El Ministerio del Interior, que dirige Fernando Grande-Marlaska, da un plazo de un año a los guardias civiles para eliminar por completo los tatuajes en cabeza, cuello y manos que no estén permitidos. Además, los agentes deberán controlar "la longitud, color y peinado del cabello, la longitud y color de las uñas, el afeitado o el uso de barba, bigote, perilla y patillas y el uso de maquillaje, y otros complementos y accesorios de imagen". Así consta en la última versión del real decreto que regulará el uso del uniforme en la Guardia Civil a la que ha tenido acceso Vozpópuli y que ha sido enviada al Consejo de Estado.
La aprobación de esta nueva norma jurídica, que también afectará a quienes pretendan ingresar en el Cuerpo, lleva dilatándose años. En septiembre de 2018, Marlaska decidió retirar el borrador que prohibía a los guardias civiles llevar tatuajes visibles, obligándoles a ocultarlos o a someterse a intervenciones para su eliminación en un plazo de tres meses. El texto levantó una enorme polvareda entre las distintas asociaciones vinculadas a la Guardia Civil y el ministro aplazó el asunto en busca de consenso.
Ahora, el borrador definitivo se encuentra en el Consejo de Estado. Este órgano consultivo del Gobierno se encargará de emitir el correspondiente dictamen, pero algunas organizaciones continúan alzando la voz contra el contenido.
Plazo de un año
"El ministro del Interior continúa con su política de inmovilismo y de ataque a los derechos y libertades públicas de los guardias civiles como si de una pesadilla se tratara. Una vez más, nos encontramos con un ministro incapaz de atender los principales problemas que afectan a los agentes en cuanto a la conciliación laboral, reparto justo de la productividad cumplimiento íntegro del acuerdo de equiparación salarial y medios materiales para desarrollar su trabajo, pero que no recorta esfuerzos en recortar derechos como no se había visto en décadas", denuncian desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).
"Son muchos los compañeros que, una vez el Consejo de Ministros apruebe esta norma, tendrán un año para pagar y eliminar de su cuerpo sus tatuajes. No solo estamos hablamos de la retirada de tatuajes obscenos con expresiones contrarias a la Constitución o valores, sino de la situación del tatuaje, aunque se trate de un nombre, un corazón o cualquier otra imagen".
En el apartado 2 del artículo 13, relativo a la exhibición de tatuajes, el departamento de Interior recalca que "tampoco están permitidos, cualquiera que sea el motivo o expresión que reflejen, los tatuajes en las manos, cabeza y cuello".
La AUGC rechaza esta norma al considerarla "muy restrictiva": "No solo perjudicará a los agentes que poseen tatuajes, sino a los que en un futuro inmediato quieran ingresar"
La AUGC rechaza la implantación de esta norma al considerarla "muy restrictiva". "No solo perjudicará a los integrantes del Cuerpo que poseen tatuajes, sino a los que en un futuro inmediato quieran ingresar, por lo que consideramos que esta norma es una total involución que vuelve a llevar a los guardias civiles a siglos pasados. Se pone en evidencia la falta de derechos fundamentales y libertades públicas de los agentes", opinan.
El reglamento, al que ha tenido acceso este diario, recoge una disposición transitoria única que afecta a los tatuajes no permitidos en las manos, cabeza y cuello.
"De acuerdo con lo regulado en los apartados 2 del artículo 13, quienes a la fecha de entrada en vigor del mismo porten tatuajes en las manos, cabeza y cuello deberán ocultarlos por completo cuando vistan el uniforme de la Guardia Civil, concediéndose el periodo de un año para su completa eliminación", señala el texto.
Tatuajes no permitidos
¿Cuáles son los tatuajes no permitidos? Según la última versión redactada por el Ministerio del Interior, para quienes hayan de vestir el uniforme de la Guardia Civil, se prohíben los tatuajes, tanto permanentes como temporales, que contengan expresiones o imágenes contrarias a los valores constitucionales, autoridades o virtudes militares; que supongan desdoro al que porta el uniforme; que puedan atentar contra la disciplina o la imagen de la Guardia Civil en cualquiera de sus formas; que reflejen motivos obscenos o inciten a discriminaciones de tipo sexual, racial, étnico o religioso, así como los que inciten al odio; que comprometan la exigida neutralidad política o sindical; o cualesquiera otros contenidos vedados por la ley.
Sí permiten los tatuajes o parte de los mismos que sean visibles en brazos y piernas vistiendo el uniforme de uso general de la Guardia Civil, siempre que no reflejen los motivos o expresiones prohibidas.
Los guardias civiles tampoco podrán llevar argollas, espigas, inserciones, automutilaciones, pegatinas, dilataciones y similares, así como los implantes microdermales o subcutáneos y perforaciones distintas a las destinadas para el uso de pendientes, cuando sean visibles al vestir las prendas comunes para el personal masculino y femenino del uniforme de la Guardia Civil.
Los guardias civiles tampoco podrán llevar argollas, espigas, inserciones, automutilaciones, pegatinas, dilataciones y similares
El texto advierte que en el uso del uniforme de la Guardia Civil también se deberán observar las normas sobre los signos externos de policía personal y aspecto físico, "transmitiendo una cuidada imagen corporativa y de neutralidad coherente con los principios y valores del código de conducta del personal de la Guardia Civil".
Uñas, maquillaje, patillas...
En este sentido, se consideran aspectos esenciales al vestir el uniforme el debido aseo e higiene personal; la talla adecuada de las prendas y del calzado, su limpieza y buen estado de conservación; y el correcto uso y colocación de todos los accesorios que comprende la uniformidad.
Además se "tendrá en cuenta" la longitud, color y peinado del cabello, la longitud y color de las uñas, el afeitado o el uso de barba, bigote, perilla y patillas y el uso de maquillaje, y otros complementos y accesorios de imagen.
A la espera de que el Consejo de Estado emita su informe, la polémica continúa servida. La Asociación Unificada de Guardias Civiles asegura que, si se publica la norma tal y como está redactada, no descarta llevarla a los tribunales.