Duran ha formulado su petición a la Comisión del Estatuto del Diputado, que ha presentado un informe que se votará el próximo jueves en el Pleno del Congreso y en el que se incluye la petición de Duran de que se le permita mantener actividades como abogado de forma similar a lo que ya realizan otros diputados. En este caso se compromete a no percibir remuneraciones del sector público y a no incurrir en los supuestos de incompatibilidad contempladas en la ley electoral.
Lo curioso de este caso es que la petición se cursa cuando apenas queda un año de legislatura y después de que Duran haya ido renunciando a una serie de actividades que ejercía desde hace muchos años, así como a una importante presencia pública en Cataluña, donde ha perdido sin duda su pulso con Artur Mas.
La deriva secesionista emprendendida por el tándem Mas-Junqueras ha sido la puntilla de Duran, que en definitiva se ha visto obligado a dejar en este último año la presidencia de la delegación de la Generalitat en las comisiones bilaterales con el Gobierno del Estado, donde fue relevado por la vicepresidenta de la Generalitat y correligionaria de Unió (UDC), Joana Ortega. Luego tuvo que dejar su cargo como secretario general de CiU -'número dos' efectivo de la federación- en favor de Ramón Espadaler, también de UDC, tras diversos enfrentamientos con Artur Mas.
Duran lleva seis legislaturas como diputado, pero antes también fue senador y se le ha considerado siempre como un puente ‘necesario e imprescindible’ entre Madrid y Cataluña. A nadie se le oculta que con esta petición para compatibilizar la abogacía a menos de un año de las próximas elecciones generales Duran está anunciando una retirada total de la vida política. Es decir, que pase lo que pase en Cataluña, se descarta que vuelva a ser el cartel de una lista de CiU al Congreso en 2015. Pero algunos se preguntan aún más: ¿pero es que llegará CiU como tal coalición a esas elecciones, o CDC y UDC romperán previamente? Ésa parece otra cuestión a despejar.