Ignacio González, ha asegurado que la Comunidad de Madrid no puede aceptar los criterios de reparto asimétrico en los objetivos de déficit, al entender que ello no se ajusta a la Ley de Estabilidad Presupuestaria, "La solución no es más recorte ni más presión fiscal", ha apostillado González en rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, para enfatizar que la región es la que siempre ha cumplido con los objetivos de déficit y que, ahora, con los criterios 'asimétricos' se beneficia a las comunidades "incumplidoras" frente a las cumplidoras.
González ha remarcado que Madrid se ve perjudicada "doblemente" con un sistema de financiación "injusto", que quita 1.000 millones a la región, y ahora "con déficit a la carta" que no reconoce el esfuerzo de estabilidad presupuestaria acometido por la región. En ese sentido, ha recalcado que para el año que viene la región contará con 1.300 millones menos en entregas a cuenta el año que viene debido al modelo de financiación "perverso". El presidente ha manifestado que el Gobierno regional no plantea por ahora ninguna medida legal contra los criterios de déficit asimétrico puesto que aún es una propuesta que debe ser ratificada por Consejo de Ministros.
No obstante, ha recalcado que su obligación como presidente es defender los intereses de los ciudadanos de Madrid. "Cuando se produzca esa circunstancia analizaremos la situación y adoptaremos las medidas que tengamos que adoptar", ha apostillado el presidente a los medios para luego aseverar que esta discrepancia no va a impedir que sea "leal" en las relaciones con el Gobierno central y que seguirán colaborando en el futuro de manera fluida.
Para González "cada vez es más difícil" que Madrid pueda cumplir con el objetivo de deficit, pues llega un momento que se "toca en hueso". El máximo representante del Ejecutivo autonómico ha indicado que el criterio de dar "más margen" a las autonomías "incumplidoras" es el "único" que no ampara la Ley de Estabilidad Presupuestaria para aplicar límites excepcionales a los objetivos y que, además, puede generar la "relajación" en el cumplimiento de equilibrio presupuestario, cuando precisamente la normativa está pensada para que se aplique un decrecimiento de déficit con cada ejercicio (rebajando los topes fijados en cada anualidad).