En el argot policial, un arma tiene "ruina" si ha sido disparado en algún crimen, atraco o delito anterior al hecho que permitió su incautación. El revólver Taurus del calibre 38 utilizado el pasado 12 de mayo para asesinar a la líder del PP en León y presidenta de la Diputación Provincial, Isabel Carrasco, estaba, sin embargo, 'limpio'. Es decir, no se había empleado en ningún otro acto delitivo hasta que sirvió para matar a la política 'popular'. Así lo han confirmado los primeros análisis de balística realizados por expertos de Policía Científica, según ha conocido Vozpópuli de fuentes conocedoras de la investigación. El análisis al que ha sido sometida la segunda arma intervenida a la madre e hija detenidas, una pistola semiautomática del calibre 7,65, también ha dado resultado negativo, siempre según estas mismas fuentes. Ambas, sin embargo, tenían el número de serie robado y, según reconoció la autora confesa de los disparos, Montserrat González, habían sido adquiridas en el mercado negro por 2.000 euros cada una.
De las seis balas que contenía el tambor del revólver, cuatro fueron disparadas, aunque sólo tres impactaron la víctima. A la quinta, el arma falló
El revólver del crimen fue entregado 30 horas después del crimen por Raquel Gago, la policía local amiga de Triana Martínez que finalmente ha sido encarcelada por su presunta implicación en el crimen. En el mismo, los agentes pudieron comprobar que de los seis proyectiles del tambor, cuatro habían sido disparados. Tres de ellos habían impactado en el cuerpo de Isabel Carrasco. El primero, en la nuca. Los dos siguientes, cuando Montserrat González remató a la líder del PP leonés al encontrarse ya ésta en el suelo. La cuarta bala no llegó a impactar en la víctima. Los primeros análisis apuntan también que el arma falló con el quinto (el fulminante del cartucho no se inició con el percutor) y que, por ello, la mujer no pudo seguir disparando hasta vaciar todo el tambor. "Parece claro que su intención era disparar todas las balas", señalan fuentes próximas a la investigación.
Este arma ha sido uno de los principales quebraderos de cabeza de los investigadores. En primer lugar, porque tras el crimen no se encontró en poder ni de la presunta autora ni de su hija, pese a que ambas fueron detenidas poco minutos después de cometerse el asesinato. En segundo lugar, porque al ser un revólver, no expulsa casquillos y, por tanto, en el lugar del crimen no se encontraron vainas que permitieran rastrear su origen. Y, en tercer lugar, porque cuando fue llevada a comisaría por la tercera detenida, se descubrió lo que los agentes ya sospechaban: tenía el número de serie borrado, un detalle característico de las armas que se adquieren en el mercado negro.
La pista del toxicómano
A partir de ese momento, los agentes han intentado seguir el rastro de la misma para conocer su origen. Hasta ahora lo único que saben es lo que la mujer del jefe de la Comisaría de Astorga ha declarado. Montserrat González ha asegurado ante la Policía y la juez que la adquirió hace más de dos años, cuando comenzó a planear el asesinato de la líder del PP por venganza, y que lo hizo a un toxicómano. ¿Dónde? En un bar de Gijón, dond ella aún tiene una vivienda ya que pasó bastantes años residiendo en esta ciudad mientras su marido fue el máximo responsable del grupo antidrogas de la Policía de la localidad. De hecho, no era extraño que aún se desplazara a la ciudad a pasar temporadas.
La autora confesa del crimen ha asegurado que adquirió las dos armas intervenidas hace dos años a un toxicómano en Gijón, ciudad en la que ella había vivido y aún conserva una vivienda
Sin embargo, los responsables de la investigación se han encontrado en este punto con un muro difícil de sortear para continuar las pesquisas. El supuesto vendedor del revólver falleció hace al menos un año y el local en el que se supuestamentre se produjo la compraventa también está cerrado desde hace tiempo. No obstante, la Policía aún alberga dudas de que Montserrat González, por su propio perfil, fuera la persona que contactó con el vendedor y, luego, se desplazó para adquirir el arma. La investigación pretende aclarar en este sentido qué papel pudieron jugar presuntamente tanto su hija Triana como la agente de la Policía local, estrecha amiga de esta última.
Consultas en Internet
La mujer también declaró que el origen de la segunda arma localizada, la pistola semiautomática, es el mismo. En este caso se trata de una pistola semiautomática del calibre 7,65, que la Policía halló en el domicilio de Triana en el segundo registro que hicieron en la vivienda. Su localización fue posible porque la propia joven les indicó dónde estaba oculta. Como en el caso del revólver, los análisis de balística han determinado que no había sido utilizado anteriormente en ningún otro hecho delictivo. Sin embargo, en el mismo piso los responsables de las pesquisas encontraron otro elemento que alientan aún más las dudas sobre el verdadero origen de ambas armas: el registro de consultas en internet realizadas a través de los tres ordenadores que se intervinieron en el piso.
Según fuentes de la investigación, estos equipos informáticos mostraban diversas visitas a páginas web de compraventa de armas. ¿Contactaron con alquien a través de la red para adquirirlas? ¿Buscaban instrucciones para saber utilizarlas? ¿Compraron a la vez la munición? ¿Por qué dos armas? ¿Iba a participar alguien más en la 'ejecución' de Isabel Carrasco además de Montserrat González? ¿Qué contactos tenían en los bajos fondos las tres mujeres? ¿Realmente costaron 2.000 euros cada una? Hasta ahora, lo único claro es que las dos armas estaban 'limpias'. La 'ruina' se la han buscado ellas.