La Unión de Guardias Civiles (UniónGC) se ha mostrado molesta por las declaraciones que hacía este lunes Alberto Garzón ante los medios de comunicación, en las que de "de forma textual afirmaba que el Gobierno mandaba a la Guardia Civil a asesinar inmigrantes en la frontera de Melilla". Por eso han decidido emitir un comunicado en el que manifiestan su preocupación y su indignación por estas "manifestaciones a todas luces salidas de tono".
"Dichas manifestaciones muy alejadas de la realidad y quizás más próximas a un sueño, demuestran el gran desconocimiento que tiene el señor diputado de lo que significa la Guardia Civil como cuerpo policial y desde luego y muy a su pesar, de lo que representamos las mujeres y hombres que formamos dicho cuerpo, en constante servicio al ciudadano, sea el que sea, aunque se ampare en un derecho tan necesario como el de expresión y como en este caso, esté deliberadamente mal utilizado", escriben en su nota de prensa.
El sindicato matiza además que los agentes "del siglo XXI" tienen poco que ver con los de otra época en la que los derechos no existían, al igual que dicen que los militantes y representantes del partido "que el señor Garzón dirige" tampoco son comparables a los que en ocasiones "han arrebatado en esos mismos tiempos derechos fundamentales como es el de vivir". Admiten, sin embargo, que ha habido errores, que los hay y que los seguirá habiendo "mientras los protocolos no sean palpables y la distancia desde la capital del país garantice un alejamiento que cada día es menor a este desgraciado hecho llamado 'inmigración', pero de ahí a decir que los hechos son premeditados es atreverse a ser tildado de gran desconocedor del vivir diario de un guardia civil o un policía nacional, los cuales también sufren en directo y no desde la bancada de los diputados -en clara alusión a la condición de Garzón- las grandes penurias que padecen estos inmigrantes".
La UniónGC termina su escrito recordándole a Alberto Garzón que siguen también a su servicio.
El diputado de Izquierda Unida se refería en las declaraciones que recoge el comunicado sindical a la tragedia de la inmigración, tanto en la valla de Melilla como la de El Tarajal, donde quince subsaharianos murieron intentando llegar a territorio español, intervención por la cuál están imputados 16 guardias civiles.