España

Duran ‘huirá’ a México para evitar dar la cara en la votación del 9-N

Con tres consejeros en el Gobierno catalán y más de una veintena de parlamentarios entre Madrid y Barcelona coaligados a Convergencia, para Unió no está siendo nada fácil encarar lo que se antoja como la recta final del desafío soberanista. De momento, su portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, ha decidido quitarse de en medio.

Hacía 15 días que Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, no pisaba Madrid. Primero la excusa fue un viaje internacional a Colombia, donde presidió una delegación parlamentaria que se entrevistó con autoridades de ese país. A este tipo de excursiones está muy acostumbrado Duran en su calidad de presidente de la Comisión de Exteriores. Con posterioridad, su ausencia del Congreso vino justificada por una indisposición general que le mantuvo apartado de la Cámara Baja durante otra semana, justamente en la que Artur Mas estuvo cocinando su respuesta a la suspensión de la consulta soberanista por parte del Tribunal Constitucional. En todo este tiempo, la dirección de Unió Democrática no anda ociosa, ya que ultima los preparativos de su plataforma Cataluña al Centro, la alternativa al nacionalismo independentista que ve con buenos ojos La Moncloa y el Ibex.

El líder de Unió evita fotografiarse con Artur Mas en la recta final hacia el 9-N

Este miércoles, por fin, el portavoz de CiU asistió a la sesión de control al Gobierno y no tuvo más remedio que opinar sobre la reconversión que Artur Mas ha hecho del 9-N, al ser literalmente cercado por los periodistas en los pasillos del viejo edificio de la Carrera de San Jerónimo. Duran ha admitido que el nuevo formato del 9-N presentado por el presidente de la Generalitat ha generado mucha confusión y ha revelado que Unió Democrática solo participará en esta demostración de “democracia participativa” si tiene todas las garantías de legalidad, es decir, si el Gobierno de Mariano Rajoy no la acaba impugnando.

Unió considera la consulta una "mamarrachada"

De momento, el portavoz de CiU se ha cubierto las espaldas programando un viaje a México organizado por el Foro Parlamentario Iberoamericano. En esta reunión se abordarán “los nuevos mecanismos para el desarrollo incluyente y la cohesión social dentro de la agenda transformadora de la cooperación iberoamericana”. Estos interesantes trabajos se desarrollarán entre el 5 y el 7 de noviembre, pero la intención de Duran es permanecer en el país azteca durante el fin de semana del 8 y el 9 para no verse obligado a dar demasiadas explicaciones cuando le pregunten por su actitud ante la consulta.

No todos los dirigentes de Unió tendrán una coartada tan institucional para hacer mutis por el foro en esa fecha tan señalada y no comparecer el 9-N en el simbólico referéndum que ultima la Generalitat. De cualquier modo, la mayoría de ellos tiene claro que no se retratará junto a Artur Mas en esta “mamarrachada”, ya que dan por hecho que será impugnada por el Gobierno y, por tanto, los que participen en ella violentarán la ley.

Las directrices de Unió son claras: no participar en ninguna consulta que suspenda el Constitucional

Muchos en CiU toman como referencia lo que ocurrió en las elecciones europeas del pasado mayo, cuando varias organizaciones organizaron de manera desigual un ‘multirreferéndum’ con la colocación de urnas en algunos colegios electorales. Hubo miembros de la policía autonómica catalana que levantaron las mesas de votación y otros, en cambio, que se limitaron a levantar actas. De todos modos, los dirigentes democristianos de la coalición tienen claro que no se involucrarán en esta celebración y no descartan que Artur Mas acabe también renunciando a ella debido al vacío que le ha empezado a hacer Esquerra Republicana y a la creciente soledad en la que el presidente de la Generalitat envuelve su actividad diaria. Este miércoles, el propio interesado ha dejado claro que él será quien asuma la responsabilidad en caso de que su ‘consulta’ fracase.

En las filas nacionalistas se confiesa que con tres consejeros en el Gobierno autonómico catalán y más de una veintena de parlamentarios entre Madrid y Barcelona coaligados a Convergencia, para Unió no está siendo nada fácil encarar la disparatada recta final del desafío soberanista.

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