Según fuentes del PNV, en la reunión entre Rajoy y Urkullu se abordaron las transferencias pendientes al País Vasco que el lehendakari quiere activar, algunas de ellas previstas en el Estatuto de autonomía y otras no. También hablaron del cierre de la liquidación pendiente del Cupo, así como de la financiación de varias obras de infraestructura. La reunión se celebró en secreto, sin anunciarse antes a los medios ni con comparecencias públicas, por expreso deseo del lehendakari. Con todo, la importancia que en La Moncloa se concede a este encuentro tiene un cariz claramente político, teniendo en cuenta lo que acontece en Cataluña. Al Gobierno le viene bien acentuar públicamente las diferencias que median entre un “nacionalismo dialogante” que facilita la “normalidad institucional”, como el vasco, y un nacionalismo echado al monte, como el catalán, inmerso en un proceso soberanista de incierto desenlace.
En un principio, el lehendakari estudió la posibilidad de que la entrevista con el presidente del Gobierno fuera pública, señalan fuentes nacionalistas, pues la comunicación tan fluida que tiene con La Moncloa garantizaba que Urkullu no iba a volver de vacío a Ajuria-Enea. Sin embargo, su gabinete trasladó a La Moncloa que con la tensión que se vive en Cataluña era más prudente no generar agravios comparativos entre los dos nacionalismos y celebrar el encuentro de forma secreta, aunque ambas partes eran conscientes de las altas posibilidades de que acabara filtrándose la reunión, como así ha sido. De hecho, eso mismo ocurrió con las dos citas anteriores.
Este año, Urkullu ha mantenido dos reuniones reservadas con Rajoy en las que ha abordado el fin de ETA y la situación económica en la comunidad vasca. El pasado enero, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, formalizó con el Gobierno vasco la reforma del Concierto para permitir a las Haciendas forales recaudar siete nuevas figuras impositivas. La puesta al día del Concierto introdujo en el acuerdo la mayoría de los cambios tributarios registrados desde 2007, fecha de la penúltima actualización.