Cuando aquel joven miembro del GEO surcaba en la negrura de la noche las aguas del Atlántico en su primera misión dentro del cuerpo de élite de la Policía, difícilmente podría pensar que en la dilatada trayectoria que tenía por delante se las tendría que ver con los terroristas que perpetraron una masacre sin precedentes en Madrid, o que tendría que evacuar de urgencia al personal de una embajada española en territorio europeo tras la invasión de Rusia. Pero, probablemente, tampoco lo habría descartado.
Porque el sino del GEO es el de neutralizar las amenazas en las situaciones más calientes. El de salvar vidas cuando la muerte acecha. El enfrentarse a los "malos más malos", como dicen en esferas policiales; aquellos que no dudan en matar para conseguir sus objetivos, apretar el gatillo o pulsar el botón rojo de la bomba. Lo que seguro no pudo imaginar ese joven agente -Pelayo Gayol, de nombre- es que pondría punto y final a su trayectoria en las operaciones especiales de la Policía tras convertirse en uno de los rostros más reconocibles dentro del cuerpo.
¿Qué es ser un GEO? Ser una sombra, irreconocible por la calle y sigiloso al acercarse al enemigo; ser policía por encima de todo, con disponibilidad total, como, cuando y donde sea, "porque los malos no descansan"; mente de acero para no sucumbir en las situaciones de mayor presión; mantener un aprendizaje constante, tanto en las nuevas tecnologías como en los métodos. "Eres lo que entrenas", resumen algunos. Con la diferencia de que un desliz en la condición física o en la fortaleza mental se traduce en tragedia; propia o la de aquellos a quienes se pretende salvar.
El documental de Amazon abrió las puertas a un mundo desconocido para muchos: el del proceso de selección al grupo. Cien candidatos, sin obligación de 'fichar' a uno de ellos, a cinco, o a diez. Sólo con la excelencia -al menos, en los términos establecidos en las pruebas- se logra acceder al GEO. Por encima de todos los protagonistas de la serie destacaba la figura de Pelayo Gayol, el inspector encargado de forjar a los aspirantes. Un líder espartano capaz de convertir el río Tajo en las Termópilas, como contó Vozpópuli.
Instructor Pelayo Gayol
¿Por qué se le encomendó al inspector Gayol la misión de filtrar a los policías que cada año se presentan a las pruebas del GEO, de llevarles al extremo para comprobar su reacción? Su madera de líder es uno de los motivos. También su experiencia acumulada, con cientos de intervenciones a sus espaldas; terroristas, criminales, narcotraficantes, secuestradores... e incluso sobre terrenos tan convulsos como Ucrania. Y, además, por destacar entre los más destacados. No en vano, fue el número uno de su promoción, con una nota que rozaba el 9,5, muy superior a la del siguiente en la lista, 7,5.
23 años de experiencia en el GEO, no obstante, que están a punto de tocar a su fin. El Mundo adelantó que el inspector Gayol había solicitado abandonar el grupo, y Vozpópuli ha podido confirmar que los últimos movimientos que se han dado dentro de la unidad han provocado una sacudida de consecuencias aún por determinar. "La profesionalidad del GEO y su capacidad están fuera de toda duda", adelantan fuentes policiales consultadas por este diario antes de profundizar en los cambios que se están viviendo.
El más evidente y reconocible es el relevo en la cúpula. Daniel Nogueroles dejó la jefatura rumbo a Ceuta, y su lugar lo ocupó Luis J. Esteban Lezáun. Muchos recuerdan a éste último de su paso por el concurso de Pasapalabra, aunque en el ámbito policial se le conoce más aún por las novelas que ha escrito en los últimos años. A saber, El inspector que ordeñaba vacas, La vida contra las cuerdas, El río guardó silencio y Moroloco. La temática más recurrente es la lucha contra el narcotráfico, aunque una de ellas narra las vivencias de un boxeador en Las Vegas. El trasfondo es común: el alma y la existencia del ser humano.
Quienes lo conocen destacan de Esteban Lezáun su capacidad de ponerse en primera línea y su insistencia en el seguimiento más riguroso de los procedimientos, cualidades que encajan en su nuevo puesto al frente del GEO. Toma las riendas, eso sí, después de cuatro años en los que su predecesor, el comisario Nogueroles, imprimió en el grupo su propio modo de trabajar. Sobre el jefe saliente, indican fuentes policiales: "Es difícil que alguien pueda hablar mal de él". Sobre el entrante: "Es muy bueno, pero las piezas aún están encajando desde su llegada, como ocurre tras cada cambio".
El futuro del inspector
Una de las cuestiones recientes más susceptibles son las modificaciones en los criterios de selección que, según los sindicatos policiales, se van a llevar a cabo en el grupo. Las Fuerzas Armadas ya tienen a las primeras mujeres que han alcanzado el empleo de general; el Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil, tradicionalmente dedicado a la lucha antiterrorista, también tiene a mujeres en el cuerpo. Pero no así el GEO. Y los sindicatos denuncian que se rebaje el listón para que al menos una candidata supere las pruebas físicas.
¿Esas piezas que se mueven sobre el tablero habrían empujado al inspector Pelayo Gayol a dejar el cuerpo? "Es difícil saberlo -indican otras fuentes policiales-. Es un hombre reservado en sus cuestiones personales y adivinar qué le ha llevado a tomar esa decisión es imposible". Incluso hay quienes han sugerido que su repercusión mediática no encajaría en un grupo que requiere tal nivel de discreción. En cualquier caso, la noticia ha sorprendido entre quienes visten el azul: "Vivía por y para el GEO".
Y así es como se pone punto y final a una trayectoria profesional dedicada en cuerpo y alma a las operaciones especiales de la Policía. ¿Qué futuro aguarda al inspector asturiano, hijo de ganadero y que ha forjado a las últimas generaciones de agentes de élite? "Lo más probable es que siga en otra unidad", aseveran fuentes del cuerpo. "Es un activo muy valioso, en lo profesional y en lo personal". En cierto modo, el engranaje del GEO quizá no hubiera funcionado del mismo modo sin el inspector; y su propia existencia vital no habría tenido el mismo rumbo sin el GEO. Pero ahora, 23 años después, los dos caminos se separan.
John R
Estos comunistas todo lo que tocan lo joden, normal que se largue, le obligaran a meter a un par de tías con calzador,y de jefe a un tio que conoce cualquiera por la calle de los concursos.