no, Pedro Sánchez ha conducido al Partido Socialista hacia el canal de la gran coalición con el PP, con Ciudadanos como dama principal de compañía. La foto no podrá verse esta semana, en la que probablemente se asistirá a la investidura fallida del líder del PSOE, pero es posible que se revele durante el plazo de dos meses que se abrirá a partir del miércoles hasta que puedan convocarse nuevas elecciones, siempre que Mariano Rajoy salga de escena. Esta es una predicción compartida tanto en las filas socialistas como en las de Ciudadanos. “Nuestro acuerdo ha sido negociado con seriedad y rigor y no tiene fecha de caducidad. No tenemos ninguna duda de que a él podría sumarse el PP siempre que su actual presidente facilite su relevo”, aseguran fuentes de esta última formación. Medios socialistas corroboran la misma tesis: “Si Rajoy se va, cambia completamente el decorado”, dicen gráficamente.
En el PSOE y en Ciudadanos se coincide: el gran obstáculo para la gran coalición se llama Rajoy
El comportamiento de Pedro Sánchez en el diálogo con Ciudadanos y, de forma particular, el de su equipo negociador, ha sorprendido a propios y extraños. Pablo Iglesias y las organizaciones satélite de Podemos pensaron que el líder socialista iba a pactar un acuerdo genérico con Albert Rivera que abriera la puerta después a un frente de izquierdas en el que también pensaban participar Izquierda Unida, Compromís, el PNV y Coalición Canaria. La sorpresa llegó al leer en detalle los 66 folios del acuerdo y, sobre todo, al comprobar la solemnidad que Sánchez y Rivera le quisieron dar a su presentación. Esta forma de actuar fue interpretada desde Podemos como una provocación y, en todo caso, como la muestra palpable de que el PSOE había puesto rumbo a la gran coalición anhelada por su vieja guardia.
Fuentes del nacionalismo catalán bien conectadas a la formación sobre la que la alcaldesa Ada Colau quiere edificar un nuevo partido político, hacen ver que la alianza con Ciudadanos no solo compromete al PSOE para la próxima legislatura, en caso de que se celebren nuevas elecciones, sino que hace ya inviable cualquier tipo de acuerdo de Gobierno con Podemos, ya que la organización morada “pediría el cielo” a los socialistas para ayudarles a llegar a La Moncloa.
De una u otra forma, este es el mensaje exacto que le han transmitido a altos cargos del PSOE algunos dirigentes de Podemos, que acogieron este lunes como una tomadura de pelo la última oferta socialista para que se sumen, “mediante un documento de corta y pega” al pacto sellado con Albert Rivera.
Sólo un pacto genérico con el partido de Rivera habría abierto la puerta a un frente de izquierdas
La dirección de Ciudadanos no estaba informada de que el PSOE iba a trasladar esta última oferta a Podemos y al resto de la izquierda, pero tampoco le pilló por sorpresa porque se la esperaba. “Nosotros vemos nuestro pacto con los socialistas como una especie de contrato que, de ampliarse, debe ser mediante un anexo previamente negociado con nosotros. La mayoría de las medidas ofrecidas a Podemos estaban en nuestro acuerdo, salvo un aspecto referido a la ley de Costas”.
De forma explícita, aunque con bastante discreción, Ciudadanos le ha trasladado a los dirigentes del PP que el problema que ven para la gran coalición se llama Mariano Rajoy. El diputado Juan Carlos Girauta, fue este lunes algo más expresivo. “Hay un partido”, señaló, “que tiene que limpiar sus cuadras y su jefe lleva años retrasando este trabajo porque es muy difícil. Hay una diferencia notable entre Rajoy y Pedro Sánchez. El primero estaba allí mientras se producían los casos de corrupción y, como mínimo, tiene una responsabilidad ‘in vigilando’. Sin embargo, Sánchez no estaba allí”.
El líder socialista, según fuentes de su partido, hará esta tarde un discurso de investidura “fresco, dinámico y propositivo, en el que “desgranará un programa de Gobierno progresista”. Primará los ejes de la regeneración democrática, la reconstrucción del Estado del bienestar, la reactivación y modernización económica, el desafío territorial, la reforma de la Constitución y la proyección europea de España.
Pedro Sánchez hará en su discurso de hoy una apelación constante al diálogo político
Sánchez realizará una radiografía de la situación política, institucional, económica y social del país, y apelará a la responsabilidad de las fuerzas políticas para desbloquear la situación, permitir otro Gobierno y así evitar la repetición de unas nuevas elecciones, “que supondrían fracasar en el encargo que nos hicieron los españoles en las urnas, el pasado 20 de diciembre”.
Sánchez hará una apelación constante al diálogo entre fuerzas políticas y a la capacidad de entendimiento, para poder afrontar una nueva etapa política “en la que las mayorías absolutas quedaron atrás”.