Si en España cada uno de los dos sindicatos mayoritarios no da un paso al frente sin el otro, en Grecia y Portugal, dos países troikados desde 2010 y 2011 respectivamente, esa unidad sindical se resquebraja. Las centrales helenas y lusas carecen del entendimiento que tienen a gala Comisiones Obreras (CCOO) y UGT, aunque no por ello su presencia es menor en la calle desde que empezó la crisis de nunca acabar. Y esa división ha golpeado al primer intento intersindical de la historia de la Unión Europea por hacer converger una huelga general en varios países.
Un deseo profesado por los líderes de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez. Rescatadas Lisboa y Atenas, y a un paso de ocurrir lo mismo en España, ambos dirigentes soñaban con la llamada “Huelga Mediterránea”. Hasta el pasado miércoles: cuando parecía que la huelga general a tres bandas iba a ser convocada el próximo 14 de noviembre (el sindicato portugués CGTP, de inspiración comunista, llamó días atrás a sus compatriotas a secundar un paro ese día contra el Gobierno del conservador Passos Coelho), anteayer las centrales helenas en bloque señalaron el 18 de octubre, jueves de la semana que viene, como día para lanzar la huelga en Grecia. Por primera vez en mucho tiempo los sindicatos griegos actuarán unidos.
Parapetados con otro centenar largo de organizaciones en la Plataforma de la Cumbre Social, CCOO y UGT aguardaban la llamada griega para convocar una protesta similar en España, la segunda contra Rajoy. Pero cuando trascendió la fecha, la noticia sentó como un jarro de agua fría, según ha podido conocer este medio. Ahora Toxo y Méndez se decantarán por una de las dos fechas. “Y tiene todas las papeletas de que la fecha señalada será el 14-N”, señala un veterano dirigente. La imposibilidad de preparar nada para la semana que viene y la llegada del puente de la Hispanidad hace que una nueva idea, la Huelga General Ibérica, gane enteros.
A diferencia del resto de la UE, en Portugal y Grecia resisten dos partidos comunistas de ideología marxistas-leninistas cuya influencia electoral sigue siendo importante. Ese carácter comunista se imprime en los sindicatos de clase lusos y helenos, y genera fricciones con el resto de centrales. Un ejemplo: la UGT portuguesa, segundo sindicato del país, no secundará la huelga lanzada por la CGTP y ha convocado una manifestación para el próximo 26 de octubre.
