Un cuerpo militar de élite que, entre las misiones asignadas, está la de brindar seguridad al Rey Felipe VI y a la Corona. Es la Guardia Real; cerca de 1.500 efectivos procedentes del Ejército de Tierra, del Ejército del Aire y de la Armada, que deben superar unas pruebas especialmente exigentes para entrar en esta rama de las Fuerzas Armadas. Una institución que ancla sus raíces en siglos de historia y que, con la proclamación de Felipe VI -de la que ahora se cumplen diez años-, también vivió su particular revolución.
Porque el escudo de armas de la Guardia Real cambió con la coronación de Felipe VI; el cuerpo militar luce ahora “un escudo español, en campo de carmesí con bordadura de plata, las letras G y R en plata, superadas de corona real de España en sus esmaltes”: “Tras ser modificado el anterior escudo con ocasión de la proclamación de S. M. Felipe VI, el nuevo escudo se presentó y comenzó a usarse el día 12 de octubre de 2014 con motivo del Día de la Fiesta Nacional”, detalla la Guardia Real.
Pero, ¿quién forma parte de la Guardia Real? Este cuerpo militar de élite, ahora bajo el mando del coronel Pablo Mateo y Álvarez de Toledo, se nutre de personal del Ejército de Tierra, del Aire y de la Armada. El Ministerio de Defensa gestiona el catálogo de plazas disponibles, en procesos que se caracterizan por el elevado número de solicitudes.
La Guardia Real y Felipe VI
"Con una estructura muy similar a la heredada de tiempos de su padre, la Guardia Real sirve a S. M. Felipe VI desde su proclamación como Rey de España el 19 de junio del año 2014. Tal y como venía produciéndose en las décadas anteriores, la unidad se compone de cuadros de mando y tropa y marinería procedentes del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, a los que han de sumarse los mandos que pertenecen a los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas", detalla la Guardia Real.
“Para la ejecución de las diferentes misiones asignadas y cumplir a su vez con el intenso programa de actividades, la Guardia Real prepara a su personal y a su ganado con cursos y ejercicios de instrucción y adiestramiento de muy variado contenido y gran prestigio”, apuntan desde el cuerpo militar. Y añaden: “Esta formación se organiza alrededor de un centro de formación propio y de colaboraciones externas con entidades de reconocida notoriedad”.
Así, la Guardia Real cuenta con su propio Centro de Formación, que a su vez cuenta con diferentes departamentos. El de “I+A”, principalmente, organiza e imparte los planes de estudios correspondientes a la enseñanza de formación; el de “seguridad” se encarga de la preparación, desarrollo y ejecución de los cursos básicos de seguridad militar y de protección de autoridades; mientras que el de “protocolo” aborda este aspecto, no sólo en el ámbito castrense sino también en el civil.
Por su parte, los departamentos de “vehículos de cuatro ruedas” y de “motocicletas” abarcan desde la formación en labores de escolta solemne hasta patrullas tácticas. Por último, se apoya en la Sección Departamental de Enseñanza Ecuestre para adquirir las capacidades en este ámbito.
Y todo ello, ¿con qué objetivo? El cometido principal de la Guardia Real se centra en labores de guardia militar; o lo que es lo mismo, de protección y seguridad. Lo hacen en el Palacio de la Zarzuela y también en el de Marivent o en palacios y reales sitios cuando se les requiere.
Honores y escoltas solemnes
Pero, además, tienen asignadas las misiones de rendir honores y dar escoltas solemnes, prestar servicios a jefes de Estado extranjeros y dar apoyo a la Casa Real en diversos aspectos, como el proporcionar asistencia sanitaria permanente a la familia real, cubrir los destinos que se determinen por la Secretaría General, proporcionar servicios y apoyos diversos, tanto de carácter permanente como puntual o cubrir las necesidades del Cuarto Militar.
Porque las misiones asignadas a la Guardia Real no sólo atienden a cuestiones operativas; también están cargadas de simbolismo y representación. No en vano, el cuerpo militar destaca que "desde la antigüedad, siempre ha sido necesario proteger a los monarcas de todas las naciones de los atentados, ataques y diversos tipos de violencia a los que, inevitablemente, se han visto expuestos por parte, bien de rivales, bien de detractores de la monarquía, o incluso de familiares celosos de su poder"
"De ahí que, desde tiempos remotos, se conozca la existencia de cuerpos especialmente dedicados a prestar ese servicio de protección". Como ejemplo, citan la Guardia Pretoriana de los emperadores romanos, fundada por Publio Cornelio Escipión, el Africano, los Jenízaros de los sultanes del Imperio Otomano, o los Espatarios de los reyes godos.