Enésimo episodio de la guerra soterrada entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Y, esta vez, con órdenes por escrito. Los responsables del Instituto armado en la frontera de Huesca con Francia han dado instrucciones a sus patrullas para que informen a diario de la labor que hacen en su demarcación los agentes del otro cuerpo desplegados en labores de extranjería. En un escrito fechado sólo dos días después del atentado contra el semanario francés 'Charlie Hebdo' y cuando había sospechas de que sus autores pudieran escapar en dirección hacia España, el oficial al frente de los ocho puestos de la zona de Jaca ordenaba a sus subordinados que le remitiesen a diario información detallada sobre dónde, a qué hora y con qué objeto realiza los controles el otro cuerpo. Altos mandos de la Benemérita confirman la existencia de la orden, pero la justifican en que la Policía esta supuestamente extralimitandose en sus funciones. Sin embargo, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), mayoritarios entre los agentes de ambos cuerpos, la critican duramente "como una muestra más de una descoordinación que Interior es incapaz de atajar".
El escrito, firmado por el teniente al mando de la compañía desplegada en Jaca, justifica la instrucción "por así haberlo ordenado la superioridad"
La orden, difundida por correo electrónico el pasado 9 de enero y a la que ha tenido acceso Vozpópuli (ver imagen bajo estas líneas), está firmada por un teniente, en ese momento jefe accidental de la Compañía de Jaca, la número 4 de la provincia de Huesca. Emitida a los ocho puestos bajo su responsabilidad bajo el título de "plan semanal de controles fronterizos", su autor da instrucciones "por así haberlo ordenado la superioridad" para que lor guardias civiles 'comprobar' los controles que la Policía Nacional realiza relacionados con extranjería "en la demarcación de esta compañía", que incluye el túnel de Canfranc que une España con Francia. En concreto, determina que "los días que se establezcan estos dispositivos deberán ordenar a las parejas de servicio que haya en zona de dicho control, que han de verificar que se está realizando."
Una vez hecho, los guardias civiles están obligados a informar a sus superiores "mediante mensaje de texto al teléfono corporativo" que efectivamente se trata de un control de extranjería, única competencia del Cuerpo Nacional de Policía en esta zona fronteriza. Además, deberán detallar la carretera y el punto kilométrico concreto en el que se realiza, así como el sentido de la vía en el que se ha montado y la hora a la que se ha montado. También deben especificar "si es de lo que figura en relación o es fuera de plan" ya que supuestamente la Policía debe informar previamente al Instituto armado de cuál va ser su actividad en la zona. El correo electrónico añade que la instrucción debe tener un "exacto cumplimiento" y que, además, "estas novedades deben ser remitidas a la superioridad con periodicidad diaria".
'Viejas' tensiones
Fuentes oficiales de la Dirección General de la Guardia Civil han declinado comentar a este diario dicha orden. Sin embargo, altos oficiales del Instituto armado consultados por Vozpópuli no sólo han confirmado su existencia, sino que la justifican. Según ellos, las tensiones con el Cuerpo Nacional de Policía en esta zona fronteriza no son "ni mucho menos" nuevas, sino que se remontan "a mucho antes de los atentados de París". "Montan controles sin informarnos previamente, más allá de las funciones de extranjería y dónde no pueden hacerlos. ¡Si los han llegado a poner a la puerta de casas cuartel!", se quejan antes de preguntarse "qué pensaría la Policía si hicieramos nosotros lo mismo en el centro de Madrid o en otra ciudad bajo su competencia".
SUP y AUGC, mayoritarios entre los agentes de ambos cuerpos, critican duramente la orden por "potenciar una mal entendida rivalidad que perjudica nuestro trabajo"
Muy distinta es, sin embargo, la opinión sobre la situación que tienen los representantes de las dos organizaciones mayoritarias entre los agentes de ambos cuerpos, SUP y AUGC. Así, Juan José García Calvo, responsable en Aragón de esta última asociación, asegura que la orden ha sido recibida por los guardias civiles como "una auténtica barbaridad. Es una vergüenza que con la que está cayendo dediquemos nuestros esfuerzos a espiar a la Policía". Gacía Calvo anuncia la intención de la AUGC de pedir la apertura de una investigación por lo que considera "una orden improcedente". "Este tipo de instrucciones sólo demuestran que estamos ante un modelo policial fracasado que hace aguas por todos los lados. No tiene sentido potenciar una mal entendida rivalidad que sólo perjudica nuestro trabajo y, por extensión, a los ciudadanos", concluye.
Parecida opinión tienen los representantes del SUP en Aragón, uno de cuyos dirigentes asegura a este diario que "desde hace tiempo en la Policía teníamos la sospecha de que la Guardia Civil dedicaba más tiempo a vigilar lo que hacemos nosotros que a prevenir la delincuencia. Este correo electrónico nos lo confirma". Para este representante del sindicato, la instrucción ahora conocida es "una muestra más de la falta de colaboración que existe entre ambos Cuerpos" y señala como responsable de la misma "a los mandos y a los responsables políticos del Ministerio del Interior". "Entre los policías y los guardias civiles la relación es excelente. Son los que están por encima de nosotros los que se empeñan en enrarecer el ambiente con órdenes como ésta", añade.