España

Iratxe García, de látigo del independentismo a guardiana europea de la amnistía

La presidenta de los socialistas europeos ha llegado a ocultar pasajes de la futura ley de amnistía para defender las bonanzas de la iniciativa. Lejos queda su labor dirigida a convencer a la UE de que Puigdemont debía rendir cuentas ante la Justicia española

  • Iratxe García, junto a Santos Cerdán, durante la reunión del PSOE con Puigdemont

Permaneció a modo de convidada de piedra junto a Santos Cerdán y Carles Puigdemont bajo esa alegoría infamante del 1-O en forma de foto que el expresidente de la Generalitat introdujo en el atrezo de la negociación sobre el acuerdo de investidura en Bruselas que Pedro Sánchez descargó sobre los hombros de su diligente secretario de Organización. Se trata de Iratxe García, presidenta de los socialistas europeos y una de las que peor paradas ha salido de la jornada de este pasado miércoles en que el Parlamento de Estrasburgo ofició de cámara de resonancia del anómalo ciclo político abierto en España en virtud de la concesiones entregadas al independentismo por el presidente del Gobierno para poder continuar siéndolo.

Iratxe García ha recibido acerbas críticas por su sesgada defensa de la ley de amnistía que borrará cualquier responsabilidad penal de los implicados en los sucesos del 1-O.

Su tabernario rifirrafe con el jefe de filas de los populares europeos, Manfred Weber, al que llamó mentiroso por considerar en unas declaraciones la inexistencia de mecanismos de amnistías en Europa para delitos de terrorismo, quedará en los anales de la gresca europolítica. Más por el hecho de que Weber insistió en su afirmación durante el debate en torno a la salud del Estado de derecho en España celebrado en la Eurocámara; y, sobre todo, por la contraofensiva de la propia García, que consistió en ocultar un 'detalle' del redactado de la proposición de ley ya registrada en el Congreso: que los delitos de terrorismo excluidos de la amnistía se reducen a los que cuentan con condenas reforzadas por sentencia firme. Para los que no, barra libre.

La treta de esta vizcaína de Baracaldo, que acumula una dilatada trayectoria política en Bruselas, no ha pasado inadvertida en España, pero tampoco en el resto de Europa, donde ha sido puesta como ejemplo de incoherencia política y, singularmente, como un ardid chabacano para justificar una figura, la amnistía, que en el PSOE, incluidos su líder y ella misma, consideraron inviable hasta la noche electoral del 23-J.

Papel mojado

El lapidario de Iratxe García en las instancias europeas la persigue. La presidenta de los socialdemócratas europeos se aplicó con denuedo a la labor de lograr que Puigdemont fuera desprovisto de la inmunidad ligada a su condición de eurodiputado y que rindiera cuentas ante la Justicia española. Se mostró, además, del todo contraria a la decisión del entonces presidente del Europarlamento, el ya fallecido David Sassoli, de entregar las credenciales como miembro de pleno derecho al ex jefe del Govern. Esto es lo que decía en aquellos tiempos en que Sánchez adquirió el compromiso de traer esposado al expresidente prófugo:

-"Estoy satisfecha porque el Parlamento ha hecho su trabajo" (a propósito de la retirada de la inmunidad parlamentaria a Carles Puigdemont).

-"El independentismo ha hecho un trabajo importante tergiversando en muchos casos la realidad".

-"Puedo garantizarles el compromiso del PSOE en al defensa del Estado de derecho y en la cooperación con la justicia española".

-"El objetivo de los independentistas es totalmente lo contrario a lo que está defendiendo el proyecto europeo".

Hay muchas otras declaraciones de García en esta línea. Pero es evidente que todas, tras su 'papelón' de este miércoles, se han convertido para siempre en papel mojado.

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