España

Los inversores que quieren abrir 50 hoteles en Madrid temen una moratoria como la de Barcelona

Las empresas tienen proyectos para más de cuatro mil nuevas habitaciones y podrían irse a invertir a otros puntos si no se aclara la situación pronto.

  • El hotel Puerta de América, uno de los más emblemáticos de la capital.

Cincuenta empresas que pensaban invertir en hoteles en la capital de España en los próximos años están a la espera de que los representantes del sector se reúnan con la alcaldesa, Manuela Carmena, para conocer si Madrid también aplicará una moratoria en la concesión de licencias turísticas como ha hecho Barcelona. Los empresarios, además, esperan que no se repita la experiencia de los últimos años con el PP en los que cada Administración tenía su organismo de promoción e iba por libre.

El Ayuntamiento de la Ciudad Condal, que dirige Ada Colau, ha suspendido la concesión de nuevas licencias para todo tipo de alojamientos turísticos durante un año. En ese período quieren hacer un plan especial para analizar y aprobar una regulación de este sector en expansión. Los hoteles de Madrid han sufrido especialmente la crisis económica. En la actualidad el sector se recupera gracias al fuerte tirón del turismo tanto nacional como extranjero. Esas buenas perspectivas han provocado que inversores, tanto nacionales como extranjeros, estén dibujando ya sus proyectos en planos y haciendo análisis económicos.

El sector hotelero se recupera gracias al fuerte tirón del turismo tanto nacional como extranjero

La capital de España tiene en la actualidad cincuenta proyectos en marcha con un total de 4.400 habitaciones en el centro de la ciudad o zona del Aeropuerto de Barajas. Algunos de estos establecimientos ya están prácticamente abiertos o lo harán en los próximos meses al estar muy avanzadas las obras. Otros sólo son planes.

Los nuevos hoteles

Este año está previsto que entren en funcionamiento The Principal, Ayre, Dear Hotel, Exe Central, Mesonero Romanos y Sidorme Fuencarral. En total 797 habitaciones. Otros sin fecha fija son el de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, así como las 14 plantas de la Torre Madrid en la Plaza de España, el Teatro Albéniz, el Four Seasons Canalejas, o el del Edificio España del chino Wang Jialin.

Fuentes del sector indicaron que dada la situación por la que atraviesa Madrid, con muchas habitaciones aún vacías, una moratoria sería buena para los establecimientos actuales, pero no tienen idea de cuál va a ser el crecimiento para los próximos años. Las mismas fuentes indicaron que la posible moratoria sería mala para los inversores, pues al final pueden terminar buscando otra ciudad para levantar sus establecimientos. Paralizaría la inversión que necesita una región con casi 500.000 parados, añaden.

Los especialistas señalan que en el caso de Barcelona el frenazo de Colau va a ayudar a replantearse un sector que podía haber terminado en una burbuja con habitaciones dobles a 60 euros para un cuatro estrellas, una ruina. “Barcelona tiene un tirón espectacular y si no se controla puede terminar mal, por eso está bien que se establezca un periodo de un año para replantear el sector”, explicaba un importante ejecutivo con hotel abierto en la ciudad. Esta misma persona señalaba que si un empresario tiene ya la licencia es muy difícil que la Administración se arriesgue a parar sus trabajos.

Fuentes del sector piensan que la moratoria sería buena para los establecimientos actuales

En lo que en Barcelona y en Madrid están de acuerdo es en que la Administración tiene que acabar con los apartamentos ilegales que se anuncian en Internet. La anterior consejera de Turismo de Madrid, María Isabel Mariño, prometió que cerraría páginas web si se comprobaba que ofrecían alojamientos sin legalizar. El sector ha continuado creciendo y no se ha cerrado ninguna página.

Fuentes del sector de la capital de España indicaron que lo importante no es tanto el número de hoteles sino que se promocione Madrid a nivel internacional de manera coordinada. E insisten en que se regule y controle la oferta de viviendas de uso turístico que perjudica a los vecinos, a los barrios y no genera empleo además de funcionar fiscalmente, casi todas, en la economía sumergida.

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