La concesión de las tarjetas black a los 86 consejeros de Caja Madrid en el escándalo que ahora investiga el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu no miraba el historial de sus beneficiarios ni se ajustaba a principios éticos. Tal es así que uno de los exdirectivos de la entidad bancaria que hizo uso de esta visa fantasma había sido condenado previamente por un delito fiscal. Es el caso de José María Fernández del Río, propuesto por el PP, que gastó entre enero de 2003 y julio de 2006 un total de 47.723,31 euros, según consta en la documentación remitida por Bankia a la Fiscalía Anticorrupción. Las únicas condiciones eran no superar el límite de 25.000 euros en una compara y no pagar gastos "inadecuados".
En concreto, el arquitecto José María Fernández del Río fue castigado por la Justicia el 20 de julio de 1999 como autor de un delito contra la hacienda pública, "respecto del ejercicio del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) de 1988, por dejar de ingresar la suma de 20.607.999 pesetas". "De la cuota defraudada --explica la sentencia-- se detrajeron 14.167.999 pesetas que habían sido regularizadas voluntariamente por el condenado, quedando pendientes de pago 6.440.000 pesetas". El que fuera miembro de UCD y gobernador civil de Valencia en el 23-F tuvo que hacer frente a una pena de seis meses y un día de prisión menor con suspensión de todo cargo público y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, así como a una multa de 21.000.000 pesetas. Además, por la vía de responsabilidad civil, debió abonar al Estado dicha suma de 6.440.000 pesetas, con intereses.
Tras ello, Fernández del Río impugnó la sentencia ante la Audiencia Provincial de Madrid, pero este tribunal confirmó la resolución anterior. El arquitecto interpuso luego un recurso de amparo contra ambos fallos y no tuvo mejor suerte. El Tribunal Constitucional lo inadmitió vía providencia en marzo de 2000. El condenado intentó más tarde recurrir por otro flanco y presentó un segundo recurso de amparo. Sin embargo, el TC lo desestimó en sentencia de noviembre de 2012.
El exconcejero realizó numerosas compras con la visa fantasma en gasolineras, tiendas de informática, joyerías, perfumerías, floristerías y hoteles
Se da la circunstancia de que Caja Madrid, con Miguel Blesa al frente de la entidad, permitió que Fernández del Río, sobre el que pesaba una condena contra la Hacienda Pública, disfrutase durante al menos tres años de una tarjeta consideraba opaca, ya que se desconoce si el poseedor cumplió con sus obligaciones tributarias. Es más, el consejero llegó a realizar tres cargos en la misma (por un importe de 171,96 euros para pagar gasolina) después de haber sido cesado en su puesto del Consejo de Administración de la caja. Fernández del Río salió de dicho órgano el 17 de julio de 2006, pero siguió haciendo uso de la visa fantasma el día 24 de ese mismo mes.
En el extracto de esta tarjeta aparecen numerosos gastos en gasolineras, tiendas de informática, joyerías (hay una compra de 445 euros en Tous), perfumerías, floristerías y hoteles, entre ellos el Club Hotel Marbella. En un restaurante de esta localidad malagueña también desembolsó de una vez 587,40 euros.
Después de causar baja en el Consejo de Administración de Caja Madrid en 2006, pasó a ocupar asiento como vocal en el órgano directivo del departamento de pensiones. Este nombramiento se efectuó en abril de 2007. Fernández del Río es considerado un hombre de la máxima confianza de Rodrigo Rato, quien sustituyó a Blesa en la presidencia en enero de 2010. La estrecha relación de ambos viene de años atrás, ya que el arquitecto ha sido presidente de la compañías Aguas de Fuensanta SA e Innovación de Bebidas SA (Inbesa), que han estado participadas por la familia del exvicepresidente de Gobierno.
Las 'amistades peligrosas' del arquitecto
Otra de las amistades de Fernández del Río es quien ha sido el urbanista estrella del PP en la Comunidad de Madrid, Leopoldo Arnáiz, cuyo nombre ha aparecido en un informe de la Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF) vinculado a la trama delictiva de Gürtel en su derivada de Boadilla del Monte. El exconsejero de Caja Madrid ha sido apoderado de Plarquin Consultores,firma luego convertida en Demasizone Arquitectos Asociados, donde Arnáiz figura como administrador, según consta en los últimos datos disponibles del Registro Mercantil.
Precisamente, Plarquin tuvo como socio a Enrique Porto, el que fuera director de Urbanismo de la Comunidad de Madrid y que dimitió tras verse salpicado por varios presuntos escándalos urbanísticos. La Fiscalía llegó a presentar una querella contra Porto y Fernández del Río en relación a la aprobación del Plan Parcial del Sector I 'Los Pocillos' en Villanueva de la Cañada (Madrid). Según el Ministerio Público, el visto bueno a esta actuación (año 2004) habría producido un importante beneficio económico, entre otros, a la mujer de Porto y al arquitecto redactor del plan, que fue el exconsejero de Madrid. Sin embargo, el instructor archivó el caso en 2012, siete años después del inicio de las pesquisas.